Que haya salido a la luz la relación epistolar entre Joan Laporta y Carles Tusquets ha alimentado un poco más el malestar de la candidatura de Joan Laporta con el presidente de la gestora. Ha molestado no solo el tono de la carta del presidente interino, que hasta en cinco ocasiones habla de las "amenazas", como el hecho de que se "filtrara" una conversación privada.

"Pido que se abstenga de requerir o amenazar esta comisión gestora en la búsqueda de decisiones que usted considere que pueden convenirle bajo la apariencia de ser necesarios para el club", le asesta el presidente interino al exmandatario, el más beligerante con el papel de la junta provisional y que en una carta previa le había advertido de que "se abstenga de efectuar actos de disposición económica que comporten un incremento de la deuda y/o gastos del club". "De no ser así, su actuación será susceptible de causar graves perjuicios tanto al FC Barcelona como a los actuales candidatos proclamados y se evidenciaría una actuación negligente, obstruccionista y dolosa y en contra de los intereses del club", añadía Laporta en su misiva previa.

Tusquets usa hasta en cinco ocasiones el término "amenaza" para referirse a la actitud de Laporta, al que afea su posicionamiento en el fichaje postergado de Eric Garcia, el excanterano y hoy central del Manchester City. "Si la comisión gestora no ha procedido a la suscripción de dicho contrato, en ningún caso habrá sido debido a sus injustas y desconsideradas amenazas, sino más bien a causa de una muestra de responsabilidad y elegancia de permitir que sea el presidente electo del club quien adopte en su momento la decisión que considere más adecuada al respecto".

Al haber puesto Tusquets en copia a los otros candidatos, desde el equipo laportista no pueden asegurar que fuera el responsable de la gestora quien la hiciera llegar a los medios. Consideran en cualquier caso que fuera de lugar la reacción de Tusquets, al que acusan de dilatar los plazos electorales primero y de no apretar suficiente para intentar que se pudiera votar el 24-E. De todas formas, no quieren alimentar más la polémica y tras este incidente, una vez convocadas las elecciones para el 7 de marzo, volverán al tono contenido que había tenido Laporta hasta ahora.