Hace ya más de un mes que llegó al Benicarló. ¿Cómo se siente en el club y el pueblo?

La verdad es que la acogida desde el principio ha sido muy buena. Es un club muy familiar que me facilita mucho mi primera experiencia fuera de casa. La directiva está muy pendiente de mí, del equipo y de todo lo que necesitemos. Con el pueblo igual, se agradece cuando vas por la calle y la gente sabe si el equipo ha ganado o ha perdido y te felicita y anima.

Parece que el equipo ha dado un paso al frente desde su llegada al banquillo benicarlando...

Estamos en una buena dinámica. Creo que cada semana damos un pasito más en la construcción de la identidad que queremos que tenga el equipo. Nos han acompañado los resultados y ganar a dos de los tres de arriba reconforta mucho. Estamos en una liga muy igualada en la que hay que luchar muchísimo cada partido y tenemos que estar muy metidos e intentar sumar lo máximo posible.

Es una tendencia general de la liga. Quitando los equipos top y el caso del Lleida, que ha ganado más partidos fuera que en casa, el resto nos sentimos más cómodos como locales, y eso que por desgracia no podemos disfrutar de la afición. En esta liga sumar fuera es un extra porque también se pueden escapar victorias de local.

De momento se están sentando las bases del equipo y no hemos hablado absolutamente de nada a largo plazo. Yo estoy contento y creo que el club también, pero todavía no es tiempo de hablar de eso. Por trabajo, entrega, constancia e implicación nadie podrá decirme nada, pero al final el mundo del entrenador depende de que la pelota entre. Lo que tenga que llegar llegará; de momento, tenemos que pensar en el día a día. H