La victoria tiene muchos padres y la derrota nace huérfana desde que asoma la cabeza al mundo. El éxito siempre llega acompañado de muchos inventores de la fórmula filosofal que lo hizo posible, mientras que el fracaso siempre es culpa de otro. Cuando las cosas van bien todo el mundo se sube en marcha al tren y cuando vienen mal dadas, son muchos lo que ya vaticinaban lo que iba a acontecer. Es muy habitual en el fútbol fichar jugadores y echar entrenadores desde una atalaya situada en la barra de un bar o en la sabiduría del almuerzo matinal de un sábado invernal, y que ahora ha cogido la mudanza y se ha instalado en esa nube de las redes sociales, que convierte en presidentes de gobierno, médicos, farmacéuticos, entrenadores o especialista en la materia que a uno se le pueda venir a la mente por variopinta y extraña que pueda parecer, a cualquier ciudadano de a pie, aunque sus conocimientos sean primitivos en ella.

Vicente Montesinos, Bruixola, Mascarell... solo han vivido las bondades en el CD Castellón.

La trayectoria hasta llegar a este punto ha sido no solo exitosa, sino también digna de merecer el agradecimiento de todos los que respiran en albinegro. Ya no tanto en lo que concierne a los profesionales, porque es su trabajo, pero más si cabe en lo que a la familia Montesinos, con Vicente a la cabeza, por su esfuerzo económico.

Por ello, y sin perder el espíritu analítico/crítico, puedo enumerar también los errores cometidos esta temporada por el Castellón. Pero siempre con mesura, porque desde la barrera todo el mundo sabe portar la capa y usar la espada para matar al toro. En el ruedo ya se requiere valor y conocimiento.

Dealbert y su equipo han cometido fallos de bulto. La inexperiencia y el rápido salto de categorías les ha pasado factura. ¿Hay que echarlos? Pues yo no lo haría seguramente, pero si buscaría un hombre con peso y contactos en el fútbol. Es evidente que no es solo responsabilidad de el secretario técnico o director deportivo como figure en su tarjeta de visita. También lo es de Bruixola y del presidente, por supuesto, como lo fueron a su vez los ascensos y todo lo bueno que le ha pasado al Castellón. El paso a dar ahora es construir el modelo de futuro del club. Más profesionalización, asentar las bases de la entidad en el apartado económico y perfilar esa estructura que le ha llevado hasta aquí, pero lo que era eficaz para Tercera y Segunda B, puede no serlo para un fútbol profesional que hasta en Segunda A se encontraba a años luz de lo que era el CD Castellón que Castellnou y Cruz llevaron a la ruina económica y deportiva.

Hay que recordar dónde recogieron el club Montesinos, Pablo, Dealbert, Bruixola, Mascarell y cia. Recordar es importante, pero también lo es no recrearse en lo bueno que se ha hecho, porque no te deja crecer. Sí, se ha fichado mal. Cierto, como también lo es mirar atrás y ver lo mal que lo pasan los equipos que ascienden a Segunda A desde el pozo de la 2ª B, mas en un año en el que se ha tenido que trabajar deprisa y corriendo porque el ascenso se decidió avanzado julio.

La permanencia es una empresa difícil. No lo niego. Hablar de refuerzos ahora es lo lógico de estas fechas y situaciones, pero que a nadie le quepa la menor duda de que los que deben salvar al Castellón son los que estaban. Los que llegan solo ayudarán. Pase lo que pase, el Castellón goza de una buena salud económica. Y sí, por supuesto, Montesinos se ha ganado el derecho a equivocarse y a que la afición confíe en él, como en Bruixola, Mascarell y, por supuesto, también en Dealbert. PPO.