Hace poco más de un año, el pasado 2 de febrero del 2020, todavía con público en las gradas y sin tener ni idea de una pandemia que iba a cambiar la sociedad, debutaba Paco Alcácer en el Estadio de la Cerámica. Era la 22ª jornada de Liga y el Villarreal recibía al Osasuna. El ariete de Torrent se estrenaba de amarillo como mejor sabe hacer, marcando. Un gol y una asistencia en 78 minutos, con cambio y ovación incluida, sirvieron como tarjeta de presentación del fichaje estelar del Submarino en el mercado invernal, que aquel día lejano ya venció a los rojillos por 3-1.

Venía Alcácer con la inercia de su espectacular inicio de Bundesliga con el Borussia de Dortmund, con cinco goles y una asistencia en cinco jornadas. La morriña de regresar a España y de estar cerca de la terreta fueron determinantes para cambiar las gélidas tierras de la cuenca del Ruhr en Alemania por el solet habitual en Vila-real.

El Killer valenciano estaba on fire e incluso se especulaba con que el seleccionador nacional, que ya era Luis Enrique tras la destitución de Robert Moreno, debía llamar a su puerta para las inminente convocatorias de la Roja pensando en la Eurocopa 2020, la que está todavía por disputar.

Tras el confinamiento, la reanudación de la Liga y la clasificación para Europa League, el Submarino depositaba muchas esperanzas en una de las duplas ofensivas con más gol del campeonato, la formada por Gerard Moreno y por Paco Alcácer, con permiso de Carlos Bacca y la irrupción del prometedor Fer Niño, que se subió al carro del primer equipo a base de rentabilizar sus minutos con buenas actuaciones y goles.

DE DULCE HASTA NOVIEMBRE / El inicio de la presente campaña de Alcácer fue realmente espectacular. Hasta tal punto que en las primeras jornadas, tanto él como Gerard competían con Karim Benzema, Leo Messi y Oyarzabal por el pichichi de la Primera División.

De septiembre a noviembre, Alcácer rubricó tres meses espectaculares, con 5 goles y 2 asistencias en 9 partidos de Liga y 4 goles en 2 partidos en la Europa League.

LAS LESIONES / Parecía que Alcácer estaba ante su año de reafirmación, que volvía a saborear el éxito que da el gol. Estaba lanzado. Pero unos problemas en el talón de Aquiles en la víspera del partido ante el Madrid le relegaron al ostracismo. Era el 21 de noviembre y se perdió el choque ante los blancos y frente a la Real Sociedad.

Reaparecía el de Torrent el 6 de diciembre ante el Elche, pero duró 33 minutos. Los isquiotibiales entraron en escena. Por culpa de ello se perdía seis partidos de Liga, tres de Copa del Rey y otro de Europa League, que se unían a los dos choques europeos que se había perdido por la lesión en el Aquiles. ¡No levantaba cabeza!

MIMOS PARA RECUPERARLO / Ante esa tesitura, y visto el intento fallido de reaparición ante el Elche, Unai Emery decidió tomar el caso con extrema delicadeza, con la idea de que cuando reapareciera, lo hiciera en plenitud de facultades. El técnico amarillo no le hizo jugar ni ante el Celta en Liga ni frente al Tenerife en Copa. Objetivo: el duelo ante el Granada.

Sí, jugó ante los andaluces. Entró en el minuto 88 y tomó la decisión de tirar un penalti a favor en el descuento con 2-2. ¡Falló!

Y parece que ese error le persigue psicológicamente, puesto que está a años luz de su nivel desde entonces y ha desperdiciado ocasiones clarísimas, que él no suele perdonar, tanto en la Liga como en Copa ante el Levante.

Emery espera resucitarle deportivamente hablando a partir de mañana, donde debe ser un pilar clave en Europa y en la Liga.