Los empates, la racha sin victorias y las apreturas de la clasificación en Liga quedan al margen cuando irrumpe la Europa League. El Villarreal está ofreciendo su mejor versión en la competición europea, como si cambiara la exigencia doméstica por la ilusión continental. El equipo de Unai Emery tiene pie y medio en los octavos de final, tras el 0-2 obtenido en Salzburgo, pero es consciente de que hoy debe rematar la faena en La Cerámica.

Sin confiarse en demasiado, pero confiado en su trabajo, así encara el Submarino el partido de esta tarde. En la ida, el cuadro de Emery demostró sabiduría para dañar al Salzburgo, un equipo que juega en una única dirección, al ataque, y presiona alto, pero que sufre cuando el rival supera esa primera línea y aprovecha los espacios que deja a su espalda.

En la previa, el Villarreal no quiere oír ni de bajas ni de fatigas ni de malas rachas. Es cierto que Emery ha tenido que hacer malabarismos en algunas de las citas precedentes, pero poco a poco va recuperando efectivos. A las bajas de larga duración, según indicó ayer, se une la del lateral Rubén Peña con una lesión «mínima», en palabras del míster, pero importante al unirse a la ausencia de Mario Gaspar. Desde el lateral se condiciona la alineación. Si juega Foyth, será Capoue el sostén de la medular, pero si Costa, como en los últimos minutos en Bilbao, entra en la banda, el argentino podría aliviar la carga de minutos de los centrocampistas.

Y es que se espera el relevo de alguna de las piezas en el centro del campo, con Baena dando oxígeno a alguno de los habituales. En todo caso, buscando un equilibrio entre el global de la temporada y lo particular del partido más inmediato. El cruce con el Salzburgo ha llegado en un momento delicado de la temporada del Villarreal, al coincidir con una racha de seis partidos sin ganar en la competición liguera, con cinco empates y una derrota.

el rival / Enfrente, el Salzburgo recupera a su pareja de centrales habitual, tras la vuelta de Andrés Ramalho, sancionado en el partido de ida y del exsevillista Maximilian Wöber, por lesión. Además, el conjunto austríaco arrastra las bajas de Bernardo, Diakité, Diarrá y Okafor por lesión, así como la de los malienses Mohamed Camara y Sejou Koita, sancionados tres meses sin jugar por la UEFA por dopaje dos horas antes del partido de ida en el Red Bull Arena.

La principal amenaza es el delantero zambiano Patson Daka, que este fin de semana anotó un triplete para ganar al Rapid de Viena en duelo decisivo por la Liga de Austria. El joven delantero de 22 años lleva 23 goles y 7 asistencias en 23 partidos, siendo la principal esperanza de los austríacos para poder levantar el resultado en el estadio de la Cerámica.