Tras pasar la noche en el calabozo después de ser arrestado el lunes por los Mossos, Josep Maria Bartomeu pasa este martes a disposición judicial. Él y su antigua mano derecha en el Barça, Jaume Masferrer, se sentarán delante de la jueza Alejandra Gil después de haberse negado a declarar en comisaría sobre el Barçagate. Lo harán a partir de las 9 de la mañana, a la misma hora en la que empieza el segundo debate entre los tres aspirantes a suceder al expresidente azulgrana.

Ha pasado un año ya desde que la cadena SER destapó el Barçagate y se había postergado hasta en seis ocasiones el levantamiento del secreto de sumario sobre la investigación y para no interferir en las elecciones se iba a levantar el 11 de marzo. Pero el caso explotó de lleno en la semana en la que el club azulgrana elegirá nuevo presidente. Bartomeu fue detenido junto a Masferrer, su antigua mano derecha, a Òscar Grau , CEO del club, y a Román Gómez Ponti, jefe de los servicios jurídicos, después de que la unidad de los Mossos d'Esquadra especializada en delitos económicos se haya personado en las oficinas del club.

El juzgado de instrucción número 13 de Barcelona no había ordenado las detenciones, pero sí el registro en los domicilios y despachos de los detenidos y en la sede de I3 Ventures y de Telampartner, empresa de inversiones financieras. La magistrada admitió a trámite el 14 de julio la denuncia contra Bartomeu, Masferrer y Carlos Ibáñez por administración desleal y corrupción entre particulares que había presentado el colectivo Dignitat Blaugrana por el contrato de la empresa I3 Ventures con el Barça. Dicha empresa se dedicaba a monitorizar la actividad en las redes sociales para la entidad azulgrana y, según la información de la emisora, de crear cuentas en las redes sociales para criticar a personalidades y entidades no afines a la junta de Bartomeu, entre ellos Messi y Piqué.

El club habría dividido el pago de un millón de euros a I3 Ventures en facturas de menos de 200.000 euros para no tener que someter dicho movimiento a una aprobación de la junta. La División de Investigación Criminal de los Mossos sostiene que el club habría pagado un sobresueldo del 600% y que no se habrían cumplido los trámites habituales ni los controles internos de la entidad.

El rol de la 'compliance officer'

Para limpiar su imagen el Barça encargó una auditoría a Price Waterhouse Cooper pero, en paralelo, la 'compliance officer' del club, Noelia Romero, en cumplimiento de la reforma del Código Penal del 2015, realizó una investigación interna, que complementa a la de Price, aunque ambas se producen de forma paralela e independiente sobre el caso 'Barçagate'.

Cuando Romero es despedida, en julio, se pone a disposición de la Autoridad Judicial y con el objetivo de asegurar la integridad de su información y para que no pudiese ser manipulada por el club, entrega a los Mossos los tres dispositivos corporativos, no los suyos, privados, los del club (portátil, tablet y móvil), donde estaba toda la información del Barçagate? y otros temas y, en cualquier caso, después de haber querido declarar voluntariamente en el Juzgado de Instrucción n 13 como testigo por el caso Barçagate?. Es en ese acto, donde entrega sus dispositivos.