Hace años que toman las calles. En su día lo hicieron como una reivindicación de unos padres que, hartos del sedentarismo de sus hijos con tanto videojuego, quisieron transmitirles cómo pasaban ellos los ratos libres de su infancia. Fue el principio del regreso de los patinetes al asfalto. Pero todo salto en el tiempo comporta un progreso. Una evolución que hoy en día se ve reflejada con una invasión de unidades eléctricas amparada en la movilidad sostenible, que es como venden uno de los inventos para evitar el colapso de tráfico en las grandes ciudades respetando el medio ambiente.

Ahí surge el debate, lo mismo que pasa al ir a comprar pipas peladas o sin pelar. El objetivo inicial de comprar un juguete para que los chavales hicieran ejercicio a golpe de pierna y brazos ha mutado hacia otra tarea más básica y sencilla, enchufar el patinete a la luz para recargar la batería. Ese es el único esfuerzo para disfrutar de unidades cuyas ventas vienen experimentando unos incrementos anuales por encima del 1.000% con un coste medio de 300 euros.

Horas en los parques

En el primer grupo, el de la propulsión humana, estarían los auténticos, los puristas, los riders. Los que pasan horas y horas en los skateparks desafiando la gravedad, los que consideran esta práctica casi un estilo de vida. De hecho, incluso podría llegar a ser un modo de vida, pues es una modalidad deportiva federada, bajo el paraguas de la Real Federación Española de Patinaje, donde trabajan para que sea olímpico, como lo será el skateboard este verano en Tokio (España suma unas 450 licencias).

Pues dentro de la cultura rider, Castellón cuenta con un representante en la cima. Se llama Rafa del Valle, tiene 19 años y es de l’Alcora. En su tercera presencia en un Campeonato de España, el celebrado en el Parc del Fòrum de Barcelona, bajo las restricciones que obliga la pandemia, con la presencia de los 15 mejores del país en la modalidad de park, el alcorino acabó tercero, muy cerca del segundo clasificado. Esa posición le abrió las puertas de las Urban World Series Internacional (el Mundial) y finalizó 16º. De momento no le da para vivir de esto, por lo que debe compaginar su preparación con el trabajo. Por eso, si algún día abren la puerta de casa y le reconocen, tranquilos, estarán delante de uno de los mejores. Avisamos porque compagina su labor de monitor en el Club Roll In Castellón con el trabajo de repartidor en Correos Express y hasta de pizzero. Es la otra cara de los deportes no profesionalizados.