El Castellón afronta otro final de temporada subido en un tobogán de emociones fuertes. Desde el minuto uno vengo anunciado que, en esta temporada del covid, la permanencia merecería ser celebrada como un ascenso. No se me escapaba en el magnífico inicio que la realidad iba a ser muy distinta y que el sufrimiento llegaría hasta el tiempo de descuento de la Liga. Por un momento, lo reconozco, llegué a pensar que el Castellón tenía muchos números para ser el Rácing de Santander del curso pasado. Creo que el club, en la medida de sus posibilidades, ha intentado hacer las cosas bien en el mercado de invierno, intentando corregir los pecados de inexperiencia y algunos errores de bulto, demostrados todos con el paso de las hojas del calendario, que se cometieron. 

Al final también han sido válidas las tesis de que la desigualdad en la Segunda División es todavía mucho mayor que en Primera. El Espanyol, accidente al margen de la expulsión de Iago Indias, evidenció que está muy lejos de la realidad del Castellón. Vamos, en otra liga. Ytambién tengo que sacar a colación el dato de que Logroñés, Sabadell, Castellón y Cartagena son ahora cuatro de los ocho candidatos al descenso (incluyo al Oviedo a pesar de que está a 7 puntos de la línea roja). Los recién ascendidos están en un pañuelo de dos puntos. ¿Se han equivocado los cuatro en su planificación? Algo indica que el salto ha sido muy grande para ellos. 

Pero ahora vamos a la realidad. El Castellón tiene un calendario bueno y complicado a la vez. Bueno porque depende de sí mismo al tener que medirse a rivales directos como Albacete, Oviedo, Alcorcón, Logroñés, Cartagena y Zaragoza, además de equipos de un perfil medio como Tenerife o Málaga y otros tres como Rayo, Mallorca o Ponferradina.

Si se llega con opciones al esprínt final, el tiempo juega a favor. Los refuerzos tienen un nivel medio alto de la categoría, aunque Jonatan Soriano, Javi Moyano o Khrin llegaron lejos de su mejor forma.

Garrido ha logrado mejorar el juego defensivo, pero mi gran duda es si le llegará para cumplir el objetivo sin mejora notable del ataque. No solo finalización, sino generación de jugadas de gol. Esa es la asignatura pendiente de un técnico que ha dado muchos tumbos en busca de una fórmula que logre que no se dependa del milagro de buscar una jugada aislada que consiga finalizar en gol. Hoy soy más optimista con la permanencia, con las dificultades lógicas, pero depende de Garrido acabar con los experimentos. Un día Cubillas, otro Rubén Díez, Jonatán Soriano sin apenas entrenar titular y luego suplente, otro día César Díaz, Juanto.... En esta Liga de 11 partidos el Castellón depende de sí mismo y ahora mismo puede competir con sus rivales. Difícil sí, pero un poco menos. Garrido debe aprobar el otro 50% del curso:el ataque. Sin discursos ni planteamientos victimistas. PPO.