Son los dos únicos supervivientes españoles en la Europa League y, aunque no se verían las caras hasta una hipotética final continental, el Villarreal CF y el Granada CF emularán ese encuentro este sábado en Los Cármenes en el regreso de LaLiga tras el parón por los compromisos internacionales (14.00 horas).

Se prevé un encuentro de lo más igualado entre dos equipos que ocupan las séptima y la octava posición, respectivamente, con siete puntos de diferencia (43 por 36). Una clasificación momentánea tras las disputa de 28 jornadas, que sitúa al conjunto de Unai Emery a dos puntos de los puestos que dan acceso a la competición europea la próxima temporada y que al mismo tiempo reivindica al andaluz como una de las revelaciones de la campaña 2020/21.

El Granada de Diego Martínez, quien fuera segundo de Emery en el Sevilla FC, ha llegado hasta donde ha llegado por méritos propios. Se trata de un equipo que juega muy junto, con todas sus líneas trabajando al unísono para no dejar espacios y dificultar la progresión de sus rivales. Intentan jugar a partir de la recuperación del balón y, si lo hacen en espacios que les permitan contraatacar, aparecen hombres como Molina, Soldado o Kenedy para asegurar las jugadas de peligro y poner a prueba al portero rival.

Sus referentes

Ante este tipo de planteamiento no es de extrañar que el Granada cuente con un trío de centrocampistas de gran nivel --el formado por Montoro, Yangel Herrera y Gonalons--, a los que los jugadores del Villarreal deberán tener muy controlados con el fin de evitar perder la posesión y poder imprimir sus señas de identidad. Y es que los tres puntos de este sábado en tierras andaluzas se antojan vitales, más allá de por tratarse de un rival directo, por una cuestión de confianza ya que el Submarino logró romper su racha de resultados negativos antes del parón y acumula dos victorias seguidas ante el Eibar en Ipurua (1-3) y el Cádiz en el Estadio de la Cerámica (2-1).

Al margen de su potencial futbolístico, otra clave del próximo rival del Villarreal en LaLiga es su mentalidad ya que el vestuario granadino es muy consciente de que está viviendo el mejor momento deportivo del club --que por primera vez en la Europa League ha accedido a los cuartos de final-- y esa circunstancia es una motivación más. Esta situación provoca que cada partido se viva con la máxima intensidad, tanto sobre el terreno de juego como en el banquillo, y que en algunos momentos puedan surgir chispas.

Tensión en Vila-real

Tanto es así, que en el encuentro de la primera vuelta en La Cerámica se vivieron momentos de tensión entre Emery y Martínez. La posibilidad de anular el 2-2 que mostraba el marcador llegó con un penalti en el último minuto a favor de los groguets, expulsión de forma directa a Eteki y amarilla para Machís. Pese a las reclamaciones de los andaluces, finalmente el marcador no se movió ya que el portero Rui Silva --otro de los pesos pesados-- le vio las intenciones a Alcácer y detuvo su lanzamiento. Eso no restó cierto malestar en ambos banquillos y los dos entrenadores acabaron protagonizando una acalorada discusión. «Somos los dos competitivos, el fútbol es tensión y eso a veces lleva a estas cosas, pero no hay nada más», dijo Martínez. El sábado, el reencuentro entre dos equipos que quieren seguir dando guerra.