Es, junto al Espanyol, uno de los equipos que va como un tiro, rumbo a Primera División. Ocupa la segunda posición de la clasificación en Segunda, con ocho puntos de ventaja respecto al tercer clasificado, el Almería. Y sus números y el potencial de su plantilla hablan por sí solos. El todopoderoso RCD Mallorca visita este sábado el Estadio Castalia para poner a prueba a un equipo, el CD Castellón, herido tras el batacazo protagonizado el pasado lunes en Alcorcón y con el agua al cuello en su pelea por eludir el descenso de categoría.

En el partido de la ida en Son Moix, el equipo que por entonces dirigía Óscar Cano cedió por un contundente 3-1 y evidenciando las diferencias abismales existentes entre uno y otro equipo. Pero para más inri, el Mallorca que esta jornada visita el feudo albinegro es aún más potente que entonces, ya que se reforzó en el mercado de invierno con Koke Vegas (portero del Levante), Víctor Mollejo (extremo del Atlético de Madrid) y Álvaro Giménez (delantero del Cádiz), y tan solo cerró la cesión de Álex Alegría al Zaragoza.

Fuerte Apuesta económica

El hecho de tener en la propiedad a un grupo fuerte económicamente como es el liderado por Robert Sarver, accionista mayoritario de los Phoenix Suns, ha permitido a la entidad bermellona configurar una plantilla con la que estaba claro iba a pelear por recuperar la categoría perdida el curso pasado lo antes posible. Y, por el momento, la apuesta --para la que han invertido cerca de 45 millones-- le está saliendo muy bien al Mallorca, que viene ocupando prácticamente en toda la temporada una de las dos plazas que dan el ascenso directo a sus propietarios, y que mantiene trece puntos de ventaja respecto al último equipo que ostenta uno de los cuatro puestos que dan opción a la promoción de ascenso: el Rayo Vallecano con 55. 

En este sentido, tan solo una hecatombe en las últimas ocho jornadas de Liga podría alejar al equipo que dirige Luis García de su objetivo, algo que parece prácticamente imposible a sabiendas de que el Mallorca lleva 20 victorias, ocho empates y tan solo seis derrotas hasta la fecha. 

Entre la euforia y la cautela

No obstante, en las últimas jornadas el cuadro mallorquín ha evidenciado ciertas debilidades que le han llevado a encajar algunos resultados imprevistos en su trayectoria. Dos derrotas --contra el Sporting (2-0) y el Fuenlabrada (4-1)-- y dos empates --ante el Oviedo (0-0) y Las Palmas (1-1)-- en las últimas seis jornadas que le hicieron perder el liderato, ahora a dos puntos y en manos del Espanyol.

Por este motivo, y en vistas de que la competición en Segunda está una temporada más de lo más igualada, el mensaje que se envía desde la dirección deportiva del club, liderada por el castellonense Pablo Ortells, y desde el cuerpo técnico es de cautela, ya que todavía no se ha conseguido nada y quedan aún 24 puntos en juego que podrían cambiar considerablemente la posición de cualquier equipo en la tabla.

David contra Goliat

Mientras el Mallorca pelea por recuperar su condición de Primera, el Castellón hace lo propio por mantener como sea su estatus en Segunda División. Pero lo cierto es que, más allá de las diferencias deportivas, en los despachos se podría decir que bermellones y albinegros son de ligas diferentes. Así, la entidad balear cuenta con un límite salarial de algo más de 18 millones de euros, concretamente 18.567.000, tras el mercado de invierno, mientras que en el caso del club de la capital de la Plana el límite es de unos 5,2 millones de euros. Cifras muy distantes entre dos clubs que el sábado se miden en Castalia.