El fútbol base volvió a ser ejemplo de valores como la deportividad y el compañerismo. Transcurría con total normalidad el partido entre el Femenino Infantil del Castellón y el Moncada cuando, de forma repentina, una jugadora del equipo visitante empezó a sentir mareos y sufrir dificultades para mantener la respiración hasta quedar tendida sobre el césped. 

En ese preciso momento, y en una jugada de ataque para el conjunto albinegro, todos quedaron acontecidos ante la reacción de Ana Ribes, que se desentendió del juego y se marchó rápidamente al banquillo para coger el ventolín y socorrer a su rival. El árbitro paró el encuentro consciente de la gravedad, mientras Ana socorría a la afectada, que inhalaba el ventolín y se recuperaba del susto. Todos los asistentes brindaron una sonora ovación mientras la jugadora agradecía la reacción y la inminente asistencia recibida por la delantera del Castellón. Además, el colegiado quedó sorprendido y mostró la tarjeta verde como símbolo de su comportamiento. Sin embargo, no contaba con la tarjeta ya que no se suelen enseñar pero sí lo dejó plasmado en el acta.

Juanvi Casanova, entrenador del Castellón, se mostró muy orgulloso con la conducta de su futbolista: «Ella tiene asma y sabía como ayudarla. Ha sido un momento muy emotivo».