El Peñíscola Globeenergy atraviesa por su situación más delicada desde que está en Primera División. El equipo azul lleva una temporada muy irregular que le tiene en zona de descenso con 23 puntos, lo que es ahora mismo estar a cinco de los puestos de permanencia. Ha sido capaz de ganar y empatar contra conjuntos grandes pero, por el contrario, ha decepcionado en otros partidos contra otros a priori más asequibles.

La directiva optó por un cambio en el banquillo a mitad temporada, llamando a un viejo conocido como Carlos Sánchez en busca de una mejoría. Lo cierto es que al madrileño no le dejaron una tarea fácil aunque reconoce que se muestra confiado en conseguir el objetivo que le marcaron desde la dirección deportiva.

Seguramente sabía que lograr la permanencia no iba a ser una labor fácil pero igualmente decidió aceptar la propuesta de regresar al Peñíscola. ¿Por qué lo hizo?

Es un poco por todo. Por las ganas de volver, poder entrenar en Primera, por el factor de los sentimientos al sentirme muy arraigado a Peñíscola, por la directiva y por la afición. Todo eso influye a la hora de decidirte a dar el paso y mi vida ha sido siempre de retos complicados. Este es uno más que hago con cariño y pasión porque hay sentimientos que afloran.

¿Qué es lo que le está faltando al Peñíscola este año para que no le acompañen los resultados?

Creo que, sobre todo, es la falta de gol. Nos ha hace llegar con marcadores ajustados al final del partido y así se han escapado muchas victorias. Se han perdido muchos puntos y eso hace que la moral decaiga. Cuando pasa esto no crees tanto en ti y la moral se mina. Cuando vine el equipo estaba mentalmente decaído y conseguimos cambiarlo y sacamos algún punto aunque no los suficientes.

Están a cinco puntos de los que marcan la permanencia y quedan 21 en juego. La salvación parece estar más complicada…

Esto es el deporte y a veces no todo sale como queremos. Trabajas fuerte y bien, estudias al rival, sabes por dónde te pueden hacer daño y por dónde lo puedes hacer tú pero no todo sale como tú quieres. Tenemos que seguir creyendo porque el calendario es complicado para todos y estamos a un partido y medio de ellos. Si hasta ahora no hemos sacado puntos donde debíamos, hay que sacarlos en otras pistas y, hasta que las matemáticas no digan lo contrario, nosotros vamos a pelear.

¿Qué le dice un entrenador a sus jugadores ante una situación delicada como esta?

Trato de dar un mensaje fuerte y de ánimo de que tenemos que ir semana a semana y no se pueden bajar los brazos. Se busca el trabajo, ganas y ambición del los chicos y están en esa predisposición. Por todo lo que está en nuestra mano no vamos a parar. Otra cosa es lo que refleje el marcador al final.

Al igual que para los jugadores, para los aficionados al Peñíscola es una temporada difícil.

Sí, y más con el maldito virus que ha hecho que se pierdan partidos en el pabellón. Pero dentro o fuera no fallan jamás y por ellos nos dejaremos el alma hasta el final. Pierden su tiempo para venir a vernos, animarnos y estar a nuestro lado. Pelearemos hasta el final.

Varios enfrentamientos directos en las últimas jornadas

Al Peñíscola le quedan tres salidas complicadas ante el Levante, ElPozo y Betis; y en la última jornada jugará en Antequera un partido que puede ser decisivo o en el que alguno de los dos ya no se juegue nada por haberse consumado su descenso. En casa recibirá a equipos metidos en la pelea por la salvación. Los puntos contra O Parrulo, Jaén y Burela se deben quedar en Peñíscola y tratar sumar en algunas de las salidas.