El Villarreal dejó vivo al Arsenal (2-1). Lo tuvo contra las cuerdas en un remate de Gerard Moreno que Leno salvó como si fuera el milagro de Lourdes. Hubiera sido el 3-0 y dejar encarrilado el pase a la final de la Europa League. El Submarino pasó como un vendaval por encima de los gunners en la primera parte, pero perdió fuelle en la segunda. Pero nadie pensó que pudiera ser fácil meterse en una final europea. Y el 2-1 supone viajar al Emirates con ventaja en una eliminatoria que, como se preveía, sigue en el aire. Este equipo posee argumentos para continuar pensando que es su momento. 

Nuestra historia, nuestro sueño y nuestro momento. Así rezaba la pancarta que cubría una buena parte de la preferencia del Estadio de la Cerámica y que se ha convertido en el lema de esta quinta semifinal europea del Villarreal. Tiene que ser historia porque el Submarino lleva mucho tiempo buscando ese lugar en el trono de los elegidos. Es el sueño de miles de groguets de aquí y de allá, repartidos por todo el mundo, que vienen imaginando ese momento mágico de su presidente levantando la Copa. Y es el momento. Porque el cuadro de Emery fue superior al Arsenal. Igual que hace 15 años, pero esta vez con más contundencia que entonces. 

El equipo amarillo impuso un ritmo alto de juego. Velocidad física y mental, intentando elaborar el fútbol desde atrás, sin miedo a la presión asfixiante con la que los ingleses intentaban desactivarles. La clave era superar esa primera línea de acoso al poseedor del balón para encontrar más espacios cara a la portería de Leno. 

El Villarreal salió con una motivación extra y con las ideas muy claras. Y se le puso de cara a los cinco minutos cuando Trigueros le pegó al balón con toda su alma al recibir un balón de Chukwueze después de romper a la defensa inglesa. El 1-0 iluminaba el camino. 

 Alcácer, Gerard, Chukwueze... todos se arremangaron para mantener a un rival que se veía desbordado cuando no tenía la pelota. Y el Villarreal quería más. Y buscó el 2-0. Y este llegó a la media hora. Saque de esquina, prolongación hacia atrás de Gerard y Albiol conectó con la pelota, no se sabe si con el corazón, con toda su alma o con el pie, pero el segundo tanto subió al marcador. 

Un claro dominador

El Arsenal estaba grogui. El partido caminaba más hacia el 3-0. Después de un susto, en un claro error del árbitro que no vio unas claras manos en una jugada que concluyó en penalti. El VAR evitó un ridículo espantoso al trencilla. 

Y al filo del descanso, una cabalgada de Foyth, con pase en profundidad para Gerard Moreno, pero el balón se le perdió por la línea de fondo. 

El Arsenal tomó el mando después del descanso. Emery reforzó el centro del campo con la entrada de Coquelin por Alcácer. Cedió demasiado terreno el Villarreal con el 2-0, también por mérito del Arsenal. Pero aguantaba sin apuros el dique Pau-Albiol. Y Gerard tuvo el jaque mate en un remate a bocajarro en el que Leno hizo una de las paradas de su vida salvando al Arsenal del KO.

Todo continuaba con el viento a favor. La expulsión de Ceballos dejaba al Arsenal con 10 durante media hora. En una eliminatoria así todos los factores cuentan. Y el árbitro, uno de los peores que ha pasado esta temporada por La Cerámica, volvió a pitar un penalti en contra sin apenas contacto de Trigueros. Pépé batió a Rulli. El 2-1 devolvía a la vida al Arsenal. Si faltaba algo, Capoue vio la segunda y se marchó lesionado del campo. 

El Villarreal pegó un bajón tremendo y el Arsenal acabó el partido más cerca del área del cuadro villarrealense. Una pena pero el sueño europeo sigue vivo.