Cuenta atrás. Cinco jornadas para el final en Segunda A, concentradas en apenas 21 días. Con el Albacete virtualmente descendido, aún quedan tres plazas por adjudicar y un nutrido grupo de equipos que tratan de huir de la quema: hasta ocho en siete puntos. Todos buscan los al menos 47 que, a día de hoy, se consideran los mínimos para no descender, aunque la tendencia alcista del vagón de cola en las últimas semanas, junto al peligro de los golaverajes (particulares y colectivos), siempre invitan a alguno más. El CD Castellón, por lo tanto, necesitaría al menos seis (no obstante, Marc Mateu puede explicar a sus compañeros lo que es bajar con 50 puntos), frente a Cartagena, Ponferradina, Zaragoza, Rayo Vallecano y Málaga, en una secuencia de fuera-casa.

La última jornada

La última jornada ha descartado de forma irremisible a un Albacete que ya ha empezado a preparar la próxima temporada en la Primera RFEF, con destituciones a mansalva (entrenador, director deportivo...). La sensación de que el pobre empate ante el Logroñés del domingo había sido malo, se acentuó con los resultados del día siguiente, que deja a los albinegros, perjudicados por un triple empate, de nuevo al filo del abismo, solo un punto por encima del descenso (Sabadell, a quien se le tiene el cara a cara ganado) y dos sobre un Cartagena al que visitan dentro de tres días (18.15 horas) en Cartagonova (2-1 en Castalia).

calendario CD Castellón

Lo que pasa al final

Todos los equipos implicados, llegados a este punto, sacan humo a las calculadoras y hacen sus propias cuentas: a este le puedo ganar, aquí puedo rascar alguna cosa, contra este no me hago demasiadas ilusiones... Se suele considerar que jugar contra los equipos de arriba suele ser más complicado, se cruzan los dedos para que el adversario llegue a tu partido sin nada en juego y se siente una agonía infinita cuando afrontas una final frente a un adversario directo (con lo que puede pasar si pierdes).

Sin embargo, la competición, en el tramo final, suele responder poco a la lógica. De hecho, está demostrado, estadísticamente, que el número de sorpresas crecen exponencialmente en el último mes, cuando los que luchan por no bajar, habitualmente, obtienen mejores resultados. De hecho, hasta hace bien poco, la proyección de puntos reflejaba que podrían bastar, incluso, 42-43, cuando ahora se ha disparado hacia los 46-47... y subiendo. Repito: el Numancia bajó el año pasado con 50, la cifra a la que todos aspiran porque te mantiene a salvo de todo. Teóricamente, claro.

¿Calendario bueno o malo?

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Lo que le queda al Castellón, ¿es un calendario bueno o malo? ¿Accesible o inasequible? De entrada tiene dos salidas ante rivales directos (Cartagena y, hoy por hoy, aún el Zaragoza), además de recibir en Castalia a dos que aspiran a colarse en los play-off de ascenso (Ponferradina y, principalmente, Rayo Vallecano). El cierre de la temporada será en La Rosaleda, de tan gratos recuerdos, contra un Málaga para el que, sí o sí, será un trámite. No es un mal calendario, ya que se quita, por ejemplo, a cualquiera de los seis primeros.

Ahora bien, tal vez el principal enemigo del Castellón sea él mismo, en las sensaciones que transmite, mostrando un cariz tremendamente conservador, jugando casi siempre al fallo del rival, siendo dominado, concediendo ocasiones... Con todo, para quien vea la botella medio llena, Juan Carlos Garrido ha obtenido la versión más práctica que cualquier equipo pueda ofrecer, no encajando goles en más de la mitad de los encuentros y explotando cada gol más allá de toda lógica.