No por esperado resultó menos doloroso. Ni la llegada de Sergi Escobar al banquillo, ni la revolución que con él se esperaba, pudieron cambiar el signo a una temporada complicada. El CD Castellón encadenó una nueva derrota en el Estadio Castalia ante el Rayo Vallecano y esta, unida a la victoria del Lugo, consumó el descenso del equipo albinegro a la Primera RFEF, la nueva nomenclatura de la Segunda B. Ahora, toca hacer autocrítica y trabajar desde el minuto 1 para preparar un proyecto potente con el que regresar al fútbol profesional lo antes posible. Y, a poder ser, el año 2022, el del Centenario.

Aunque solo había anunciado uno o dos cambios, Escobar cambió por completo la imagen del equipo. Primero por los hombres por los que apostó, recuperando a muchos que habían estado desaparecidos en toda la segunda vuelta como Álvaro Campos o Satrústegui, y a otros a los que Garrido había hecho la cruz. Léase Javi Moyano, Marc Mateu e, incluso, Jonatan Soriano. Y a esa apuesta, que a muchos pareció demasiado arriesgada, se sumó la intensidad con la que los orelluts saltaron al césped.

33 El gol anulado a Iago Indias al filo del descanso afectó a los albinegros.

Los albinegros salieron al 200%, conscientes de lo mucho que había en juego, espoleados por una afición volcada con los suyos y ejerciendo una presión muy alta sobre el Rayo, que ni mucho menos vino a especular y buscó sus aproximaciones al área sobre todo por la banda izquierda. En ese perfil, tanto Fran García como Álvaro García obligaron a Javi Moyano a exprimirse al máximo. Pero el lateral andaluz estuvo muy bien pese a la inactividad de las últimas jornadas.

Su primer tiro a puerta fue un lanzamiento que se marchó arriba de la portería albinegra tras una pérdida de Marc Mateu. Luego probaron suerte los madrileños por mediación de Isi tras otra pérdida de Señé. Pero el Castellón no bajó los brazos y tuvo la réplica con un remate de Marc a centro de Arturo que se marchó alto.

El primer tiempo estaba siendo bastante igualado. Aunque el Rayo disponía de ocasiones más claras, el equipo de Escobar no perdía la cara al encuentro y se defendía con criterio. Haciendo lo que tocaba y sin perder la marca para no dar alas a los vallecanos con errores innecesarios.

DOS ESTACAZOS

Al filo del descanso, Iago Indias marcaba un gran gol de cabeza que el VAR anulaba por un ajustado fuera de juego de Bodiger ante la incrédula mirada de los albinegros y una intensa pitada por parte de la grada.

Y de lo que pudo ser el 1-0 que daba esperanzas a los orelluts se pasó, nada más arrancar la segunda parte, al hundimiento. Sobre el césped y en la clasificación. Sobre el césped porque, en apenas dos minutos, el Rayo sentenció con dos golazos que dejaron noqueados a los locales. El primero de Qasmi en el minuto 49 con un potente lanzamiento y, el segundo, con otro golpeo imparable de Fran García contra el que Álvaro Campos no pudo hacer nada. Era el minuto 51 y el Castellón quedó totalmente noqueado.

A los albinegros se les veía fundidos físicamente por el esfuerzo realizado en el primer tiempo y Escobar buscó la remontada dando entrada a Cubillas y César por un Bodiger algo pasado de revoluciones y un Jonatan Soriano sin ocasión alguna. Jugaron con más corazón que cabeza los albinegros en lo que restaba del segundo tiempo. Querían dejárselo todo sobre el verde de Castalia para, al menos, dejar con buen sabor de boca a unos aficionados que no han podido ver a su equipo en el fútbol profesional por la pandemia del coronavirus. Pero el Rayo era mucho Rayo y evidenció por qué es uno de los equipos que está peleando por meterse en promoción. El esfuerzo final, con los intentos fallidos de Arturo, Marc Mateu y Señé en el último tramo, no tuvo recompensa alguna.