Es difícil llegar, más complicado mantenerse y más todavía hacerlo por un largo periodo. El Joventut Almassora aspira a convertirse en un fijo en el Reto Iberdrola, la segunda categoría del fútbol femenino español, tras conseguir la permanencia en su estreno. 

Pero después del éxito, sufrido pero conseguido, la dirección deportiva de la entidad almazorense ya se encuentra inmersa en pleno proceso de planificación de la próxima campaña, la que debe ser la del afianzamiento en el peldaño de plata. Y no será nada fácil, pues la competición volverá a la normalidad tras los cambios que forzó la pandemia del covid-19

Si la pasada campaña el sistema de competición estuvo protagonizado por cuatro liguillas en la primera fase y una segunda con la pugna por el ascenso a Primera por un lado y la de la permanencia por otro, en esta ocasión la categoría volverá a disponer de dos grupos, de 18 equipos, tal y como sucedió hace dos años, en el bautismo del Reto Iberdrola. 

Categoría casi definida 

A falta de que asciendan los cuatro equipos que deben certificar su promoción desde Primera Nacional y se confirmen los descensos de otros tantos equipos desde Primera Nacional, la categoría está más o menos clara. Entre los equipos más exigentes a los que se deberá enfrentar el conjunto de Miguel Armenteros, ya renovado para la próxima campaña tras ascender al Reto Iberdrola el año pasado y de mantener al equipo este curso, estarán Osasuna, Oviedo, Barcelona B, Atlético de Madrid B, Albacete, Granada, Pozoalbense o Alhama. A estos clubs hay que añadir a los cuatro que han descendido desde Primera División y que querrán volver a la élite por la vía rápida. Se trata de Logroño, Espanyol, Santa Teresa y Betis o Deportivo. Por otro lado, falta todavía por dilucidar los cuatro conjuntos que subirán en la promoción de ascenso al Reto Iberdrola.