El Kickboxing es un deporte de combate que combina las patadas de diferentes artes marciales con los puños del boxeo y a pesar de estar en pleno crecimiento, está muy poco remunerado, por lo que se crea un problema de profesionalización. La provincia de Castellón posee una de las escuelas de formación más potentes de la comunidad. Se trata de Kaizen situado en Burriana, un club que nació hace 6 años para formar a luchadores de Kickboxing.

Fidel Rodríguez, director y entrenador de la escuela, destacó que “hay otros centros donde se practica el kickboxing entre otras actividades, pero Kaizen pone el foco en este deporte”. Esta especialización atrae a luchadores de toda la provincia e incluso de Valencia, que se decantan por formarse en el centro de Burriana.

Según aseguró el director existen pocos profesionales en la provincia, a pesar de que “es un deporte que está en auge, cada vez tiene más potencia”. Dos de los luchadores profesionales de la provincia son Ayoub Segiri y Paul Bartos, que este fin de semana competirán en un combate al KO en Benidorm en la 48º edición del Mix Fight, una de las promotoras más importantes a nivel nacional.

La profesionalización es una de las necesidades de este deporte, ya que en algunas ocasiones luchadores amateurs y profesionales compiten juntos. “Hacen falta más veladas y mejor remuneradas”, afirmó Fidel Rodríguez. La falta de remuneración provoca que los luchadores tengan que buscarse sponsors, generalmente de suplementos y ropa deportiva, para poder seguir compitiendo.

La modalidad de K1, que permite más golpes, es la más recurrente a la hora de competir de forma profesional, precisamente porque estos combates están mejor pagados y generan más espectáculo. Para llegar a ser luchador profesional, primero hay que formarse de manera adecuada y tener una buena base, Fidel explicó que “primero hacen interclubs (peleas entre clubs a modo de entrenamiento), después compiten en competiciones autonómicas y cuando están preparados ya dan el salto a peleas profesionales”.

Escuela de formación

Como en todos los deportes, la base y la formación adecuada son clave. En el Kickboxing, los más pequeños empiezan a los 5 años de edad “con juegos que son la base para que después tengan un crecimiento deportivo más amplio”, matizó Rodríguez. Estos entrenamientos aportan una base previa y una serie de valores como el respeto o la disciplina. Una vez cumplidos los 8 años, ya pueden disputar competiciones.

Kaizen cuenta con una escuela de alrededor de los 200 niños que pueden prepararse de cara a competir en un futuro o simplemente para divertirse y practicar deporte. Cabe destacar que entre los más pequeños están prohibidos los golpes en la cara además de utilizar protección en las piernas y luchar con guantes más grandes, que garantizan una mayor seguridad.