Óscar Cabedo Cardá (Onda, 12 de noviembre de 1994) dio el salto al ciclismo profesional a finales de 2017. El ondense firmó con el Burgos BH y empezó su andadura en las filas del equipo burgalés. Debutó en la Vuelta Ciclista a España en el 2018 logrando la 86ª posición en la clasificación general. Sin ser su principal objetivo, Cabedo cosechó en la última edición de la Vuelta, que terminó el pasado domingo, su mejor participación en la ronda española colándose en la 19ª posición «gracias al buen trabajo de todo el equipo», destacó. 

Top-20 de la vuelta. ¿Que valoración sacas?

Estamos muy contentos el equipo y yo. Somos un equipo invitado y al no ser tan grandes como los otros, verse en esa pelea es muy importante para nosotros. Hemos tenido muchas felicitaciones de patrocinadores y del público burgalés. No era el objetivo que me marcaba, porque no lo veía ni posible. Pero una vez empiezas y te ves con buenas sensaciones la carrera te pone en tu sitio. Una vez me puse entre los 30 primeros sin perder tanto tiempo ya planteamos pelear esa general y ver hasta donde podíamos llegar. 

¿En qué momento te das cuenta de que puedes conseguir un buen resultado en la general?

En la tercera etapa, en el Picón Blanco. Fue el primer final en alto y quede el 18. Ataqué porque me veía bien de fuerzas y dije: estas piernas son otras diferentes a años anteriores, puedo hacer cosas. Y como van avanzando las etapas sin perder mucho tiempo ya vas midiendo más los esfuerzos. O pelar las escapadas o pelear la general. Tanto el equipo como yo planteamos pelear la general aguantando lo máximo posible con el grupo de favoritos. Cuando ves que estás bien en la general y las piernas te dan para hacer algo más, tienes más fuerzas y hay que administrarlas bien. Mis compañeros estaban muy en forma. Ellos pelaban las escapadas permitiéndome estar un poco más resguardado para hacer una buena clasificación. Nos hemos turnado bien en ese sentido.

¿Cómo afrontas los días tan decisivos como las etapas de los Lagos y del Gamoniteiru? 

No me puedo quejar, ya que tengo un perfil muy escalador. Estas etapas las tenía marcadas porque me gusta Asturias y encima me acoplan bien. Estaba mentalizado de que iban a ser decisivas y que me venían bien. Encima estaba motivado, cuando te ves entre los 20 primeros peleando y estando bien, la mentalidad te cambia y te ves capaz. Entonces sabes que si los hecho una vez lo puedes hacerlo de nuevo. Fueron mis dos mejores etapas.

¿En qué has mejorado respecto al año pasado?

El trabajo es el mismo. A mí me ha servido la madurez. Es mi cuarta vuelta, ya no soy un chaval de 23 años. Ya no vas de pardillo y las carreras no se me hacen tan largas. El ciclismo es un deporte de resistencia. La edad y la madurez suman mucho si seguimos en la línea de trabajo y dedicando el 100%. Es un deporte muy agradecido y yo tengo suerte que me lo ha agradecido en esta Vuelta. 

¿Cómo te preparas para competir un día a 40 grados y unas etapas más tarde a unos 12?

Los 40 grados de Córdoba fueron muy duros. Yo que soy de Castellón se que el clima es cálido pero a los del norte de Europa el cuerpo casi ni les funciona. Tenemos de todo, en enero estas en Francia corriendo y llueve y hace mucho frío. Al final te acostumbras a los 40 en Córdoba o la lluvia de Covadonga. Es un deporte de contrastes. El día de la etapa Córdoba fue uno de los más calurosos de la temporada ciclista, pero estamos acostumbrados a este tipo de cambios tan drásticos. 

¿Cuál fue el momento más duro de la Vuelta para ti?

En Galicia durante la penúltima etapa. Yo tenía mi pelea por no quedarme, tenía que cogerme a ese top-20 como si fuera un podio. Era una etapa que no se me acoplaba bien, pase muy mal día, no tenia las mejores piernas y estaba muy fatigado. Pero claro, sabía que no me podía quedar ahí. Lo pase mal, pero sabía que era el penúltimo día y que si salvaba esa etapa lo tenía todo hecho y al final lo conseguí. 

¿Y el mejor momento?

En la tercera etapa en el Picón Blanco. Me quede muy contento. Esas sensaciones del principio marcan como te ira el resto de la Vuelta. Quede muy satisfecho quedando en 18ª posición. Encima salía de Burgos. Intenté arrancar a ver si se despistaban, pero no coló. Fue el punto de inflexión. Pensé: si puedo estar aquí hoy, también puedo estarlo los otros días y así fue.