Espectáculo de Champions. Un Villarreal CF que hizo honor a la competición igual que el Atalanta. El Submarino continúa sin ganar, pero sigue demostrando que es un equipazo, que se deja el alma hasta el último suspiro, y con esas premisas las victorias llegaran pronto. La Champions League es otra cosa y así quedó reflejado en una noche en la que el fútbol recuperó su magia, al lado de su mayor patrimonio, la gente que lo alimenta desde la grada. Se escaparon dos puntos, pero el empate despide sabor a triunfo, porque este equipo de Unai Emery promete y transpira fútbol por todos los poros de su piel. 

No te pierdas el minuto a minuto del Villarreal-Atlanta que te hemos contado en Mediterráneo.

Regresaba la Champions con un ambiente en la Cerámica similar al de un campo lleno. El fútbol tenía ganas de demostrar que es un espectáculo con el que no puede ni una pandemia tan brutal como la del covid. Al Atalanta, como al Villarreal, no le han regalado el logo de la Liga de Campeones en una tómbola, y los italianos lo dejaron ver desde el minuto 1. 

Emery apostó por Yeremi Pino en el once, despejando la única incógnita que, a priori, presentaba el Villarreal antes del partido. Un 4-4-2 con la vuelta de Parejo y Pau. 

El Villarreal entró con mal pie en el partido. Freuler fusiló a Rulli a los cinco minutos en una acción dentro del área en la que a la defensa amarilla le faltó intensidad y también galones. El Atalanta, en una contra bien trenzada y en la que Trigueros no temporizó defensivamente en el uno contra uno pudo acabar con el 0-2.

Si, pero el Villarreal aún no estando fino tiene a Gerard Moreno, quien puso a prueba al compañero de Rulli en la selección argentina en dos ocasiones. Musso demostró que es un portero top

El partido se jugaba a un ritmo asfixiante, en el que Atalanta y Villarreal intercambiaban golpes, ya con los amarillos puestos en su papel de campeón de la Europa League. Al filo del minuto 40, una acción combinativa, con Capoue, Gerard, Pedraza y Trigueros, concluyó con un remate de 9 clásico del talaverano que ponía las tablas. Pero aún quedaba la última del Submarino, pero Musso dejó al pichichi groguet sin premio.

Un Atalanta respondón

El equipo de Gasperini, que ha construido un equipo de autor a su imagen y semejanza, salió enchufado tras el descanso, mientras el Villarreal canalizaba su fútbol desde atrás, cocinando a fuego lento su ataque. El bochorno y el ritmo infernal del primer tiempo produjeron un bajón en la intensidad. Y fue cuando Emery sacó pecho de banquillo e introdujo tres cambios de golpe a media hora del final. Coquelin, Moi y Danjuma daban aire al Submarino que volvió a la carga para buscar el triunfo.

El partido ya no tenía tantas alternativas, pero cada balón que llegaba al área italiana se transformaba automáticamente en una bomba de relojería. Gerard la tuvo a huevo para batir a Musso, pero el 7, con acrobacia incluida, falló un balón diseñado para dibujar una vaselina de esas que gustan a los delanteros. Se fue fuera. Y a renglón seguido, un robo de balón de Parejo concluyó con una diablura de Danjuma que batió a Musso.

Mazazo final y el 3-2 muy cerca

El 2-1 no minó la resistencia del Atalanta, que resurgió de sus cenizas como los asaltantes al banco de España de la Casa de Papel. Gosens dejó al Villarreal con la respiración cortada al empatar 8 minutos después. El crono marcaba el 82, pero los minutos finales dieron para mucho. Coquelin dejó a su equipo con 10 al ver la roja, pero con un Villarreal heroico que tuvo el jaque mate en la última jugada. Gerard remató marcando los tiempos como un delantero de manual: se elevó a las nubes, agachó la cabeza y picó el balón abajo donde a los porteros les duele... pero Musso evitó el 3-2 milagrosamente. Se escapó el triunfo, pero el Villarreal dejó sensaciones de grande. Champions en estado puro.