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VILLARREAL CF

El Villarreal empieza a sufrir una peligrosa 'empatitis aguda' (0-0)

El Submarino se olvida de ganar y ofrece su peor imagen en Mallorca desde que empezó la temporada

Boulaye Dia, durante el partido del Villarreal ante el Mallorca en Son Moix.

Inofensivo, espeso, previsible, lento y con pocos recursos en ataque fueron indicadores de la empatitis aguda que ha dejado al Villarreal CF sin conocer el triunfo en LaLiga y desde que comenzó la pretemporada. Pero lo peor en Son Moix no fue el 0-0 sino la pobre imagen ofrecida por un equipo que apenas tiró a portería con cierto peligro en los 100 minutos de partido, descuentos incluidos. El equipo de Emery, que se medía al Mallorca al examarillo Luis García, ofreció la peor cara posible y estuvo más cerca de perder que de ganar ante un rival que empezó planteando el choque para no perder, pero que acabó creyéndose que podía ganar. Un cambio radical respecto al Submarino brillante de la Champions League. Y con empate tras empate (así te lo hemos contado minuto a minuto en 'Mediterráneo'), la cabeza de la tabla se aleja peligrosamente. 

La velocidad es una de las cualidades diferenciales en el fútbol. Y de ella adoleció totalmente el conjunto de la Plana Baixa en la primera parte ante el Real Mallorca. Tener el balón no es siempre sinónimo de mandar en el partido y de generarle problemas al rival. Los amarillos tuvieron un 70% de posesión por un 30% de los baleares, pero ese empacho de pelota no se tradujo en situaciones reales de peligro.

No encontraron casi nunca la rendija los de Unai Emery, lentos y demasiado previsibles. Luis García replegó a sus jugadores ordenadamente y redujo los espacios libres a la espalda de su defensa. Y el equipo amarillo sufrió, sin hombres claves en el once inicial como Gerard Moreno, lesionado, y Dani Parejo, porque en el equipo de partida figuraban cuatro caras nuevas respecto al partido ante el Atalanta: Moi, Estupiñán, Danjuma y Coquelin.

Con todo ello, el inicio del choque del Submarino fue muy bueno y Danjuma tuvo la primera gran ocasión al minuto de juego, pero tardó demasiado en conectar un tiro para el que tenía toda la ventaja. Esa llegada, y otra a la media hora de Estupiñán con taconazo de Dia, resumían el bagaje ofensivo de los amarillos. Lo demás ruido y pocas nueces, es decir tenencia de balón, pero sin ideas ni ritmo para generar huecos en el muro bien dispuesto del Mallorca. 

Ataque muy romo

Ni Dia ni Danjuma, la dupla de ataque, ofrecieron la movilidad suficiente para sorprender al rival, ni tampoco parecían los más adecuados para desequilibrar una zaga cerrada y que no se destapaba en ningún momento. Más que nunca se echaba mucho de menos la capacidad de generar fútbol de Gerard Moreno, baja de última hora, y la inteligencia futbolística de Dani Parejo.

Por su parte, el Mallorca planteó el partido que le interesaba y el Villarreal le puso el menú a la carta, con un ritmo cansino y un fútbol demasiado plano. Fer Niño, un 'ex' que está cedido por el Submarino, desperdició la ocasión más clara para los locales y quizás del primer tiempo enviando el balón a las nubes cuando tenía toda la portería para él y estaba libre de la marca de Pau. El Villarreal distaba mucho de parecerse al equipo pujante y ambicioso del Atalanta. 

Emery maquinó una revolución en el once en el descanso pero esperó diez minutos para ponerla en marcha con cuatro cambios de golpe. Le metió velocidad con Pino y Alberto Moreno de interior, olfato de gol con Paco Alcácer e inteligencia con Parejo. 

Los cambios, sin efecto

Pero ni los cambios surtieron el efecto deseado. Lejos de mejorar, el Villarreal no progresó en ataque y perdió el control del juego, que aunque no había servido para postularse para sumar el primer triunfo del curso, si le era suficiente para no sufrir. Y el Mallorca, a los mandos de un Take Kubo motivado y magistral, se creyó que le podía ganar a un equipo al que se le presume un potencial enorme, pero que no termina de visionar el camino del triunfo.

El conjunto balear estuvo más cerca de romper el empate que un Villarreal espeso, lento, previsible y que apenas inquietó a Manolo Reina. El 0-0 fue el mal menor para un Submarino que sigue sin conocer el triunfo desde que empezara la pretemporada. Un punto y gracias.

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