Horas de confusión se han vivido en torno al futuro de Xavi antes de concretarse su llegada al Barça. Mientras el Al Sadd anunciaba en un comunicado (11.46 de la mañana) que el club azulgrana pagaba "la cláusula" del contrato del técnico, cifrada en cinco millones de euros, el club azulgrana negaba ese acuerdo (13.28 h) y que fuera a abonar esa cantidad, aunque se cambia de día de presentación. De domingo a lunes.

Y a las 18.37 h el Barça revelaba ahora sí que no había comunicado oficial alegando que "los contratos no estaban listos", pero sí se confirmaba, en cambio, que Xavi viajaba a Barcelona. Con todo acordado, según explicaron Rafael Yuste, vicepresidente deportivo, y Mateu Alemany, director de fútbol, a los periodistas presentes en Doha, pero sin poder hacerlo público aún ese fichaje.

No ha querido, sin embargo, el Barça precisar si pagaba esa cláusula, alegando que se están redactando los contratos. A su llegada a Marín, a un acto de la peña barcelonista, Laporta no quiso abordar el asunto Xavi. Se refugió en el silencio, como ya había hecho también en el aeropuerto de Vigo.

Tenso viernes

Tras rechazar hasta en dos ocasiones, ambas con Bartomeu de presidente, la opción de venir como entrenador al Barça, al final Xavi vuelve a casa. Aunque le ha costado más de lo previsto. Y sin contrato oficial, de momento. Y sin confirmación del club azulgrana.

Él anunció el 21 de mayo de 2015 que se iba a jugar al Al Sadd de Qatar "con la idea de volver al Barça en un futuro". Seis años más tarde ya es una realidad.

Aunque se demorara en un viernes tenso porque el club azulgrana quería encajar esa cantidad en el fair play financiero que exige la Liga para no saltarse los topes fijados. De ahí que se buscara durante toda la tarde la salida económica necesaria para poder oficializar el acuerdo.

Xavi, en la comida de despedida con el Al Sadd. @ALSADDSC

Se marchó Xavi con Luis Enrique al frente del equipo y vuelve para sustituir a Ronald Koeman tras el interinaje de Sergi Barjuan, que acabará este sábado en Vigo.

Yuste y Alemany, en Doha; Laporta, en Galicia

Vuelve después de un convulso día de negociaciones que arrancó con el Al Sadd comunicando ya oficialmente que el Barça había pagado la cláusula estipulada en su contrato (no especifica la cifra) además de abrir nuevas vías de cooperación con el club azulgrana.

Un movimiento que irritó a los representantes azulgranas en Doha (Rafael Yuste, el vicepresidente deportivo, y Mateu Alemany, director de fútbol), que habían diseñado la operación junto a Xavi siguiendo las órdenes de Joan Laporta, el presidente que viajó de Barcelona a Vigo, asistiendo a un acto con las peñas gallegas, colgado del teléfono móvil.

Comida con la plantilla

Ese comunicado del Al Sadd, con buenas palabras hacia Xavi, escondía, sin embargo, un caso cada vez más enrevesado, dejando a Xavi en una delicada postura porque, tras reunirse con Yuste y Alemany, confiaba en que el Barça oficializara el acuerdo. Tardó más de lo previsto retratando así la tensión vivida entre ambos clubs.

A la espera de que se hiciera oficial, el técnico comía, junto a su staff, en la ciudad deportiva del Al Sadd con la plantilla que ha dirigido esta temporada. El epílogo a su estancia en Doha antes de regresar a Barcelona.

Yuste y Alemany, en el palco del estadio Abdullah Bin Khalifa de Doha.

Estaba siendo el Al Saad quien, de momento, está tejiendo y gobernando el relato comunicativo de la operación, a pesar de que Yuste Alemany confiaban en no tener que pagar la cláusula. Un precio de salida que se conoció, precisamente, en los últimos días de las negociaciones dificultando todavía más el fichaje.

Creía Xavi que saldría gratis del Al Sadd. Y así también lo pensaba el Barça. Pero, finalmente, han tenido que pagar esa cantidad para que la liberación sea efectiva y pueda volar este mismo sábado hacia Barcelona antes de ser presentado, si no hay cambio de última hora, este domingo como adelantó este diario.

Esa idea, pese a la confusión que se ha vivido, es la que mantiene el propio entrenador, confiado en dirigir al Barça hasta el 30 de junio de 2024. Dos temporadas y media que empezarán con la misión inmediata de activar la reacción futbolística de la plantilla en cuanto a juegos y resultados.

Lágrimas en la despedida

La intervención del propio Xavi, que ha sido quien negociado directamente con el propietario del club catarí, ha sido determinante para desbloquear el caso. Por eso, rompió a llorar cuando se iba despidiendo, uno a uno, de todos los jugadores del Al Sadd a los que ha dirigido, además de los ayudantes que se quedan porque se trae a seis a Barcelona.

Xavi es el segundo entrenador en poco más de un año por quien el club azulgrana paga dinero. Bartomeu desembolsó cinco millones de euros a la federación neerlandesa para traerse a Koeman y ahora es Laporta quien destina idéntica cantidad al Al Sadd por Xavi.

Ese será el primer objetivo que continuará luego con la ejecución de un proyecto a largo plazo para restituir el genuino estilo azulgrana, pervertido a lo largo de los años, sin el sustento, además, de los títulos que justificara la pérdida de la identidad futbolística. La Copa del Rey del pasado mes de abril (2021), único legado de Koeman, rompió un vacío de dos años desde la Liga de Ernesto Valverde (2019).

En su comunicado oficial, emitido a través de las redes sociales, Turki Al-Ali, CEO del Al Sadd, ha indicado que "Xavi nos informó en los últimos días de su deseo de pasar por la experiencia del Barcelona", reconociendo además que le motivaba "la etapa crítica que atraviesa el club de su ciudad y lo entendemos y decidimos no interponernos en su camino".

De ahí que el club catarí haya reconocido que "Xavi y su familia serán bienvenidos en Doha y la relación continuará".

Xavi recala en el Barça como entrenador y máximo responsable de un proyecto futbolístico que el club conoce en todos sus extremos. De inicio, se incorpora con sus primeros adjuntos, Òscar Hernández (su hermano mayor) y Sergio Alegre, y los analistas tácticos que estaban en Al Sadd: Sergio García, David Prats y Toni Lobo.

A ese núcleo del cuerpo técnico se añade también el preparador físico Iván Torres, que ha desarrollado los métodos de Xavi, y el fisioterapeuta Carlos Rodríguez para supervisar el estado físico de los futbolistas en su reincorporación al equipo, una de las áreas más criticadas en las últimas semanas por las constantes recaídas de los lesionados.

Xavi, con Òscar Hernández y Sergio Alegre, sus colaboradores, celebran un gol del Al Sadd. REUTERS

La tradición de casa

El fichaje de Xavi perpetúa la tradición azulgrana de confiar las riendas del equipo a un exjugador de la casa, tácitamente establecida en las últimas décadas. Una práctica que se interrumpió cuando Sandro Rosell eligió a Gerardo Tata Martino para sustituir a Tito Vilanova en el agravamiento de su enfermedad (2013-14) y Josep Maria Bartomeu llamó a Quique Setién para que ocupara el puesto del destituido Valverde (enero de 2020). 

Aunque el siglo XXI comenzara con la designación de Llorenç Serra Ferrer (2000-01) y hubiera un recurso de emergencia con Radomir Antic (2003) para terminar el negro mandato de Joan Gaspart.

Joan Laporta empezó el suyo con Rijkaard y lo terminó con Pep Guardiola, una decisión muy criticada en su día por muchos sectores del nuñismo, entre otras razones por la presunta inexperiencia del cerebro del dream team.

Sin embargo, Laporta y los culés disfrutaron de dos años (2008-10) en los que hubo el mejor fútbol nunca visto en el Camp Nou y un récord único en la historia: el primer sextete de títulos de la historia, igualado una década después por el Bayern.

A ese recuerdo se aferra Laporta reticente en un principio a fichar a Xavi, con quien mantenía una amigable relación que quedó plasmada en una frase: “Presi, ens veiem al Luz de Gas”, gritó el centrocampista en las celebraciones de la Liga de 2010. Esa relación que se consolidó desde entonces, se había enfriado en los últimos meses por la renuncia de Laporta a confiar el equipo a Xavi pese a que sus allegados trataban de hacerle ver que era la apuesta más indicada.

Solanas, Canales, Yuste y Alemany, en las gradas del estadio Al Gharafah. EFE

Las reticencias de Laporta

El presidente alegaba que le faltaba experiencia y ocultada que le incomodaba que hubiera sido el eje del proyecto deportivo de Víctor Font en las elecciones. Antes de contratar a Xavi, a quien presentará este fin de semana, fichó a Jordi Cruyff, que formaba parte del organigrama del egarense y, por tanto, de Font.

El deshielo, finalmente, se rompió. La intervención de Mateu Alemany, teóricamente un neutral por su reciente llegada al club como director de fútbol, venció la postura de Laporta, partidario inicialmente de confiar en un entrenador de la emergente escuela alemana, pero que no pudo consumar por la ausencia de dinero suficiente para convencer a un candidato.

A medida que iba perdiendo la confianza en Koeman, Laporta se convenció de que la vuelta a los orígenes futbolísticos se erigía como una mejor solución para el Barça.

No tendrá ahora Xavi el poder absoluto que le confería Font, que lo había colocado como mánager general y entrenador, pero sí reúne con Laporta el consenso que necesita este para enderezar su proyecto tras unos meses iniciales llenos de dudas y problemas. De ahí que el presidente escenificara su giro para ponerse en manos de Xavi, el arquitecto de la reconstrucción.