El tenista suizo Roger Federer tiene previsto poder volver a jugar en el verano de 2022, lo que significa que se perderá el Abierto de Australia y Roland Garros, y casi con total seguridad su cita favorita de Wimbledon, ya que debe continuar con la recuperación de la rodilla derecha que tuvo que volver a operarse el pasado mes de agosto.

"Podré volver a correr tranquilamente en enero y reanudar las sesiones en la pista con un apoyo complejo en marzo o abril. Así que ahora calculo que mi regreso a la competición será en el verano de 2022", explicó Federer en declaraciones al diario suizo 'Le Matin'.

En este sentido, el de Basilea ve complicado incluso estar en el All England Tennis Club el año que viene y confesó que estaría "extremadamente sorprendido de poder jugar en Wimbledon", dejando claro que no quiere tener precipitaciones en su recuperación.

El ganador de 20 'Grand Slams' pasó por el quirófano para solucionar los problemas con el menisco de su rodilla derecha y los médicos "aprovecharon la oportunidad para tratar también el cartílago". "La combinación de estas dos intervenciones requiere paciencia y prudencia", advirtió Federer.

"Mi ambición es ver de lo que soy capaz por última vez. También me gustaría poder despedirme a mi manera y en una pista de tenis, por eso lo estoy dando todo en mi rehabilitación, pero, seamos claros, mi vida no se va a desmoronar si no vuelvo a jugar una final de 'Grand Slam'. Volver a jugar sería mi último sueño y todavía creo que puedo hacerlo, creo en este tipo de milagros", admitió el suizo, de 40 años.