El inglés Lewis Hamilton (Mercedes), siete veces campeón del mundo de Fórmula Uno, ganó en Yeda el muy alocado y polémico Gran Premio de Arabia Saudí, el penúltimo de un campeonato que se decidirá el próximo domingo en Abu Dabi entre él y el neerlandés Max Verstappen (Red Bull), segundo este domingo y que, empatado a puntos (369,5), sigue líder, al tener un triunfo más.

Hamilton elevó a 103, con vuelta rápida incluida, su propio récord histórico de victorias en la F1, al firmar la octava de la temporada, por delante de Verstappen y del otro Mercedes, el de Valtteri Bottas. El finlandés rebasó en el último suspiro al francés Esteban Ocon (Alpine) -que fue cuarto- y acabó tercero la muy caótica y polémica carrera de Yeda; con varios accidentes, dos interrupciones con bandera roja, incidentes entre los dos contendientes al título; y que el español Carlos Sainz (Ferrari) concluyó en octava posición.

Su compatriota Fernando Alonso (Alpine), no puntuó. El doble campeón mundial asturiano, perjudicado por las interrupciones, acabó decimotercero en el caos de Yeda; donde el mexicano Sergio Pérez, compañero de 'Mad Max', abandonó después de que le tocase en la primera de las dos resalidas el monegasco Charles Leclerc, compañero del talentoso piloto madrileño y que acabó un puesto por delante de él. En una carrera en la que Mercedes dio un paso de gigante para ganar su octavo Mundial de constructores y tras la cuál los dos aspirantes al título fueron llamados a declarar ante los comisarios.

Verstappen, que volaba hacia ella, había 'tirado' el sábado, en la última zona de la pista, una 'pole' que ocupó este domingo Hamilton, que también elevó en Arabia a 103 su propia plusmarca histórica de primeros puestos en parrilla en F1 y que había llegado a Yeda a ocho puntos del ídolo de los Países Bajos. Bottas, compañero del astro británico, rellenaba la primera fila; con el neerlandés tercero, en la segunda hilera, al lado de Leclerc.

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Los diez primeros en parrilla (entre ellos 'Checo', que arrancó quinto) salvo el inglés Lando Norris (McLaren) -que lo hizo desde el séptimo puesto, con blandos-, tomaron la salida con el compuesto medio; en la debutante pista de Yeda, de 6.175 metros y 27 curvas; la segunda más larga del calendario, después de la de Spa-Francorchamps, sede del Gran Premio de Bélgica (7.004 metros). Sin duda el circuito urbano más rápido del mundo; donde, antes de la carrera, se guardó un minuto de silencio en honor a la memoria de Sir Frank Williams, fundador de una de las escuderías más laureadas de la F1 -con 16 títulos mundiales: siete de pilotos y nueve de escuderías-, fallecido el pasado 28 de diciembre a los 79 años.

Una pista peligrosa, por rápida y estrecha -casi sin escapatorias- en la que se esperaban todo tipo de incidentes, como así acabó sucediendo, con dos interrupciones con bandera roja, entradas a pista del 'safety car' y decretos de coche de seguridad virtual. En la que Alonso, que salió con medios; y Sainz, que lo hizo con duros, arrancaron decimotercero y decimoquinto, respectivamente.

Salida limpia

La salida, curiosamente, fue limpia, con Bottas defendiendo la primera plaza de Hamilton; y los cinco primeros manteniendo sus puestos. Alonso ganó tres y ya era décimo en la segunda vuelta; Carlos ascendió dos y era decimotercero en ese giro; antes de rebasar al japonés Yuki Tsunoda (Alpha Tauri) para rodar duodécimo en el quinto. GIovinazzi recuperaba posición con Alonso; y en la séptima vuelta el genial piloto asturiano era undécimo, un puesto por delante del madrileño, que superó a su compatriota en la octava.

A partir de ahí, la carrera enloqueció por completo. El 'safety' entró en la décima, poco después de que Carlos pasará a Giovinazzi, tras el accidente, en la curva 22, del alemán Mick Schumacher (Haas), el hijo del 'Kaiser', cuyas siete coronas igualó el año pasado Hamilton; que aprovechó para entrar a garajes, al igual que Bottas, y poner duro; lo mismo que hicieron 'Checo' y Alonso.

Verstappen permaneció en pista y pasó a liderar la prueba por delante de los Mercedes y de Ocon, que tampoco paró. Con el mexicano en la octava plaza, por delante de Sainz; y por detrás de Gasly.

Una primera bandera roja determinante

Pero poco después se decretó la primera bandera roja, lo que beneficiaba claramente al neerlandés, que pudo cambiar compuestos durante la misma. En la resalida, Hamilton lo adelantó, pero Verstappen lo volvió a rebasar saliéndose de los límites de la pista, por lo que se vio forzado a devolver posición al inglés, en una carrera nuevamente interrumpida, a causa de los accidentes del otro Haas, el del ruso Nikita Mazepin, que embistió al inglés George Russell (Williams); y el de 'Checo', con retirada de los tres. Cuando el francés Esteban Ocon (Alpine) había rebasado a los dos contendientes al título.

A 'Checo', que había parado a cambiar neumáticos durante la entrada en pista del coche de seguridad, le tocó por detrás en la resalida Leclerc, provocando el accidente y el posterior abandono del bravo piloto tapatío.

Ocon, al que se le escapó la tercera plaza final en los últimos metros, salió primero en la reanudación, tras la segunda interrupción, por delante de Hamilton y de Verstappen: tercero en la parrilla y que, habiendo cambiado de nuevo a medios, adelantó a ambos; instantes antes de que Tsunoda embistiera al alemán Sebastian Vettel. (Aston Martin).

Al ecuador de una carrera ya completamente loca -en la vigésima quinta de las 50 vueltas-, se llegó con 'Mad Max' liderando, con medios, con segundo y cuatro décimas sobre el séptuple campeón mundial inglés y con Ocon a 11 segundos, ambos con duros; con Sainz en octava posición, con medios; y Alonso, perjudicado claramente por la bandera roja y que acababa de trompear, decimoquinto, con duros.

Otro toque entre el finés Kimi Raikkonen (Alfa Romeo) y Vettel, que perdió trozos de su Aston Martin, añadió, con un coche de seguridad virtual, intensidad al caos, cuando Alonso se quejaba de los desperfectos que había en pista y reclamaba un 'safety car' normal; que no llegó a entrar.

Hamilton amenazaba a Verstappen repitiendo vueltas rápidas y acercándose al neerlandés, sobre el que se tiró en la 37, en un incidente que fue investigado y que, cuando el neerlandés debía devolver la posición, lo hizo con algo parecido a un 'break test', desmentido por Helmut Marko, 'cerebro' de la escudería austriaca, que declaró que "no" aceptan el resultado de la carrera: opinión con la que obviamente no coincidió otros austriaco, Toto Wolff, jefe de equipo de Mercedes.

Ambas estrellas -llamadas a declarar ante los comisarios- se tocaron, en una acción que añadió oleaje al maremoto y que parecía haber deteriorado el alerón del Mercedes del inglés, invitando a pensar en una sanción al capitán de Red Bull.

'Mad Max' seguía sin devolver la posición, en unos momentos absolutamente absurdos, con constantes intercambios de comunicaciones entre los equipos y la dirección de carrera. Finalmente, concedió, pero volvió a adelantar, antes de que se anunciara su penalización de cinco segundos, en espera de una hipotética mayor penalización. Algo que desagradó al capitán de Red Bull, que abandonó antes de tiempo la tensa ceremonia del podio.

Ocon rozó la tercera plaza, pero Bottas completó una sensacional labor de equipo al arrebatársela en los últimos metros de la prueba.

El desenlace del campeonato, el próximo fin de semana, no puede prometer mayor emoción. Igualados a puntos, la corona se la llevará quien acabe por delante en Yas Marina. Donde, sin embargo, será campeón Verstappen si ninguno puntúa. Y vistos los últimos acontecimientos, las conjeturas se elevan a la enésima potencia.

El Mundial 2021 se decidirá con la caja de los truenos abierta por completo.