Las Guerreras se han quedado sin podio. La selección española ha perdido este domingo la batalla por el bronce en el Mundial de balonmano contra una Dinamarca que no ha dado opción (35-28). La selección de José Ignacio Prades se despide sin medalla de su Mundial, pero con unas semifinales muy meritorias para un equipo en reconstrucción, desde el propio banquillo.

Después de la plata lograda en el Mundial del 2019, en Japón, la cuarta plaza cosechada en esta edición puede parecer un paso atrás. Cerrar el torneo, hasta el viernes inmaculado para las Guerreras, con dos derrotas ha sido un chasco para la selección y para la afición congregada en el Palau d'Esports de Granollers, pero esta 'medalla de chocolate' debe leerse como la consolidación de la selección entre la élite incluso estando en pleno relevo generacional.

La ilusión por el bronce se esfumó pronto. Si el viernes España resistió el envite de la todopoderosa Noruega hasta el descanso, al que se llegó con empate, y sin dejarse ir en ningún momento, Dinamarca se le atragantó antes a las Guerreras. Las escandinavas pisaron el acelerador mediada la primera mitad (del 10-10 al 14-10) y se fueron al descanso con tres goles de ventaja (13-16).

La falta de efectividad de las Guerreras, frenadas por una gran Toft bajo palos (elegida MVP del partido), siguió tras el descanso. Cinco minutos tardó Shandy Barbosa en mover el electrónico español, y la distancia fue creciendo gracias a la eficacia de Iversen y Burgaard, autora de siete tantos, cinco en la segunda mitad. Carmen Martín, la capitana, fue la máxima goleadora española con seis.