El mundo del fútbol vive inmerso en los últimos años en conflictos permanentes fuera de los terrenos de juego. Guerras de poder a diferente escala que implican no solo a los actores habitualmente protagonistas en los despachos de este deporte, como presidentes de clubesligas federaciones, sino también a primeros espadas de otros sectores que se han ido posicionado en diferentes bandos en función de sus intereses económicos y políticos.

En la actualidad son tres las principales guerras que se viven en el fútbol, cada una de ellas a una escala diferente, aunque con actores coincidentes. A nivel mundial, el deseo de la FIFA de ampliar el número de Mundiales y celebrarlos cada dos años ha levantado en armas a las dos confederaciones más poderosas del globo, la europea (UEFA) y la sudamericana (Conmebol), aliadas para tratar de frenar el ansia expansiva de FIFA.

A nivel continental, permanece todavía vivo el jaque al orden establecido que hicieron varios de los clubes más poderosos para salir de la estructura de UEFA y organizar su propia Superliga. En el primero de los bandos solo sobreviven Real MadridBarcelona Juventus, que cuentan con el respaldo de un bufete de abogados (Clifford Chance) y un asesor financiero (Key Capital Partners) de primer nivel mundial.

Enfrente se sitúan casi todos los demás estamentos del fútbol europeo y nacional, empezando por la propia UEFA y siguiendo por la RFEF LaLiga, que pese a sus múltiples y nada disimuladas discrepancias se encuentran en el mismo bando en el frente de la Superliga. El PSG, otrora enemigo de los estamentos oficiales por sus incumplimientos del Fair Play financiero, es hoy aliado de todos ellos.

Por último, en clave nacional, los conflictos son abundantes, pero los actores en ellos resultan coincidentes, se trate del tema que se trate. Por un lado, LaLiga aglutina la voluntad de la gran mayoría de clubes españoles, teniendo siempre enfrente a Real Madrid, Barcelona Athletic, además de a la RFEF. Entre dos aguas se mueve siempre el Gobierno, a través del CSD.

El acuerdo con CVC ha sido la gran batalla de las últimas semanas. En ella, LaLiga se ha apoyado en el fondo de inversión, asesorado legalmente por Latham&Watkins, y en el bufete Uría y Menéndez. Los tres clubes históricos, liderados por Florentino Pérez, han contado por su parte con el respaldo del banco JP Morgan y de los abogados de Clifford Chance, también presentes en el proyecto de Superliga.

Otros agentes relevantes en estas guerras están siendo Mediapro, socio audiovisual de LaLiga, y Goldman Sachs, que le he concedido al Barcelona el colchón financiero que necesitaba para su supervivencia. Los estatutos de la Liga femenina son otro de los grandes caballos de batalla del fútbol nacional en este momento con bandos, una vez más, predeterminados: Barça, Madrid y Athletic por un lado y el resto de clubes por el otro.