Rafa Nadal es a día de hoy el mejor tenista de la historia. Así lo dicen sus números, pues después del último triunfo en el Open de Australia el de Manacor se ha convertido en el primero en ganar 21 Grand Slam, superando así al suizo Roger Federer y el serbio Novak Djokovic, que también tenían 20 Grand Slam. 

Una vez conquistada esta última gesta, el mallorquín podrá ahora descansar en su lujosa casa de cinco millones de euros, o bien disfrutar de su lujoso yate valorado en 5,5 millones. El catamarán modelo 80 Sunreef Power de 28 metros de eslora y 12 de manga dispone en el mismo de hidromasaje, spa y un sinfín de comodidades óptimas para el descanso de un campeón como el manacorí.

El megayate de Rafa Nadal tiene una capacidad para 12 pasajeros, pues dispone de cuatro grandes camarotes más la suite del tenista, situada a estribor, que además incluye un balcón desplegable a la altura prácticamente del nivel del mar. De esta manera, se mantiene la habitación más iluminada y aireada. Una vez se pliega dicho balcón, vuelve a ser un pequeño sofá. La suite también cuenta con un vestidor compacto y una pantalla de televisión incorporada al techo y perfectamente movible.

En cuanto a las zonas comunes del nuevo catamarán, la parte central la preside un espacioso salón con amplios cristales y dos sofás comunes. Además, esta parte del yate cuenta con el área de comedor, capacitada perfectamente para ocho comensales. También, el salón está equipado con dos televisores de 77 pulgadas para que los huéspedes del tenista puedan disfrutar de la mejor visión del receptor desde cualquier punto de la sala. También dispone de una lancha auxiliar y motos de agua. Nadal, según recoge el medio especializado Superyacht Times, ha tenido en mente durante mucho tiempo tener en propiedad una embarcación totalmente personalizada. Asimismo, apuntan que Nadal ha sido desde bien joven un apasionado de los yates.

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Imagen del lujoso yate del reciente campeón del Open de Australia.

En la parte exterior del barco, también hay diferentes espacios para relajarse, como es el caso del puente volador, en la parte superior del barco, donde se puede tomar el sol. Igualmente, justo debajo, se encuentra una zona exterior que funciona como terraza.