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VOLEY PLAYA

La 2022, la temporada más complicada para Pablo Herrera

Recuperado de una lesión, afronta un año marcado por el cambio de sistema de competición

Adrián Gavira y Pablo Herrera, durante una sesión de entrenamiento en las pistas de Tlaxcala en México. Mediterráneo

A pocos meses de cumplir 40 años, Pablo Herrera (Castelló, 1982) se enfrenta a su temporada más complicada. Con una fase de preparación marcada por la recuperación de una lesión de rodilla y por distintos problemas de salud que se le fueron acumulando, el jugador castellonense de voley playa afronta una campaña en la que el cambio en los criterios de competición le generan más dudas que certezas. Pese a todo Herrera, que repite con el gaditano Adrián Gavira como pareja, arranca la temporada esta semana en el Challenge de Tlaxacala en México y lo hace con la ilusión de mantenerse a un buen nivel y con los Juegos Olímpicos de París 2024 en su mente.

«Me considero una persona muy discreta y modesta, pero no voy a negar que la opción de ser el primer jugador de voley playa que disputa seis Juegos es uno de los principales impulsos para estirar unos años más mi carrera. Además, creemos que todavía tenemos recorrido para competir a un alto nivel», comenta el castellonense, quien tras pasar hace cuatro meses por el quirófano ve cómo su rodilla «ha asimilado bastante bien las cargas de trabajo».

Cambios notables

Recuperado de todos sus problemas físicos, la principal preocupación del castellonense y el sanroqueño es el nuevo modelo de competición. Este se articulaba en torno a los conocidos como torneos World Tour, cuyo rango iba desde una a cinco estrellas en función del nivel y los premios económicos. En todos ellos competían 32 parejas en el cuadro final: las 24 inscritas con mejor posición en el ranking mundial y ocho dúos desde la fase previa. Pero este año la Federación Internacional (FIVB) ha dividido el circuito en tres tipos de torneos, siendo de mayor a menor relevancia los Élite, los Challenge y los Future, pero con una serie de requisitos de participación que restringían el acceso a muchas las parejas.

Esos nuevos requisitos no convencieron a los jugadores del circuito mundial y estos, a base de presionar, lograron que se modificaran y fueran algo más laxos. Así, en los Élite participan 16 parejas (los 11 inscritos que estén mejor situados en el ranking, una dupla con invitación y cuatro de la fase previa); y en los Challenge lo harán 24 tándems (los 15 mejor situados en el ranking, uno por wild card y ocho parejas procedentes de la previa), cuando antes los primeros se cerraban a los 16 mejores.

«Este nuevo formato no nos convence. Es más, nos perjudica. Además, tenemos más dudas que certezas porque están cambiando constantemente las reglas del juego y el calendario. De momento, sólo tenemos claros dos torneos en México este mes de marzo y un tercero que se jugará en Brasil a mitad de abril. Después, ya veremos», lamenta. 

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