El Errece Almassora Balonmano dio la cara y cuajó un encuentro muy competitivo en la ida de la primera eliminatoria por el ascenso ante un rival muy potente del calado y calidad del Beti-Onak navarro (23-29). 

Las jugadoras de Adrián Ribes cayeron derrotadas por seis goles de diferencia, una ventaja que se puso de manifiesto en la primera mitad, pues al descanso el marcador ya era de 10-16 favorable a las visitantes. En el segundo acto, las prestaciones de las locales aumentaron y el segundo parcial el marcador fuera de empate a 13 tantos. 

Las navarras comenzaron fuertes; o al menos gozaron de un mayor acierto en labores ofensivas. Así, a los cinco minutos el Beti-Onak ya vencía por 1-3, ventaja que aumentó a cinco favorable a las forasteras a los 10 minutos. 

El Almassora Balonmano contenía el arsenal ofensivo de su contrincante como buenamente podía. No le quedaba otra. Pero aún así se fueron al minuto 20 con seis goles abajo, una diferencia que, a la postre, terminaría siendo insalvable. Al descanso se mantuvo la desventaja, que solo a cinco del descanso las locales pudieron reducir a cinco, pero no hubo mayor aproximación castellonense en el electrónico en un partido para el recuerdo en la población. 

En el segundo acto, el Almassora comenzó muy enchufado pero no fue capaz de meterse en el encuentro. De hecho las navarras llegaron a ponerse con una ventaja de ocho goles (17-25) a 10 minutos de que sonara el bocinazo final en La Garrofera. El tiempo se acaba y el equipo dirigido por Adrián Ribes, en un apretón final, solo pudo recurrir en dos su desventaja para terminar con un 23-29 ante una afición entregada con su equipo pese a la derrota.  

Le tocará agarrarse a la heroica al cuadro almazorense. Y es que deberá remontar la eliminatoria en la cancha de un Gurpea Beti-Onak que ha ganado todos sus partidos en la presente temporada. Un desafío mayúsculo.