Una de las estrofas del himno del CD Castellón recita aquello de «el viejo campo del Sequiol». Se trata de unos terrenos, sobre el papel, propiedad del histórico club de fútbol que, tras una resurrección en la primera década del siglo XXI, quedaron dejados de la mano de Dios. Pero un club de la capital de la Plana, los Cachorros de Castellón, lleva un tiempo resucitando esa zona de marjal para convertir la abandonada Ciudad Deportiva de Sequiol en un campo de... béisbol, rebautizado como el Blue Park.

Club integrador

La historia de los Cachorros se remonta a hace cinco años, cuando el peruano Jorge Cuenca, afincado desde hace más de 20 años en Castelló, fundó el club debido a su pasión por el béisbol. Fue registrado como entidad deportiva en la capital de la Plana, federada en la Federación de Béisbol de la Comunitat Valencia (FBSCV), dependiente de la española, y compite en la Liga Autonómica de sóftbol modificado dentro de la categoría sénior.

Jorge Cuenca (a la izquierda), originario de Perú pero residente en Castelló desde hace 25 años, es el fundador y presidente de los Cachorros de Castellón.

Club integrador, cuenta con cerca de 30 personas, entre directiva, cuerpo técnico y jugadores, que reúne a deportistas españoles, peruanos, cubanos, venezolanos y dominicanos.

Los Cachorros de Castellón, un club integrador que une a españoles, peruanos, cubanos, venezolanos y dominicanos

Colíderes de la Liga

Los Cachorros han finalizado esta temporada colíderes la Liga Autonómica, con siete victorias tres derrotas, empatados con el Gigantes Azules de València, y pueden tener la opción de participar en la fase nacional, ya que el conjunto valenciano, que tiene mejor averaje que los Cachorros, podría renunciar a disputarla.

Los Cachorros han finalizado esta temporada colíderes la Liga Autonómica.

Con sus propias manos

El mérito de estos castellonenses de adopción es mayúsculo en tanto y cuanto todavía no disponen de un patrocinador y para sacar el club adelante abonan de su bolsillo una cuota mensual. 

Además, para poder adecuar el campo de Sequiol, convertirlo en el Blue Park y cumplir con las exigencias y normativas federativas, los propios jugadores y dirigentes trabajaron a pecho y espalda, los fines de semana y en sus ratos libres, para transformar esa zona de marjal en desuso en un campo de béisbol y sóftbol totalmente homologado y reconocible.

Un club integrador que une a españoles, peruanos, cubanos, venezolanos y dominicanos.

Buscan recinto con luz

Los Cachorros buscan unas instalaciones en las que pueda haber luz eléctrica (en Sequiol no la hay) y así poder entrenar por las noches, cuando la plantilla termina de trabajar. El club está pendiente de reuniones con la UJI y el Patronat d’Esports de Castelló para seguir creciendo y disfrutar de su pasión.