La definitiva renuncia del Comité Olímpico Español (COE) a presentar una candidatura para acoger los Juegos Olímpicos de Invierno del año 2030 supone un nuevo fracaso en la ambición española de acoger la segunda cita olímpica de su historia. Justo cuando se cumplen 30 años de la primera y única intentona exitosa hasta la fecha, la de Barcelona 1992, el deporte español ha decidido renunciar a la pelea por ser sede de unos JJOO de Invierno por primera vez.

En el horizonte, permanece la ilusión de que España sea de nuevo en el futuro sede olímpica. No obstante, en el caso de la cita veraniega ya está prácticamente descartado que Madrid aspire a los JJOO de 2036, los primeros que todavía no están asignados, y resta por ver cómo se reconfigurará (si es que lo hace de algún modo) la ambición de albergar en los Pirineos unos JJOO invernales, ya con 2034 como primera fecha posible.

Pero, por ahora, España se queda sin JJOO... una vez más. Durante estas tres décadas, un total de 12 proyectos diferentes han sido puestos sobre la mesa, sumando citas veraniegas e invernales. Varios de ellos pugnaron hasta el final por recibir la designación del Comité Olímpico Internacional (COI), mientras que algunos de ellos no llegaron a cristalizar como una candidatura oficial, en ocasiones incluso por la colisión entre dos proyectos españoles para la misma cita.

Jaca... y Granada

La primera ciudad en recoger el guante del éxito de Barcelona, elegida como sede en 1986, fue Jaca, que contaba con el aval de haber organizado la Universiada de Invierno en 1981 y su designación para este mismo evento para 1995. La primera de las cuatro intentonas olímpicas de la localidad oscense fue de cara a 1998, con un firme apoyo político tanto del Gobierno de Felipe González como de las autoridades aragonesas.

Jaca superó el corte, pese a las deficiencias que presentaba la zona en cuanto a transporte aéreo y plazas hoteleras, pero fue pronto descartada. De las cinco ciudades finalistas, fue la segunda en ser descartada y la cita fue a parar finalmente a la japonesa Nagano. Fue, con todo, lo más lejos que llegó en sus cinco intentonas.

De cara a 2002, cuatro años después, la localidad oscense volvió a presentar una candidatura, en esta ocasión con un recorrido todavía menor, debido al menor compromiso presupuestario de las autoridades públicas, reticentes tras el fracaso experimentado cuatro años antes.

Jaca volvió a la carga ocho años después, en 2010, y también en 2014 sufriendo el mismo varapalo de no superar el corte inicial, debido a sus carencias en infraestructuras, transporte y plazas hoteleras, un hándicap difícilmente salvable para una ciudad de apenas 13.000 habitantes.

En 2010, hubo incluso disputa interna en España, ya que Granada recuperó una aspiración olímpica que ya había formulado de cara a 1992. Jaca y la ciudad andaluza compitieron por ser la baza española ante el COI, ganando holgadamente la candidatura aragonesa en una votación preliminar.

El último intento, que no llegó siquiera a ser presentado ante el COI, fue el de 2022, ya con Zaragoza como sede principal para dotar de músculo al proyecto. La intención de Barcelona, tampoco consolidada, de competir por esa misma cita, llevó a la retirada del proyecto y a la construcción de uno nuevo, el de 2030, finalmente también fracasado.

Sevilla

En 1992, los Juegos de Barcelona coinciden con la Expo de Sevilla y la capital andaluza trata de aprovechar ambos eventos como palanca para postularse como sede olímpica en el futuro. Para ello, proyecta la construcción de un estadio olímpico en la Isla de la Cartuja que se inaugura en 1999, para los Mundiales de Atletismo.

La primera tentativa sevillana llega para 2004, de cara a una cita que por historia estaba destinada a celebrarse en Atenas, como así ocurrió finalmente. De hecho, Sevilla ni siquiera pasó el primer corte. Las plazas hoteleras, como en el caso de Jaca, supusieron un hándicap que la candidatura trató sin éxito de salvar incluyendo otras ciudades andaluzas.

Cuatro años después, Sevilla volvió a presentar un proyecto olímpico, con idéntico desenlace. Pese a los dos reveses continuos, sin llegar siquiera a la votación final, la capital andaluza buscó un tercer intento consecutivo en 2012. La entrada en escena de Madrid enterró para siempre (al menos por ahora) las ambiciones olímpicas de Sevilla.

Madrid

Las candidaturas olímpicas más sólidas que se han presentado en los últimos 30 años en España han tenido como sede la capital del país. De hecho, las autoridades madrileñas mantienen la ambición de retomar el proyecto de organizar unos JJOO de Verano en el futuro, si bien la fecha más cercana posible parece 2040, después de que el COE anunciara hace unas semanas que el COI había recomendado a España no pujar por los de 2036.

50 años después de la tentativa para 1972, Madrid puso toda la carne en el asador para acoger los JJOO de 2012, con gran consenso entre las diferentes autoridades políticas del momento y con un proyecto que cosechó la segunda mejor nota, por detrás de París, en el proceso de evaluación del COI.

El problema para Madrid fue el nivel de los contendientes. Consiguió ser la ciudad más votada en la segunda ronda, eliminando por el camino a Moscú y Nueva York, pero cayó en la tercera frente a París y Londres, que fue la que finalmente se adjudicó aquella cita.

Madrid volvió a la carga cuatro años después, de cara a 2016, pese a que la costumbre olímpica aconsejaba no hacerlo, dado que no es en absoluto habitual que se celebren dos ediciones consecutivas en el mismo continente.

De nuevo, la capital española recibió la segunda mejor nota del comité técnico del COI, en este caso por detrás de Tokio. En la votación final, sin embargo, quien venció fue Río de Janeiro, que hizo valer el hecho histórico de que nunca se hubiese celebrado una cita olímpica en Sudamérica, así como los 16 años transcurridos desde Atlanta 1996, los últimos JJOO celebrado en el continente americano.

La última tentativa madrileña llegó en 2020, la de la recordada frase de la entonces alcaldesa Ana Botella animando a tomarse una "relaxing cup of café con leche" en la Plaza Mayor de la capital. Madrid se enfrentó a Estambul y Tokio, ciudad finalmente ganadora, quedando eliminada en la primera de las votaciones. Tras tres fiascos consecutivos, la ambición olímpica quedó archivada en un armario hasta nueva orden.