El público en pie para ovacionar a los dos jugadores. De esta forma acabó una grandísima final entre Roberto Bautista y Stéfanos Tsitsipas en el ATP 250 de Mallorca. El castellonense remó y remó para llegar con opciones al final del encuentro, pero el griego se llevó el título en el definitivo tie-briek por 6-4 3-6 y 7-6 (7-2).

El encuentro arrancó con un Tsitsipás lanzado y un Bautista un tanto frío. Un arranque que se tradujo en un contundente 4-0. El joven heleno dominaba de fondo a través de un golpe de derecha letal. El set parecía decidido, pero apareció el mejor Bautista. Un parcial de 3-0 para estrechar el marcador y lanzar un mensaje de que la final no iba a ser un paseo militar.

Una reacción que inquietó a un Tsitsipas que cambió la raqueta y sentía que el dominio inicial había desaparecido. Sin embargo, logró cerrar el set con un 6-4.

De 3-1 a 3-6 en la segunda manga

El número seis del mundo volvió a golpear en el inicio del segundo set. 6-4 y 3-1 arriba y la final que parecía encarrilada. Sin embargo, volvió a revelarse un Bautista que ha demostrado competir y vencer a los mejores del mundo en este torneo. El tenista de Benllonch pegó un grito de rabia con el 3-1 en contra, consciente de que necesitaba dar un giro de guion a la final. Vaya si lo hizo.

Del 3-1 al 3-6. Cinco juegos seguidos para voltear el marcador y levantar al público de sus asientos. Más acertado en su saque y muchísimo más agresivo desde el fondo de pista, desquiciando a un Tsitsipas que ya se veía con el trofeo en sus manos.

Nueva remontada y tie briek

La tercera manga se inició con un tanteo de varios juegos hasta que de nuevo Tsitsipas dio un golpe de efecto. Break y 4-1 arriba. Cuando parecía que todo estaba dicho con el 5-2 en el marcador, volvió a resurgir un brillante Bautista. Tres juegos seguidos para igualar a cinco. Finalmente, se llegaba al definitivo tie-briek.

En el desempate, Tsitsipas hizo un tempranero mini-break que encarriló el partido. Se intentó aferrar un Bautista que se puso 4-2 pero el griego lo cerró con un 7-2. No pudo ser, pero Bautista se despide de Mallorca con excelentes sensaciones para el Wimblendon.