Carlos Sainz estrenó ayer en Silverstone su casillero de victorias en la Fórmula 1, convirtiéndose en el segundo español en subir a lo más alto del podio tras Fernando Alonso, que lo logró por última vez en el ya lejano 2013. Lo que la gran mayoría desconoce es que el madrileño comenzó a competir en una pista de Castellón.

Concretamente, lo hizo como piloto del equipo de competición de Benikarts en Benicàssim allá por el 2005, con la figura de Juan Santos --su propietario-- como valedor de un joven que empezó a competir algo tarde, a los once años, en karting.

Fue en el trazado benicense donde el piloto de Ferrari corrió por primera vez y, a partir de ahí, se inició en el mundo de los karts. «Carlos Sainz Jr. empezó a competir en karts con once años, cuando el resto de sus compañeros habían ya competido anteriormente en la categoría alevín. Pero un día recibí una llamada de mi amigo Chano García, diciéndome que había un piloto interesado en probar con nosotros y, cuando me dijo que era el hijo de Carlos Sainz, me quedé muy sorprendido», recuerda Santos.

Aunque había muchos equipos que lo querían por el prestigio que la figura de su padre atesoraba, el nuevo piloto de Ferrari se decidió por competir con el Benikarts Racing Team, con el que se estrenó en la prestigiosa Copa de Campeones. «El primer año, en el 2005, participamos en esta competición que se celebra todos los años en El Vendrell y quedó el undécimo, que para ser su primera vez no estaba nada mal. Tuvo muchísima repercusión al conocerse que el hijo del mítico Carlos Sainz empezaba a competir en karts y se acercaba muchísima gente a nuestra carpa a fotografiarse con el padre», comenta.

Su primer kart

Su buen hacer al volante y las cualidades que atesoraba en la conducción hacían presagiar que tendría un futuro más que prometedor como ha demostrado, dando el salto muy pronto a las Fórmulas 2 y 3, y pasando luego por importantes escuderías como Toro Rosso, Renault, McLaren y Ferrari.

«Era un piloto muy valiente y ya se le veían maneras. Es normal que haya llegado donde ha llegado», explica Santos, quien guarda como oro en paño numerosos recuerdos del paso del nuevo piloto por sus instalaciones.

De hecho, su primer kart sigue estando allí y formará parte del museo que la familia Sainz tiene previsto construir.