Pocas noticias podrá dar el Celta que despierten más alegría en su afición que esta: Iago Aspas renueva hasta junio de 2025 y vestirá la camiseta celeste por lo menos hasta que cumpla los 37 años. Su actual vínculo con la entidad viguesa expiraba en junio del año próximo. Este será el último contrato del líder indiscutible del equipo en la última década. El mejor jugador de la historia del Celta será también el gran referente del equipo hasta después del centenario.

El moañés cumple en agosto 35 años sin que se haya percibido desgaste en su rendimiento que, lejos de decrecer con el paso del tiempo, ha mejorado con respecto a la pasada temporada. Pero, ¿tiene Iago fecha de caducidad? Él mismo insinuaba esta temporada que el final de su carrera no está muy lejano. “Me quedan un par de años de buen fútbol”, subrayaba el astro céltico meses antes de hacer historia en LaLiga conquistando su cuarto Trofeo Zarra. Por lo de pronto, esta pretemporada ya ha demostrado estar en forma anotando los dos únicos goles de su equipo en la gira norteamericana.

Siete años del mejor negocio de la historia del club

El pasado junio se cumplieron siete años del mejor negocio de la historia del Celta: el regreso de Iago Aspas al club. El artífice de la salvación en el año del ascenso regresaba a casa después de su fugaz aventura en el Liverpool y el Sevilla para engrandecer su leyenda. El Celta lo vendió al histórico equipo inglés por 9 millones en el verano de 2013 y lo recuperó dos años después pagando 5 millones al Sevilla. Los 5 millones mejor invertidos en los casi 100 años de historia del club. El rendimiento de Aspas no ha parado de crecer desde su regreso.

En este tiempo ha promediado 17, 2 goles por temporada y es el único futbolista español y uno de los pocos delanteros de las grandes ligas europeas que presume de haber sido capaz de anotar 14 o más goles en las cinco grandes ligas europeas durante siete temporadas consecutivas. Pese a su paso de puntillas por la selección española, donde ha sido injustamente relegado a un segundo plano —nadie comprende a estas alturas cómo no ha disputado un solo partido completo con el equipo nacional–, el crack moañés lo ha sido todo en el Celta, al que ha llevado a sus más altas cotas deportivas en los últimos años. También lo ha salvado repetidamente de la tragedia del descenso.

Sus doblete al Alavés cuando todavía militaba en el filial y su providencial reaparición para liderar la memorable remontada ante el Villarreal que salvó al equipo de la quema o los goles que evitaron la tragedia hace un par de campañas permanecen grabadas a fuego en la memoria del celtismo. Desde Hermidita, cuyo registro goleador en Primera División ha superado hace ya algún tiempo, Pahíño o Mauro, el Celta no daba un goleador semejante. Iago es irrepetible, para muchos, el mejor jugador del Celta desde su creación hace casi un siglo.