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FC Barcelona

Las claves del cambio de Xavi: nueva jerarquía, nuevo plan

"No miro nombres ni edades. Ni miro nada, miro rendimiento y que el equipo se beneficie", apuntó el entrenador tras la goleada en Anoeta

Xavi Hernández. EP

Venía el Barça del “mazazo futbolístico”, según el propio Xavi, que supuso el empate con el Rayo. En la segunda jornada, el técnico agitó todas las estructuras del equipo. Cambió todo y goleó a la Real (1-4). No solo el plan táctico abandonó el 4-3-3 tradicional y se refugió en una atrevida línea de tres centrales- sino que modificó, y además, de forma muy sustancial la jerarquía del vestuario.

La entrada de Balde, el joven lateral izquierdo del filial, por Jordi Alba, uno de los intocables de la plantilla, va mucho más allá de una simple modificación. Indica el deseo, ya visualizado en la suplencia de Piqué (ni un minuto ha jugado de los 180 de Liga), de abrir una nueva época en la gestión del vestuario.

"No miro nombres ni edades. Ni miro nada, miro rendimiento y que el equipo se beneficie"

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"No miro nombres ni edades. Ni miro nada, miro rendimiento y que el equipo se beneficie", apuntó el entrenador tras la goleada en Anoeta que avala su decidida apuesta de romper,, ahora sí con el status quo establecido, además de proporcionarle calma y tiempo para levantar su nuevo proyecto.

Las ‘vacas sagradas’, al banquillo

La primera decisión que tomó Xavi fue diseñar en San Sebastián un Barça sin capitanes. Era ya una tendencia en los primeros partidos del nuevo curso donde solo Busquets, que estaba sancionado en Anoeta, mantiene su condición de intocable. Los demás, como se vio con Jordi Alba, ya han perdido ese rol.

Piqué no ha jugado ni un minuto en estas dos primeras jornadas de Liga

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Estaba el técnico inquieto tras el empate con el Rayo y eligió mirar hacia adelante con Balde en vez de refugiarse en la zona de confort. No solo sentó a Alba sino que tampoco eligió a Sergi Roberto como lateral derecho repitiendo la fórmula de Araujo, aunque en el nuevo encaje de los tres centrales.

Piqué ni salió a calentar, acostumbrándose como está a esa nueva vida de suplente. Es, de momento, el quinto central. Y ni habiendo cuatro (Koundé sigue sin poder ser inscrito, lo que “molestó” y mucho a Xavi) hay un mínimo hueco para Piqué. A pesar de que el entrenador estaba presionado por ese empate en el debut liguero, eligió el camino de "ser valiente", como reconoció él mismo, y le "salió bien".

El Barça ya no se articuló en Anoeta sobre las vacas sagradas como ha sucedido en la última década. Ahora se les mirará a ellos con curiosidad para ver cómo reaccionarán en ese rol secundario que les ha conferido el entrenador.

El entrenador del FC Barcelona, Xavi Hernández (2-d) conversa con Pedri. EFE

3-4-3, traje nuevo 

"La Real jugaba con rombo y nos sobraba un defensa". Así justificó Xavi la revolución táctica que ejecutó en Anoeta. Se olvidó del 4-3-3 y dibujó un 3-4-3 para "tener el balón y ser valientes". Atrás, Araujo era el central diestro y Eric García el zurdo, mientras Christensen se instalaba en el eje.

Y por delante un cuadrado, que tenía en la base a Frenkie de Jong y Gavi, con Ferran Torres (nueva función de media punta, lejos de la banda) y Pedri completando esos cuatro centrocampistas, quedando tres delanteros: Dembélé, un tradicional extremo derecho, con Lewandowski, el nueve de toda la vida, y Balde, un extremo zurdo líquido. De ida y vuelta, como se apreció a los 45 segundos con su asistencia de gol en el 0-1 firmado por el polaco. 

Era nuevo el dibujo. Eran nuevas la funciones para los actores que debían desarrollarlo. "Teníamos que abrir bien el campo, he puesto pivotes para intentar que a Silva le fuera difícil y tener nosotros un jugador de cara al juego", subrayó Xavi, asumiendo, eso sí, que su propuesta no funcionó de forma fluida.

El técnico rescató la fórmula de los tres centrales, que ya usó Koeman, y colocó a Balde como extremo zurdo

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"En la primera parte nos faltó calma, nos faltó paciencia, teníamos que atacar más los espacios", admitió un autocrítico Xavi. "Lo hablamos en el descanso", dijo luego el técnico. Y a partir del minuto 60, con los cambios introducidos (Ansu por Ferran y Raphinha por Balde), el Barça del 3-4-3 se liberó dejando momentos de fútbol muy prometedores.

"A ratos, hemos jugado muy, muy bien. A ratos, no tanto cuando perdemos el control y nos complicamos solos. Queríamos quitarle el balón a la Real y en muchas fases lo hemos conseguido. Por eso cambié de sistema y, al final, volvimos a cambiar", argumentó recordando que su equipo terminó con el modelo más clásico.

"Hemos estado muy bien en los dos sistemas, tanto en el 3-4-3 como en el 4-3-3", sentenció Xavi, tras recuperar los tres centrales, una fórmula, que como dijo Pedri, "ya habíamos usado con Koeman y nos salió bien".

Ansu Fati marca el 1-4 del Barça a la Real Sociedad en Anoeta. EFE

El valor de Ansu, cambios que cambian

El plan estaba diseñado y no se cumplía del todo bien. Hasta que apareció Ansu, camuflado a la espalda de Lewandowski, ejecutando un nuevo papel. Su impacto en el partido resultó tan inmediato como demoledor. Apareció él y el Barça comenzó a respirar aliviado.

Salió en el minuto 64, supliendo a Ferran Torres. Dos minutos más tarde (m. 66) ya había dejado un taconazo genial a Dembélé, que estrenó sus primeros momentos en la banda izquierda, con un seco disparo que devolvió la calma al Barça (1-2). Dos minutos después (68’) otra asistencia, en este caso a Lewandowski (1-3).

Salió Ansu en el minuto 64 por Ferran Torres. En el 66 asistencia de gol para Dembélé (1-2). En el 68, asistencia de gol para Lewandowski (1-3). Y en el 79 él marcó el 1-4

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Tras repartir golosinas, Ansu quería reencontrarse con el gol y fue el polaco quien lo dejó solo ante Remiro. Allí, frío e impasible como es siempre el joven, definió con sencillez para completar un cuarto de hora descomunal donde reventó un partido que se le estaba complicando al Barça.

En las dos primeras jornadas, Xavi ha elegido la fórmula de acumular delanteros. Contra el Rayo no le salió bien. Usó cinco (incluido Aubameyang), pero sin eficacia: 21 remates, seis a puerta y cero goles. Ante la Real, sí. Utilizó seis (incluyendo la novedad del ‘extremo Balde’ y encontró la puntería perdida: 15 remates, siete a puerta y cuatro goles. Aunque todo lo desbloqueó la genialidad de Ansu.

Ter Stegen para, Pedri gobierna y Lewandowski remata

Mientras el equipo, sumergido en un complejo proceso de reconstrucción porque se están cambiando los cimientos, va tomando forma, la mejor noticia para Xavi es que Ter Stegen ha recobrado su mejor nivel y que Lewandowski, como ya intuía, no necesita período alguno de adaptación. Además, disfruta de la mejor versión de Pedri, cuya ausencia por lesión en el tramo final de la pasada temporada provocó la caída del equipo.

El meta alemán resultó decisivo para sostener el punto ante el Rayo y se agigantó en Anoeta con dos paradas decisivas, especialmente la que realizó a Silva en lo que resultó ser un prodigio de elasticidad y fuerza en los pies para impulsarse en el momento adecuado dejando una poderosa mano izquierda. Cuando lo necesitó el equipo, Ter Stegen apareció como en los viejos tiempos.

Y para completar tan idílico paisaje, Lewandowski acertó nada más empezar. Primer remate, primer gol. Un tratado sobre el desmarque se puede hacer sobre los astutos movimientos del polaco en el 0-1, que marcó con la pierna izquierda. Y al primer toque. El 1-3 fue con la derecha. También al primer toque.

Cosiendo el poderoso juego de las áreas exhibido por el Barça en Anoeta quedaba siempre la figura de Pedri. Y eso que tuvo un rol distinto. Al principio en la zona alta del cuadrado, aunque luego se acercó más a Frenkie de Jong para iniciar el juego. Mientras el equipo va empapándose del nuevo traje de Xavi, la magia del canario junto a las manos de Ter Stegen y la contundencia de Lewandowski ayuda a que el proceso sea más eficaz y, sobre todo, más tranquilo.

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