Quince jugadoras de la selección española de fútbol han remitido otros tantos correos electrónicos a la RFEF anunciándoles su decisión de renunciar al combinado nacional. Esta decisión llega después de que un grupo numeroso de internacionales intentara, sin éxito, que Luis Rubiales destituyera a Jorge Vilda como seleccionador nacional.

La RFEF asegura en un comunicado que "no va a permitir que las jugadoras cuestionen la continuidad del seleccionador nacional y de su cuerpo técnico" y recuerda a las futbolistas que "de acuerdo con la legislación española vigente, no acudir a una llamada de la selección es calificado como una infracción muy grave y puede acarrear sanciones de entre dos y cinco años de inhabilitación".

En todo caso, "la RFEF, al contrario de la forma de actuar de estas jugadoras, quiere dejar claro que no las llevará a este extremo ni las presionará. Directamente, no convocará a las futbolistas que no desean vestir la camiseta de España. La Federación contará únicamente con futbolistas comprometidas aunque tenga que jugar con juveniles".

Aclara, eso sí, el organismo presidido por Luis Rubiales, que "las futbolistas que han presentado su renuncia únicamente regresarán en un futuro a la disciplina de la selección si asumen su error y piden perdón". Según informa la Ser, la actual Balón de Oro y estrella del Barcelona, Alexia Putellas, no está entre ellas.

Motín contra Vilda

Hace menos de un mes, el entorno de las futbolistas filtró que su descontento con Vilda, ya conocido entre bambalinas, había derivado en una reunión con Rubiales para solicitar su destitución. Entre los motivos argumentados estaban la supuesta falta de cualificación del técnico, las rutinas de entrenamiento (deficientes para las jugadoras) y los resultados obtenidos en la última Eurocopa.

"La Federación no va a admitir ningún tipo de presión por parte de ninguna jugadora a la hora de adoptar medidas de ámbito deportivo. Este tipo de maniobras se encuentran alejadas de la ejemplaridad y fuera de los valores del fútbol y del deporte y son nocivas", dice ahora la RFEF, tras haber apostado por un perfil discreto en el momento inicial, en aras de la concordia.

Tras el revuelo montado por el motín (que no fue secundado por todas las internacionales y que ha abierto una brecha en el vestuario), las tres capitanas de la selección (Irene Paredes, Jennifer Hermoso y Patri Guijarro) comparecieron en una rueda de prensa para negar que hubieran pedido la cabeza de Vilda y que se limitaron a enumerar aspectos con los que un número amplio de jugadoras están descontentas.

La presión de las jugadoras no hizo mella en Rubiales, que reiteró su confianza en Vilda. De hecho, esta misma semana ha renovado y potenciado el 'staff' de las selecciones femeninas y Vilda sigue siendo tanto el seleccionador como el director deportivo de todas las selecciones de mujeres, absolutas y categorías inferiores.

Ahora, llevan el órdago un paso más allá al renunciar a la selección porque la actual situación generada les afecta “de forma importante” en su “estado emocional” y en su “salud”, según relata la Federación a partir de esos 15 correos electrónicos, "casualmente todos con la misma redacción".

"Este hecho ha pasado a ser de una cuestión deportiva a una cuestión de dignidad. La selección es innegociable. Es una situación sin precedentes en la historia del fútbol, tanto masculino como femenino, en el ámbito español y mundial", lamenta la RFEF en su comunicado.