Baloncesto

La Contra de Deportes: La aventura de Toni Ten en Polonia

El entrenador ondense relata a 'Mediterráneo' su nueva vida en el Trefl Sopot, donde después de 18 años en el TAU Castelló ejerce de asistente de un exNBA y ya ha levantado un título

Toni Ten, junto a Tabak en un partido en Polonia.

Toni Ten, junto a Tabak en un partido en Polonia. / Trefl Sopot / Mediterráneo

Enrique Ballester

Enrique Ballester

Si hubiese nacido en Wisconsin, le estarían haciendo en la ESPN un documental, pero como nació en Onda le escribimos un reportaje en Mediterráneo, que tampoco está nada mal. Antonio Ten López de Lerma es un mito del baloncesto provincial y una anomalía en el deporte nacional. Permaneció 18 años en el ahora conocido como TAU Castelló, 16 de ellos en el primer equipo de entrenador. Bajo su liderazgo, el club subió varias categorías, de la EBA a la LEB Oro, pasando del amateurismo a lo profesional, aumentando y afianzando por el camino la masa social, empezando casi desde un solar.

El pasado mes de mayo, Ten anunció entre lágrimas su salida del TAU. «Quería marcharme sintiéndome querido y valorado», afirmó, y vaya si lo logró. Hoy son muchos los castellonenses que se alegran de sus éxitos en el Trefl Sopot polaco, donde forma parte del staff técnico del croata Zan Tabak, un ex de la NBA. Recientemente, el ondense ha conseguido alzar la Copa, su primer título lejos de Castellón.

«No esperábamos ganar tan rápido», admite Ten a este diario. «El proyecto del club es ambicioso y el objetivo era volver a pelear por los títulos a medio plazo, pero este campeonato, el primero en diez años, nos da tranquilidad para seguir creciendo, siempre sin perder la perspectiva», añade.

Novedad tras novedad

El Trefl Sopot, además, es actualmente segundo en la liga polaca. Trefl es la empresa propietaria del club. Se dedica a la fabricación de juguetes y rompecabezas. Un puzle mental tuvo que configurar también Toni Ten a su llegada a Polonia: «País nuevo, liga nueva, club nuevo, rol nuevo e idioma nuevo (el inglés). Venía de una realidad donde lo sabía todo, dentro y fuera de la pista, y de repente aquí era el novato». Con «esfuerzo y tesón», indica, el ondense fue superando las primeras dificultades. «Desde que fiché tuve que hacer un curso acelerado de aprendizaje y estoy contento a nivel profesional y también en lo personal, porque era sin duda un reto salir de la zona de confort», desgrana.

Toni Ten, con el trofeo de Copa.

Toni Ten, con el trofeo de Copa. / Trefl Sopot / Mediterráneo

Su vida en Polonia es lógicamente distinta a la que tenía en la Plana. En primer lugar, porque su pareja y sus dos hijos se han quedado en Onda, aunque le visitan con frecuencia. «Tras anunciar que no seguía en el TAU recibí dos ofertas. Prioricé el aprendizaje, porque para ser mejor entrenador tenía que estar cerca de un entrenador mejor que yo; e ir a una liga mejor, a una estructura mayor de la que estaba». La propuesta polaca cumplía esos dos requisitos. «Me llamó Zan Tabak y fue muy claro conmigo: él decide porque es el jefe, pero quiere que le dé mi visión como entrenador, tanto a nivel táctico como en lo emocional y en la gestión de grupo. Desde el primer día tuve una conexión muy buena con él y el resto del cuerpo técnico. El espacio que me ha dejado es muy grande».

Del PC Basket

Esa confianza de Tabak ha ayudado a suavizar el impacto del cambio de función. «Además un día lo expulsaron y me bauticé: pude dirigir al equipo unos minutos. A veces me cuesta estar sentado en el banquillo», bromea, y no extraña. Ten empezó a entrenar en Onda a los 20 años, mientras se licenciaba en Humanidades, y dos décadas después, tras llegar primero a Castelló para poco más que recoger balones y pasar la mopa, es profesional en un club al que se enfrentaba de chaval en el PC Basket. «En el juego se llamaba Prokom Trefl, luego se dividió en dos y nosotros somos una parte». Es una información relevante.

El ondense, entrando a la cancha.

El ondense, entrando a la cancha. / Trefl Sopot / Mediterráneo

En Polonia va de casa al pabellón y del pabellón a casa. Muchas horas de análisis frente a la computadora y de trabajo en la cancha. «Antes en Castellón aún conseguía desconectar el día libre, o por las noches con la familia, pero aquí mi vida es 24 horas baloncesto», resume. Como mucho, de vez en cuando sale a comer o a cenar con sus compañeros. Reside en una de las zonas de mayor renta per cápita del país, llamada Triciudad, que forman Gdansk, Gdynia y Sopot, lugar que compara con Marbella. «Es una zona muy turística, con mar y con playa, y en Gdansk hay un centro histórico bonito, pero solo me acerco cuando tengo visita», comenta.

¿Y del TAU echa algo de menos? «Trabajar con los amigos, por supuesto. Siempre será mi casa». 

Suscríbete para seguir leyendo