Atletismo

Buscando a Marta Domínguez: el auge y caída de una estrella del atletismo que acabó de guardia de seguridad en Renfe

La palentina salió de los focos tras su condena por dopaje, que le hizo perder incluso su condición de atleta de élite | Se le pierde la pista como vigilante de seguridad en la estación de Renfe de Palencia

Marta Domínguez, expolítica y otrora estrella del atletismo español, fue castigada por dopaje.

Marta Domínguez, expolítica y otrora estrella del atletismo español, fue castigada por dopaje.

David López Frías

- ¿Marta? No, ella hace tiempo que ya no trabaja aquí. Exactamente un año. Pero no sabemos qué hace ahora.

En la estación de Renfe de Palencia hay tres mujeres con el mismo corte de pelo: media melena y rubio intenso. El mismo que caracterizaba a Marta Domínguez, una de las deportistas más laureadas de España en su etapa de auge. Se parecen a ella, pero no lo son. Fueron, eso sí, compañeras. En esa estación trabajó Marta Domínguez hasta hace un año como guardia de seguridad, culminando así su caída.

Ahí se le pierde la pista a Marta Domínguez Azpeleta (Palencia, 1975), tal vez la atleta más importante de España en nuestro siglo. Campeona de Europa. Plata en los Mundiales. Innumerables podios y medallas. Mejor atleta española dos años consecutivos. Un símbolo. Sobre todo en su Palencia natal, donde le pusieron una estatua y su nombre a un pabellón.

De la gloria deportiva a la política. A un personaje tan relevante le costó poco prosperar. De concejal en el Ayuntamiento de Palencia a senadora por el PP. Mariano Rajoy anunció que iba en las listas para dar el salto al Congreso cuando estalló el escándalo. Se vio implicada en la Operación Galgo, una trama de dopaje. Y aunque nunca dio positivo, la acabaron sancionando 4 años porque dedujeron que se dopaba al estudiar su pasaporte biológico.

De aquellas, le acabaron retirando hasta su categoría de deportista de élite, algo que fue publicado en el BOE. Perdió su puesto en la Federación Española de Atletismo, salió del mundo de la política y su cara pasó a verse en los medios solamente a la entrada de los juzgados. En Palencia le retiraron el nombre al pabellón y cambiaron la estatua de sitio.

Ahora se cumplen 20 años de su entrada en política y 10 desde que la Federación Internacional de Atletismo le abriese el expediente que a la postre acabó con su carrera. El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, se adentra en Palencia para buscar (y encontrar) a Marta Domínguez, la atleta de la cinta rosa, que acabó perdiendo hasta la placa con su nombre en la estatua.

La cinta rosa

- Marta corrió desde pequeña, igual que sus hermanas. Pero no empezó aquí en Palencia, sino en Venta de Baños, que siempre ha estado muy unida a ese pueblo.

Lo cuenta uno de sus vecinos, que la conoce desde niña. Palencia es conocida por su afición al atletismo. Y a 15 kilómetros de su casa, en el municipio de 6.000 habitantes de Venta de Baños, empezó a dar sus primeros pasos Marta Domínguez. Una joven mediofondista que destacaba porque corría con una cinta rosa en el pelo que le regaló un familiar. Hay quien dice que su abuela, hay quien dice que uno de sus 8 tíos.

Empezó en el atletismo a los 9 años y a los 10 ya le vieron el potencial: baja estatura (1,63), compacta y resistente. Ideal para el fondo y el mediofondo. A los 14 ganó el campeonato de España cadete de los 2.000 y a los 15 ya rompía récords de ‘promesas’ (menores de 22 años) en los 3.000, la que se acabó convirtiendo en su distancia favorita.

Marta Domínguez, durante su época de atleta de élite.

Marta Domínguez, durante su época de atleta de élite. / Atlas

En 2001 llegaron los éxitos internacionales (plata en el Mundial de Edmonton) y en 2002 las medallas de oro: una en los 3.000 en los Campeonatos de Europa en pista cubierta (Viena) y otra en los 5.000 al aire libre en Múnich. Tanto en 2001 como en 2003, año en el que volvió a hacer plata en los Mundiales de París, fue nombrada mejor atleta española. Había nacido una estrella.

La política popular

Como política era muy querida aquí, porque siempre la veías en las carreras, en la calle hablando con la gente. Era una persona muy popular, un ídolo. A todo el mundo le hacía ilusión ver a alguien de Palencia por la tele.

Lo recuerdan a este diario vecinos del entorno de Campo de la Juventud, el lugar en el que se ubica el Centro de Perfeccionamiento Técnico Deportivo de Palencia. En la puerta hay una estatua con su figura. No es su enclave original. Hasta la escultura acabó siendo relegada. Una estatua cuyo resultado estético a Marta nunca le gustó. Data de los tiempos en los que su nombre se escuchaba más en las esferas políticas que en el tartán.

En enero de 2003, el PP de Palencia anunció que Marta Domínguez iría en las listas como no adscrita, al no estar afiliada. Salió concejal y cumplió el mandato entero, hasta 2007. Hubo un impasse de 4 años, en el que protagonizó uno de los momentos más dramáticos de una deportista española en unos Juegos Olímpicos. Fue en los de Pekín 2008. Cuando se encontraba en el grupo de cabeza de los 3.000, y a 200 metros de la meta, sufrió una aparatosa caída que la obligó a abandonar.

Fue elegida senadora por los Populares por Palencia en el año 2011. En 2012 descubrieron dicha estatua, realizada por el escultor Luis Alonso, que originalmente se ubicaba en el pabellón deportivo. Unas instalaciones que también llevaban el nombre de la atleta. Para entonces ya había saltado el escándalo.

Marta Domínguez, durante su etapa como política en la que llegó a ser senadora por el PP.

Marta Domínguez, durante su etapa como política en la que llegó a ser senadora por el PP. / Cedida

Operación Galgo

- “Todos en Palencia nos alegramos de que Marta haya quedado libre de toda culpa en el marco de la 'Operación Galgo' según el nuevo auto dictado por la Jueza Instructora, Mercedes Pérez Barrios (…) y la proponemos como candidata para el Príncipe de Asturias, pues tiene todos los merecimientos para conseguirlo y supondría una restitución de su honor".

Eran declaraciones de Heliodoro Gallego, portavoz socialista palentino, en 2011. En aquel momento, ya había explotado la Operación Galgo. La mayor presunta trama de dopaje de la historia de España hasta la fecha. Con nombres tan significativos como el de los atletas Alberto García , el doctor Eufemiano Fuentes o el de la propia Marta, que de inmediato se convirtió en el icono de la operación, por ser el rostro más conocido.

Según los investigadores, la medallista "desempeñaba el papel de suministradora de sustancias y arriesgó por ello su prestigio y su puesto como vicepresidenta de la Federación de Atletismo, del que fue destituida". La palentina fue detenida y su casa, escenario de los registros de la Guardia Civil. Los agentes abandonaban su domicilio con un ordenador portátil, un maletín metálico y una caja. Los medios publicaron que se llevaron numerosas sustancias. Marta siempre defendió que nunca le encontraron nada.

El caso quedó archivado y las implicaciones de Marta sobreseídas. La juez que investigó la operación Galgo anuló las escuchas telefónicas practicadas desde 2010 por la Guardia Civil a la atleta. "Se observa una suerte de confusión entre las conductas sancionables en el ámbito deportivo y las conductas penales, pues efectivamente lo que se pone de manifiesto son las sospechas de que Marta Domínguez fuese consumidora de sustancias prohibidas en el deporte, lo que daría lugar a una sanción en dicho ámbito pero nunca a una imputación penal", apuntó la magistrada.

Marta Domínguez declaró varias veces en los juzgados por la trama de dopaje.

Marta Domínguez declaró varias veces en los juzgados por la trama de dopaje. / José Luis Roca

Y aunque Marta dio alguna entrevista y salió a defender su inocencia porque jamás había dado un positivo, la Federación Internacional de Atletismo le abrió expediente por dopaje por una serie de irregularidades en su pasaporte biológico. El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) la sancionó en noviembre de 2015 con tres años de inactividad deportiva oficial. También retiró sus resultados conseguidos entre el 5 de agosto de 2009 y el 8 de julio de 2013. Le fue revocado su título de campeona del mundo de 3000 metros obstáculos en el Mundial de Berlín 2009 y el subcampeonato del Europeo de 2010. El BOE publicó que Marta Domínguez dejaba de ser atleta de élite de forma definitiva. Ahí empezó su verdadero ocaso.

El ocaso

"A Marta la sigo saludando si la veo, porque tuvimos una buena relación y creo que hubo mucha injusticia con ella. Probablemente por su filiación política. No entro en lo que pasó. Pero sí hizo mucho por Palencia".

Se lo cuenta a El Periódico de España Facundo Pelayo, político popular palentino que ocupaba el cargo de concejal de Deportes cuando el pleno de Palencia le retiró a su hija predilecta todos los honores en la ciudad. Quitó su nombre del pabellón municipal y retiró la estatua de la atleta que había en dicho enclave, cambiando su ubicación a la avenida Cardenal Cisneros. Sin una sola placa que dijese que aquello era un homenaje a la mejor atleta palentina de la historia. Todas las distinciones le fueron retiradas y Marta desapareció de la vida pública.

"Estuvo un tiempo entrenando a niños en este centro, pero luego dejó de venir. Nos dijeron que estaba entrenando a chavales en Venta de Baños, pero también nos contaron más tarde que lo dejó", nos cuenta una de las personas del mencionado centro de tecnificación deportiva. Marta dejó de aparecer por las pistas en las que se estuvo preparando durante tantos años y se preparó para integrarse a la vida cotidiana, aquella que le había sido ajena mientras ella era una estrella.

La pista se le pierde en la estación de Renfe de su ciudad, donde desempeñó labores de guardia de seguridad para la empresa Eulen durante la pandemia. Al mismo tiempo, se publicaba que la ya exatleta se estaba preparando para entrar en las fuerzas de seguridad del estado. Para el Cuerpo Nacional de Policía y para la Policía Local de Palencia. En ambas pruebas sacó más de un nueve (sobre 20) en las pruebas físicas. Pero en ambas suspendió la parte teórica.

Marta Dominguez durante su etapa como vigilante en la estación de Palencia.

Marta Dominguez durante su etapa como vigilante en la estación de Palencia. / Cedida

El encuentro

"No, no. Periodistas no".

Es la escueta respuesta que le da Marta Domínguez a El Periódico de España cuando por fin la encontramos en Palencia, antes de cerrar la puerta de su casa. En el tirador de la puerta de entrada siguen estando sus iniciales. M y D, recordando sus tiempos de gloria.

La encontramos vestida de atleta y hablando en la puerta de su casa con una adolescente que también va vestida para correr. Es su ocupación actual, nos cuenta uno de los vecinos de la zona antes de que, por fin, consigamos hablar con ella. No obstante, Marta declina hablar cuando conoce que la idea es entrevistarla. Agita la mano rechazando la propuesta, repite que no varias veces y tuerce el gesto en una especie de disculpa justo antes de cerrar la puerta de su casa.

Marta sigue sin querer hablar. La presión mediática y política fueron muy fuertes. Empezando por sus propios paisanos palentinos. Ahora vive retirada de la vida pública y no tiene visos de volver. Sigue aferrada al atletismo, lo que en realidad le dio la gloria, aunque sea en su faceta de preparadora de jóvenes promesas. Ya no lleva cinta rosa ni aparece en los medios de comunicación, pero sigue corriendo por Palencia como lleva haciendo desde pequeña.