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TENIS

Bautista: «Ya no puedo ir como un toro desbocado, jugando el número máximo de torneos al año»

El castellonense pondrá fin al 2024, el año de su resurrección, en las finales de la Davis, en lo que supondrá el despedida definitiva de Rafa Nadal

La victoria reciente en Amberes, el 12º título de su carrera, refuerza a un jugador que, a sus 36 años, todavía ve lejana su fecha de caducidad

Bautista: «Ya no puedo ir como un toro desbocado, jugando el número máximo de torneos al año»

Bautista: «Ya no puedo ir como un toro desbocado, jugando el número máximo de torneos al año» / LEVANTE EMV

Juan Francisco de la Ossa

Juan Francisco de la Ossa

Castellón

El 2024, pase lo que pase entre los días 19 y 24 de noviembre en el pabellón Martín Carpena de Málaga, en la esperada y mediática final a ocho de la Copa Davis, es el año de la resurrección de Roberto Bautista Agut (Castellón, 14 de abril del 1988). Porque después de ausentarse varios meses del circuito por una lesión en el peroné, con el consecuente descenso en el ránking de la ATP más allá del top-100 (él, que llegó a ser noveno del mundo hace ahora cinco años), le llevó, incluso, a tener la espada de Damocles de la retirada sobre su cabeza. Pero no lo hizo, siguió yendo a entrenar «con una sonrisa», a pesar de tener que disputar previas de torneos en los que muy poco antes accedía al cuadro principal bien posicionado. Jugó bien, fue ganando partidos... Y hace unas semanas le llegó la recompensa: el 12º título de su carrera , el conquistado en Amberes (Bélgica), el primero desde el verano del 2022, para volver a estar entre los 50 mejores tenistas del mundo.

Rober, el segundo más veterano de ese top-50 (solamente por detrás del serbio Novak Djokovic), atiende a el Periódico Mediterráneo en un breve paso por casa antes de rematar el año con la Davis.

-En primer lugar, lo más reciente. ¿Qué le pasó en Metz, donde fue derrotado en la primera ronda por Benjamin Bonzi, 124º de la ATP?

-Él lo había hecho bien antes, ganando tres Challengers en la semanas previas, llegaba con confianza. Igual que yo, porque creo que jugué bien. Fue un partido muy igualado en el que fui un break arriba en los dos sets, pero no pude mantenerlo. Pese a la derrota, estoy bien, ya con la cabeza puesta en la Davis.

-¿Cuál es el plan cara a Málaga?

-Después de unos días aquí, en casa, me iré a Mallorca a entrenar con Rafa [Nadal]. Y de allí con el resto del equipo para las finales.

-Antes de entrar en materia, ¿qué le quedará por hacer en lo que resta de año?

-Pues descansar [se ríe]. La Davis acaba muy tarde y el desgaste de este año ha sido muy grande. Me toca descansar, empezar la pretemporada y pensar ya en el 2025.

-Sus inicios de temporada suelen ser muy sonados y exitosos. ¿Cómo arrancará esta vez?

-Pues he decidido pasar las Navidades en casa, con la familia, por vez primera en mucho tiempo, así que no jugaré hasta la segunda semana del año: ya veré si comienzo en Auckland [Nueva Zelanda] o Adelaida [Australia].

La sombra del adiós

-Va camino de los 37 años. ¿Se puede decir que se dosifica para intentar alargar la carrera y los resultados durante más tiempo?

-Sí, es obvio, yo ya no puedo ir como un toro desbocado, jugando el número máximo de torneos al año. Hago, desde mi experiencia, lo que se me ha dado bien: parar para seguir entrenando y tener frescura. A mí me motiva el afán de superación, pasar rondas... pero eso va de la mano de la dosificación. Por eso continúo jugando al tenis: me gusta ponerme retos. Y superarlos.

-Es un tenista que ha demostrado ser muy competitivo, como dejó claro después de haber ganado hace poco el ATP 250 de Amberes. En una época de retiradas de grandes jugadores, ¿usted se pone una fecha de caducidad?

-Voy, despacio, poco a poco. Está claro que haber ganado me ha supuesto un subidón de confianza a la hora de seguir entrenando y jugando. No me lo planteo aún.

-Después de la importante lesión que sufrió, la rotura de peroné en julio del 2023, lo que le costó regresar y volver a ganar partidos con frecuencia, ¿llegó en algún momento a pensar que había llegado la hora de su adiós?

-Sí que lo pensé, porque pasé por momentos muy difíciles tras la lesión. Me costó encontrar una plantilla para evitar tener dolores en la pierna. Así que, hasta marzo no he podido reencontrarme como tenista. Es cierto que, desde marzo, he tenido otro rendimiento, aunque yo siempre he sido el mismo. La gente solo ve los resultados, si ganas partidos y pasas rondas, pero para mí ya era toda una satisfacción poder pasar una ronda, llegar a la segunda semana de Wimbledon después de haber estado pocas semanas antes el 120º del mundo... Todo eso ya era muy gratificante para mí. Imagínate pensar en ponerme el reto de acabar el año otra vez dentro del top-50... y conseguirlo. Así que, pase lo que pase en Málaga, yo ya estoy muy satisfecho.

-Así que lo que ha conseguido esta temporada, ha superado sus expectativas, ¿no?

-Sí, estoy muy contento con mi rendimiento y resultados sobre la pista. En el tenis pasa como en otros deportes, como el fútbol, por ejemplo, cuando un equipo está en zona de descenso y juega con el culo apretado por la presión. Cuando volví después de la lesión, defendía muchos puntos en cuatro meses, desde marzo a junio, así que si no ganaba, me iba a ir mucho más atrás en el ránking. Seguramente, ya no hubiera jugado más, habría dicho basta. Yo tenía esa angustia de tener que jugar bien y ganar. Ha sido muy difícil, pero me ha ido bien: en los momentos complicados, es cuando se ve a un jugador de verdad.

Las finales de la Davis

-Encima, con todo el respaldo y la confianza de David Ferrer y su convocatoria para la Davis...

-Sí, claro. En València ya se pudo ver que estuve a un gran nivel en dos eliminatorias muy difíciles. Disfruté mucho de jugar en casa, el ambiente... y, claro, de llevarme partidos importantes.

-Y, ahora, las finales de Málaga, con todo el foco puesto en la retirada definitiva de Rafa Nadal. ¿Les viene bien o es un arma de doble filo que tenga toda la atención del mundo depositada en él?

-Jugar con Rafa es muy positivo, supone siempre un subidón. Aunque vayan a ser sus últimos momentos sobre la pista, nos va a dar mucha confianza. Es un ejemplo para todos. Compartir equipo con un fenómeno como él también nos va a ayudar al resto.

-En lo personal, ¿cómo afronta estas finales?

-Intentando prepararme a conciencia, llegar en las mejores condiciones para, si tengo la oportunidad de jugar, dar lo mejor de mí mismo.

-Está claro que nada va a tener que ver con lo que pasó en 2019, cuando ganó la Davis en la misma semana en la que falleció su padre, pero estar en la despedida de Nadal también será algo para recordar...

-Sí, está claro. Me hace mucha ilusión, aunque no va a ser nada fácil ganarla, aunque la gente se piensa que por el hecho de que esté Rafa ya está conseguido.

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bautnadal / RAFA NADAL ACADEMY

La DANA

-Por último, aunque no tenga nada que ver y está en las antípodas de la fiesta del tenis que suponen las finales de la Davis, hay que preguntarle por la tragedia de la DANA. ¿Cuál es su opinión?

Me pilló en Metz [Francia] y la verdad es que me dieron ganas de dejar el torneo. En la medida de lo posible he colaborado con donaciones y transferencias, aunque por mis compromisos no he podido ir allí en persona como otros deportistas. Pero sí he ayudado y ayudaré siempre a nuestra gente.

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