En Directo
DIARIO DE LA EXPEDICIÓN
Capítulo final: El gran reto alcanzado, Castellón en la cima de Ama Dablam (6.812 m)
El grupo de alpinistas inicia el regreso a casa con una mochila cargada de vivencias que han dado sentido al gran esfuerzo físico y mental que han realizado, y que han compartido paso a paso, día a día, con los lectores de 'Mediterráneo'

Cinco de los seis alpinistas de la expedición castellonense al Himalaya han hecho cima este martes en el Ama Dablam. / JOSÉ MANUEL ZAPATA
El pasado 30 de noviembre se iniciaba un intenso relato con este diario de la expedición, en el que el grupo de aventureros que partieron de Castellón horas antes, se marcaba un doble objetivo: alcanzar el campamento base del Everest para los que acudían con el propósito de hacer trekking en el Himalaya y hacer cumbre en el Ama Dablam (6.812 m) para el grupo de seis alpinistas, entre ellos, cuatro castellonenses, un madrileño y otro albaceteño.
Más de quince días después, han podido dar por hechos los dos logros, un éxito personal y colectivo que han compartido paso a paso y día a día con los lectores de Mediterráneo y que este martes ha tenido un emocionante capítulo final.
Mònica Mira

El grupo de alpinistas de la expedición castellonense al Himalaya ha cumplido su meta de hacer cumbre en Ama Dablam. / JOSÉ MANUEL ZAPATA
DIARIO DE UNA AVENTURA CASTELLONENSE
Misión cumplida: Los alpinistas observan el Himalaya desde la cima del Ama Dablam (6.812) e inician el regreso a casa
Desde el viernes 13 de diciembre no teníamos noticias del equipo de alpinistas que partieron a finales de noviembre desde Castellón con la aspiración de alcanzar un logro que está al alcance de unos pocos, hacer cima de Ama Dablam. Tres de los cuatro castellonenses que integraban el pequeño grupo de seis escaladores, lo han logrado este martes.
Los seis estaban mentalizados antes incluso de llegar a Nepal, que cuando uno se aventura con este tipo de retos, no puede perder de vista una escala de prioridades. En lo más alto, regresar vivos. Solo quienes practican este deporte de riesgo saben de los peligros que les acechan a cada paso y «siempre, siempre» hay que ser muy consciente de que ninguna aspiración vale una vida.
El segundo principio es «volver amigos» y el grupo que se ha creado, tanto el del trekking —el más numeroso— como el de alpinistas ha rubricado esa realidad. Compartir situaciones al límite en un entorno con una carga emocional y espiritual como el Himalaya puede llegar a unir mucho. Ese ha sido su caso.
El tercer principio es «volver con la cumbre». Los castellonenses Carlos Pitarch (Borriol), Manuel Renau (Almassora) y Manuel Castillo (Vila-real) lo han conseguido, al igual que sus compañeros de Madrid y Albacete, Javi Paz y Óscar Cardo.

Final de la expedición castellonense al Himalaya: los alpinistas hacen cumbre en Ama Dablam (6.812 m) / JOSÉ MANUEL ZAPATA
Doscientos metros más abajo, un abismo a esas alturas y en esas condiciones, se ha quedado José Manuel Zapata (Grao de Castelló), el narrador de esta historia. Ya venía acusándolo desde días atrás y así lo contábamos. Confesó que el mal de altura le había pegado muy mal en esta ocasión y al final, tras el gran sobreesfuerzo realizado por llegar tan lejos como fuera posible, ha desistido «por motivos de salud». Lo explica con meridiana claridad: «Muy a mi pesar, he decidido darme la vuelta porque no iba a jugarme la vida».
Una vida que, a veces, reserva estas jugadas inesperadas. Zapata fue el que movilizó esta expedición histórica, la primera abierta al Himalaya desde Castellón, con el anhelo de completar ese pico, pero «siempre hay algo más importante, que es vivir, las montañas seguirán ahí».
Todos han dado por buenas las palabras del escalador Ramón Portilla, «la cumbre es el camino». Y aunque Zapata confiesa que «me quedo con la espina de no haber completado el Ama Dablam, vuelvo a casa con la satisfacción de que ha sido un gran viaje, que hemos disfrutado muchísimo».
La gloria y la vida
En cuanto al relato de la parte final de esta expedición, detalla que el primer día alcanzaron, como estaba previsto, el campo 1 de Ama Dablam, donde acamparon en una arista ubicada en la parte no visible de la montaña, resguardados del viento, con las tiendas prácticamente ancladas a una pared vertical, a unos 5.800 metros de altitud, una ruta para la que emplearon entre 5 y 6 horas.
A primera hora del día siguiente, iniciaron el trayecto hacia el campo 2, ubicado justo encima de una aguja. Emulando un nido de águilas, se instalaron sobre un cortado en el que «las tiendas estaban al límite del vacío y donde hay que ir con ojo solo con salir a hacer un pis, porque puedes caer 1.000 metros abajo». Y de allí, sobre la una de la madrugada de este martes (hora nepalí), han comenzado la escalada.
«Dependiendo de la fortaleza de cada uno a estas alturas de la subida, hemos ido disgregándonos», hasta que, finalmente, como ya se ha relatado, a excepción de Zapata, el resto de sus compañeros han tenido la oportunidad de observar el mundo desde los 6.812 metros sobre el nivel del mar del Ama Dablam.
Les quedan unos días en Nepal, que los dedicarán a hacer turismo, paladear la experiencia vivida y celebrar la suerte de haber tenido la posibilidad de ser protagonistas de una gran aventura de la que los lectores de Mediterráneo han sido testigos de excepción.
¡Feliz regreso a casa!
Mònica Mira

Los seis alpinistas, cuatro de ellos de Castellón, que este fin de semana van a encarar la subida a la cumbre de Ama Dablam (6.814 m), al fondo. / JOSÉ MANUEL ZAPATA
DIARIO DE UNA AVENTURA CASTELLONENSE
Treceavo día: Los alpinistas llegan a Ama Dablam (4.660 m), la cima les espera
Anunciaron dos días de descanso que ya han pasado. Este viernes, el grupo de seis alpinistas ha amanecido en Pangboche y hará noche en al campo base de Ama Dablam (4.660 m). Su particular cuenta atrás se ha puesto en marcha, si podría definirse así al momento culminante de su expedición, ese que cada vez está más cerca y les observa despuntando en el cielo azul que les ha acompañado en la ruta.
El narrador de este diario, José Manuel Zapata, que está dando voz y visibilizando esta aventura que tuvo su punto de partida en Castellón, acusa los estragos de una mala aclimatación. Pese a ello, casi sin voz y algo achuchado por las consecuencias físicas del mal de altura, mantiene el ritmo y el ánimo de sus compañeros.

Treceavo día de la expedición castellonense al Himalaya: A los pies de Ama Dablan / JOSÉ MANUEL ZAPATA
Los seis siguen juntos y los seis esperan compartir la satisfacción de cumplir el objetivo que comparten, estar en un par de días a 6.812 metros sobre el nivel del mar, en ese punto donde se corona la que consideran una de las montañas más bellas del mundo.
Explica que es muy probable que en un par de días no hayan noticias suyas. Los planes pasan por completar este sábado el trayecto hasta el campo 1 de Ama Dablam, en la que describe como «posiblemente, la etapa más larga», porque el destino está alejado del punto de partida y «con un desnivel importante».
De ahí, el siguiente objetivo será alcanzar el campo 2, con un itinerario «más corto y amable». Esa misma noche, explica, «la idea es a las 23.00 horas, tirar a la cumbre, para hacer cima sobre las 7.00 del día siguiente».
Hasta ese momento, al lector le quedará la incertidumbre de saber cómo será esta parte del viaje. Prometen noticias tan pronto que sea posible. Esperemos que sean las que ellos ansían y quienes les seguimos, esperamos.
Mònica Mira

Los cuatro montañeros que han hecho cima en Lobuche, junto al sherpa que les ha acompañado. / JOSÉ MANUEL ZAPATA
DIARIO DE UNA AVENTURA CASTELLONENSE
Undécimo día: Otra prueba de fuego de la aclimatación, hacer cima en el Lobuche (6.145 m)
Como aclaración para quien siga este diario, no se ha perdido la cuenta de las jornadas de expedición. En la décima jornada (martes), como ya habían advertido los montañeros castellonenses en los primeros días, hubo un lapso en las comunicaciones. El grupo de alpinistas hizo noche (una noche muy corta) en plena montaña, libre de wifi. El objetivo era llegar al campo base alto de Lobuche, para afrontar la subida al pico (6.145 m), y allí fue donde durmieron.
La ruta de la undécima jornada ha empezado este miércoles muy temprano, tempranísimo cabría decir. Media hora después de la medianoche (hora nepalí) el grupo de alpinistas se ha puesto en pie. Han empezado a caminar la una. El objetivo claro, como se ha mencionado, era hacer cumbre en el Lobuche, y como explica José Manuel Zapata, «cuando se afronta la subida a una gran montaña, hay pegarse un buen madrugón para llegar con la primera luz del día, y así tener las horas de luz de cara».

Undécimo día de la expedición castellonense en el Himalaya: El mundo no se ve igual desde un pico a 6.145 m, coronan el Lobuche / JOSÉ MANUEL ZAPATA
Cuatro de los seis lo han conseguido, Carlos Pitarch, Manuel Castillo (ambos castellonenses), Javi Paz (Madrid) y Óscar Cardo (Albacete). Zapata y Manuel Renau (los otros dos de Castellón) se han quedado a unos 150 metros, «estamos muy tocados por la altura y hemos roto los trampones», por si faltaba poco. No hay que perder de vista que estar afectado por el mal de altura y superar las limitaciones físicas que ello supone para escalar hasta los 6.000, es un gran logro, aunque la sensación sea que solo a medias.
Alcanzar una cima a semejante altitud, para cualquiera, ya es un reto inconmensurable, en el caso de estos alpinistas, forma parte del proceso de aclimatación, porque la gran meta, como no se deja de insistir desde el primer momento, es alcanzar los más de 6.800 del Ama Dablan. En dos días acometerán la fase final de esta aventura.
Zapata resume la prueba que han afrontado este miércoles remarcando que «hemos estado 17 horas non stop, estamos reventados». Ahora les toca descansar. Lo harán durante dos días, en Pangboche, que está sobre los 3.800 m, «los cuerpos lo deben notar». Después de dos y sus noches de paréntesis, buscarán el campo base de Ama Dablan.
Mònica Mira

Parte de la expedición castellonense ha hecho cumbre en su novena jornada en el pico de Kala Pattar. / JOSÉ MANUEL ZAPATA
DIARIO DE UNA AVENTURA CASTELLONENSE
Noveno día: Despedidas y primeras grandes cimas, Kala Pattar (5.644 m)
Este lunes ha llegado el momento, ya planificado, de las despedidas. El grupo de trekking ha emprendido el regreso a Dingboche y los alpinistas inician la segunda parte de la expedición con el firme propósito de hacer cumbre en Ama Dablan (6.812 m).
Antes de separarse, tenían un reto entre manos, hacer la cumbre de Kala Pattar (5.644 m), aunque no todos lo han intentado. Quienes se han animado, lo han logrado y han comprobado que en Nepal, en estas fechas y a esa altitud, impera el frío. 30 negativos en la cima más alta es poca broma. Además, el viento no les abandona.
La novena etapa ha sido «larga y realmente dura», resume José Manuel Zapata. Insiste en que han completado 14 kilómetros, que se multiplican mentalmente cuando están por encima de los 5.000. La vida transcurre más lenta tan por encima del nivel del mar.

Octavo día de la expedición castellonense en el Himalaya: -30 grados en la cumbre de Lobuche (6.119 m) / JOSÉ MANUEL ZAPATA
Con los logros completados, el grupo de trekking, como se ha mencionado, ha vuelto a Dingboche, y en el descenso «pierdes altura, ganas oxígeno y la vida se ve con otro color, más si cabe con los objetivos cumplidos».
A quienes todavía les espera subida por delante, tienen su descanso en Pangboche, «desde donde intentaremos completar Lobuche (6.145 m) para después llegar al campamento base de Ama Dablan».
En todas las conversaciones con los expedicionarios desde hace días, el problema de la aclimatación se está convirtiendo en una constante. Zapata reconoce que en su caso y en el de su hijo Manel (16 años), el más joven del equipo, «lo estamos llevando bastante mal».
Explica que lo de por qué unos se acostumbran mejor a la altura que otros «es todo un misterio». Él estuvo hace un par de años en el mismo lugar «y aclimaté de lujo». En esta ocasión no está siendo así. Afirma que «gente que tiene ochomiles, sufrió los efectos del mal de altura sobre los 3.000», sin saber demasiado bien la razón.
La cuestión es que las consecuencias no sean lo suficientemente adversas como para abandonar. Zapata no se lo plantea. Su hijo tampoco.
Y es que han superado un día más, y lo que les queda por delante, posiblemente sea la parte más fascinante. Un prueba mental y física a la que quieren hacer frente.
Mònica Mira

Parte del grupo agredita su llegada al campamento base del Everest. / JOSÉ MANUEL ZAPATA
DIARIO DE UNA AVENTURA HISTÓRICA
Octavo día: A los pies del techo del mundo, el grupo alcanza el campamento base del Everest (5.360 m)
Cada nueva etapa que se completa es un éxito colectivo, pero la de este domingo tenía un especial significado para la expedición castellonense que estos días se enfrenta a la parte más conocida del Himalaya, porque tras ocho días de ruta, han llegado al campamento base del Everest (5.360 m).
El grupo ha subido desde Lobuche «en una ascensión muy ligera» hasta Gorakshep (5.180 m) y de ahí al campamento base. José Manuel Zapata advierte que el adjetivo «ligero» no debe conducir a engaño, porque «hacer 11 o 12 kilómetros por encima de los 5.000 metros, pasa factura».

Octavo día de la expedición castellonense al Himalaya: Por fin, el campamento base del Everest (5.360 m) / JOSÉ MANUEL ZAPATA
Las condiciones de llegada a los pies de la cima del mundo han sido duras. El tantas veces mencionado mal de altura, un integrante más de la ruta desde hace días, ha sido especialmente severoo con dos compañeros. Zapata asegura que no habrá evacación, «solo necesitan descanso». A medida que inicien el descenso, explica, su condición física mejorará.
La meta alcanzada en la octava jornada marca un punto de inflexión en el itinerario del viaje, porque será a partir de aquí cuando el grupo se dividirá. Será este lunes.
La incerteza del resto del itinerario se mide, entre otros factores, por el insistente y fuerte viento que, cumpliendo con las previsiones que se anunciaban hace algo más de una semana, azota las cumbres más altas. En este último tramo del trekking el grupo lo ha constatado a las bravas. Viento y frío, así les reciben los picos. Pero no desfallecen.
Este lunes, los planes pasan por alcanzar otra conocida montaña, Kala Patthar, y de allí se derivarán a Lobuche, desde donde la mayoría emprenderá el regreso hacia Dingboche, mientras los alpinistas, iniciarán el anhelado ascenso a Ama Dablan.
Mònica Mira

El paisaje es el bálsamo que necesitan los arrojados montañeros , superados los 5.000 metros de altitud. / JOSÉ MANUEL ZAPATA
DIARIO DE UNA AVENTURA HISTÓRICA
Séptimo día: A más de 5.000 metros, llega el frío de verdad y el temido viento
Cuando se cumple una semana de ruta por el Himalaya y superados los 5.000 metros de altitud, empieza a hacer frío «pero de verdad».
La expedición de Castellón ha completado este sábado la distancia entre Dingboche (4.350 m) y Lobuche (5.050 m) con buen ambiente, aunque con las condiciones físicas afectadas. Sabían que el Himalaya no era poca cosa y el mal de altura se lo recuerda a cada paso.

Séptimo día de la expedición castellonente al Himalaya: Lobuche (5.050 m) / JOSÉ MANUEL ZAPATA
Explica José Manuel Zapata sobre esos dolores de cabeza y molestias de estómago propios de las circunstancias ambientales, y a las que solo son inmunes quienes tienen su hogar tan por encima del nivel del mar, que «algunos lo llevan mejor y otros peor», aunque sin afectar al avance previsto. El grupo anda compactado, con el ambiente intacto, pese al lógico cansancio y la pesadez que lastra la aclimatación.
El malestar físico cambia la perspectiva, el ánimo no es el mismo si no te encuentras tan bien como te gustaría, pero no le resta ni un ápice de belleza al paisaje que atraviesan, afirma el escalador del Grao, que describe como han atravesado manadas de yacks sueltos, con el Pomori y Ama Dablan marcando el horizonte.
A la intensidad del frío ya mencionada se ha sumado en algunos tramos el obstáculo del viento, «que no ayuda». Las previsiones ya lo advertían y, si no cambia, podría ser un inconveniente en unos días, cuando el grupo de los alpinistas encare la subida definitiva más allá de los 6.000 m.
Mònica Mira
DIARIO DE UNA AVENTURA HISTÓRICA
Sexto día: Primera baja, la dura carga de pasar de 0 a 4.350 metros de altitud
El Himalaya se ha cobrado la primera baja en la expedición castellonense que estos días recorre esta mítica cordillera asiática. Uno de los compañeros no ha podido superar la dura prueba que supone la aclimatación ante el cambio de altitud y ha sido derivado en helicóptero hasta Katmandú. El viaje ha acabado para él.
Para el resto, empiezan a ser parte del equipaje la migraña y los dolores de cabeza propios de pasar de los cero metros sobre el nivel del mar con los que partieron, a los más de 4.300 que ya han alcanzado. En principio, nada que no pueda compensarse con descanso y algún analgésico, señala el narrador de esta aventura, José Manuel Zapata.

Sexto día de la expedición castellonense al Himalaya: Dingboche (4.350 m), la altura ya pesa en las mochilas / JOSÉ MANUEL ZAPATA
Entre el templo de Tengboche (3.860 m) y el destino de este viernes, Dingboche (4.350 m), los montañeros han completado un itinerario «muy bello», siguiendo el curso del río, con el impotente Ama Dablan siempre vigilante, recordándoles que coronarlo es el objetivo, pero no lo pondrá fácil.
Zapata detalla que por delante les esperan los día finales, antes de que el grupo de separe. La mayoría se quedará en el campamento base del Everest y regresará a Katmandú. El grupo de seis alpinistas (entre ellos los cuatro de Castellón) abordarán el intento de hacer cumbre en Ama Dablan.
Indica, que otra de las cosas que se complican a partir de este punto es la comunicación. Teniendo eso en cuenta, hará lo posible por seguir manteniendo al día este diario que conserva un titular, el «excepcional ambiente» que se ha creado en el grupo, a pesar de los pesares.
Mònica Mira

El grupo ha llegado este jueves al monasterio de Tengboche, desde donde les contemplan los picos de Ama Dablan, el Lotche y el Everest. / JOSÉ MANUEL ZAPATA
DIARIO DE UNA AVENTURA HISTÓRICA
Quinto día: Bendiciones budistas a más de 3.800 metros de altitud
Tras una jornada de reposo para buena parte de la expedición —solo unos cuantos completaron este miércoles el trayecto hasta el Everest View Point—, continúa la aclimatación de los montañeros y está siendo «bastante buena».
El grupo ha dejado este jueves Namche Bazar y ha afrontado una ruta de algo más de 8 kilómetros, con un desnivel positivo de 710 metros hasta el monasterio de Tengboche, el templo budista más importante de la zona del Everest.
José Manuel Zapata describe que «hemos bajado hasta el fondo de un barranco para después subir una cuesta enorme» que los ha llevado hasta el mencionado templo, donde los alpinistas que tratarán de hacer cumbre en Ama Dablan dentro de unos días, si el viento no lo impide, han recibido una bendición con el propósito de que completen su objetivo y lo hagan en las mejores condiciones posibles.

Quinto día de la expedición castellonense al Himalaya: Bendiciones en Tengboche (3.860 m) / JOSÉ MANUEL ZAPATA
El componente espiritual de cualquier expedición por el Himalaya es prácticamente inevitable, está presente en todos los rincones.
Zapata explica que se encuentran en el valle de Khumbu, la parte más conocida del Himalaya y que se hospedan a muy pocos metros del monasterio «donde acude la gente de la zona y los niños buidistas a rezar y trabajar».
De fondo tienen el paisaje más asombroso posible, con picos como el Everest, el Lothse o el Ama Dablan. Tras una caminata de algo más de cinco horas y media y de haber alcanzado los 3.868 metros, retomaran fuerzas en Tengboche para seguir cubriendo etapas con el mismo entusiasmo que viene acompañándoles desde el primer día.
Mònica Mira
DIARIO DE UNA AVENTURA HISTÓRICA
Cuarto día: El grupo inicia la aclimatación y divisa su objetivo, el Ama Dablam
Los expedicionarios del grupo liderado por los cuatro escaladores castellonenses ha permanecido este miércoles en Namche Bazar y han iniciado la imprescindible aclimatación. Física y mentalmente deben prepararse para el ascenso por encima de los 3.500 metros.
Del total de 26 aventureros, como ya se ha relatado, solo los cuatro de Castellón, Carlos Pitarch (Borriol), José Manuel Zapata (Grao de Castelló), Manuel Renau (Almassora) y Manuel Castillo (Vila-real), junto a dos compañeros Javi Paz y Oscar Cardó, de Madrid y Albacete, y el conocido montañista Ramón Portilla, abordarán en algo más de una semana la subida al Ama Dablan.

Cuarto día de la expedición castellonense al Himalaya: Everest View Point (3.962 m) / JOSÉ MANUEL ZAPATA
En su cuarta jornada, han completado una subida de 400 metros, hasta el Everest View Point (a 3.962 metros de altitud) desde donde pudieron divisar su objetivo, la que consideran «una de las montañas más bellas del mundo».
Mònica Mira

Los puentes colgantes son todo un reto mental para los expedicionarios y una exhibición de belleza, en la tercera etapa han cruzado unos cuantos. / JOSÉ MANUEL ZAPATA
DIARIO DE UNA AVENTURA HISTÓRICA
Tercer día: Con el Everest en el horizonte, el grupo supera la primera gran subida, 1.000 metros positivos
Empieza la verdadera prueba de resistencia. En la tercera jornada de la expedición el grupo ha afrontado la primera gran subida. Unos 1.000 metros positivos que han completado bien, con el equipo compactado y el entusiasmo intacto.
Explica José Manuel Zapata que al llegar a los 3.500 metros de altitud «los cuerpos empiezan a notarlo» y se hace imprescindible aclimatación, que siempre debe ser paulatina, por eso el cuarto día será de descanso en la ciudad sagrada de Namche Bazar, el lugar de origen de los míticos serpas.

Tercer día de la expedición castellonense al Himalaya: Namche Bazar (3.440 m) / JOSÉ MANUEL ZAPATA
Para llegar a ese destino han iniciado la caminata sobre las 8.30 horas de este martes (hora nepalí). Durante unos 11 kilómetros han avanzado de forma paralela al río, atravesando los espectaculares puentes tibetanos colgantes, entre ellos, el gran puente Hillary, en plena subida.
Dice José Manuel que en estos pasos suspendidos en el aire «notas como vibran solo con hablar». Sin duda, una prueba de resistencia, aunque en este caso más mental que física.
Lo que les espera a partir de ahora ya es la zona alta del Himalaya, «ya se ven las grandes montañas» con el imponente Everest marcando el horizonte.
- La Seguridad Social ya está quitando las pensiones de viudedad a las personas que no están cumpliendo estos requisitos
- Ya es oficial el nuevo registro horario: Las empresas tienen que dar a los trabajadores un recibo con las horas extra
- El centro de Castelló se queda sin otro emblemático comercio
- Furor por Starbucks en su llegada a Castellón: colas desde las 8 de la mañana
- Llega un nuevo episodio de lluvias a Castellón: Aemet prevé un 100% de probabilidades
- La conducta de un profesor de un instituto de la Vall d'Uixó subleva a los alumnos: 'Nos llama retrasados
- Un nuevo establecimiento de Castelló bajará la persiana el 22 de este mes pero el local ya tiene un nuevo inquilino
- El 'Lidl ruso' se repliega en Castellón: Mere cierra sus tiendas en Almassora y la Vall d'Uixó