TENISTA
La entrevista | Sara Sorribes: "No soy resultadista ni 'rankinista', valoro más cómo se consiguen las cosas"
La tenista de la Vall d'Uixó hace repaso a un 2024 de lo más exitoso en su carrera profesional
Sara Sorribes Tormo (la Vall d’Uixó, 1996) está a punto de cerrar, quizás, el mejor año de su carrera profesional. Bronce en dobles en los Juegos Olímpicos de París y flamante ganadora junto a Cristina Bucsa del Mutua Madrid Open, la tenista de la Vall ha completado un año «difícil», en el que la superación ha sido su bandera y el pensar en ir «día a día» su mejor arma. Aunque se ha quedado fuera del ‘top-100’ por primera vez en muchos años, se muestra «muy satisfecha» por el camino recorrido.
Faltan pocos días de finalizar el 2024, si le pido un adjetivo para describir su año, ¿cuál sería?
Buff (piensa un tiempo) Intenso. Muy intenso.
Entiendo que intenso porque ha habido momentos difíciles y de superación, y otros de satisfacción. ¿Pensaba que iba a cerrar este año de forma tan brillante?
Pensaba que no iba a terminar nunca (ríe), de eso sí que tenía la sensación porque al ser tan intenso me ha desgastado un montón. Creo que he hecho un esfuerzo súper grande por intentar mantenerme lo mejor posible en todo momento, aún cuando no era fácil, y sí que es verdad que a partir de la consecución de la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de París hubo un cambio, una subida y una mejora muy, muy grande, que es lo que he intentado mantener hasta final de año y me da fuerzas para poder afrontar estos días en casa entrenando mucho mejor.
¿Cuántos torneos ha llegado a disputar esta temporada?
No te sabría decir, igual 25, pero no lo sé con exactitud...
Le pregunto porque igual la intensidad de la que me hablaba antes también era por el calendario.
Y por ver que no salían las cosas. Por ver que tú quieres una cosa y que tu cuerpo no te responde de la misma manera... Que tu cabeza no te responde de la misma manera y que lo intentas, lo intentas, pero día tras día es complicado y hasta que le das la vuelta a eso, esos momentos son intensos y difíciles.
Es que viene de dos años complicados con las lesiones de la costilla y el pie en el verano del 2022, su empezar de cero en el 2023 y volver a la primera línea este 2024.
Creo que el deportista pasa por muchos momentos y, durante esas dos lesiones, tuve momento malos pero las afronté con fuerzas y fui capaz de volver, pero este año me ha pasado una cosa que no me había pasado nunca, que es no ganar partidos y empezar el año ganando cero o uno. De hecho, hasta que nos llevamos el título en el Mutua Madrid Open (en mayo) había ganado un partido y, ostras, eso es difícil de afrontar y se me hacía complicado no poder darle la vuelta y perder partidos duros, y volver a perder partidos duros... Entonces esa parte creo que, cuando uno es un poco más joven o no lleva tantos años, lo afronta de una manera, y cuando es un poquito menos joven y lleva más años, pues cuesta un poquito más.
"Hasta que nos llevamos el título en el Mutua Madrid Open (en mayo) había ganado un partido y, ostras, eso es difícil de afrontar"
¿Y cómo se trabaja esa frustración de no ganar?
En mi caso, intentando tener la máxima calma posible y seguir manteniéndote firme aunque las cosas no vayan bien. Yo soy mucho de la opinión de que cuando las cosas no van bien no hay que cambiar cosas; las cosas se cambian cuando ya llevas un tiempo viendo X pero no porque no vaya bien. Hay que intentar ser todavía más consciente de lo que pasa y aceptar, aceptar, aceptar, agachar las orejas, trabajar y seguir, aunque es complicado.
Hasta ese punto de inflexión que vivió en Madrid, ¿hubo algún momento en que pensó ‘esto no merece la pena’?
No, de momento te diría que no. Todavía tengo fuerzas para seguir intentándolo y para pensar que puedo tener una carrera incluso mejor de lo que ya he tenido, que para mí ya es un montón. También creo que influye el hecho de que yo me siento muy bien rodeada y es por lo que he luchado siempre: por tener un buen equipo, estar a gusto con mis entrenadores, y soy cien por cien consciente de lo mucho que me han ayudado ellos a mantener esa tranquilidad en esos momentos, en los que para nada me han dicho ‘lo estás haciendo mal’ sino que era en plan ‘Sara, esto es una cosa normal, por esto se pasa y hay que seguir’.
La llegada a su vida de Silvia Soler-Espinosa y Paco Fogués, sus entrenadores, también fue un cambio importante en su carrera.
Sí, muy importante. Fue más o menos durante la pandemia, que por fortuna yo la pude pasar en casa y con cierta tranquilidad pese a lo que estábamos viviendo. Yo acabé mi etapa en Barcelona en abril de 2020 y ya me puse a trabajar con ellos, y para mí ha supuesto un cambio bestial como tenista y como persona porque la tranquilidad que ellos me han aportado... Son una maravilla. No te puedo decir mucho más porque, de verdad, son una maravilla los dos.
¿Les buscó usted o ellos se ofrecieron? ¿Cómo se produce un cambio de entrenador en el mundo del tenis?
En mi caso, yo les busqué. A Silvia le llamé por videollamada porque estábamos en a pandemia y le dije ‘mira, he pensado que quiero que me entrenes’ y ella me dijo ‘pero si yo me acabo de retirar, ¿cómo te voy a entrenar?’. Y me añadió: ‘¡pero si además tú siempre me has ganado cuando hemos jugado juntas!’ (ríe), y yo le dije que eso no tenía nada que ver porque creía que me podía ayudar un montón y así está siendo. Y a Paco yo lo conocí con 14 años y siempre he querido entrenar con él, pero por circunstancias personales suyas no podía ser, y cuando le llamé me dijo que no podía viajar, pero yo le dije que le esperaría lo que hiciera falta porque tenía claro que quería formar este equipo humano. Por suerte, ha funcionado también a nivel deportivo, pero para mí el equipo humano era lo principal.
Y, ¿cómo es el día a día de Sara Sorribes?
Entreno muchos días aquí en casa, en la Vall, también en Valencia o en Bixquert, que es donde vive Paco. Prontito hago una buena sesión de gimnasio, sobre las 7.45 horas, vuelvo a casa y como algo, luego entreno de 10.30 a 13.00 horas más o menos, como y descanso un poco, y por la tarde vuelvo al gimnasio como de 18.30 a 20.15 y ya de vuelta a casa a cenar y descansar. Y volver a repetir al día siguiente.
Me ha hablado de sus entrenadores, pero en un año como este con dos títulos en dobles no puede faltar hablar de su compañera de éxitos, Cristina Bucsa.
Hemos congeniado y, sorprendentemente, mucho. Nos conocíamos de haber compartido equipo en la selección, pero yo no sabía que iba a cuadrar tan, tan bien. Había jugado con ella este año dos veces en contra y me había ganado las dos, y sabía que era una buena jugadora porque lo había sentido en mi propia piel, pero no imaginaba nunca que habríamos congeniado tan buen y tan rápido. Desde el primer día me pareció que su estilo de juego cuadraba súper bien con le mío y lógicamente los resultados creo que así lo han demostrado.
Madrid y París, ¿qué destacaría de esas competiciones?
Creo que en todo se necesita un poco de suerte y nosotras empezamos con suerte porque ganamos 10-8 el primer super tie-break del primer partido que jugamos juntas, que fue un partido complicado porque Cristina venía de perder en tres horas un partido hacía hora y media, y nos pusimos a jugar y acabamos sacándolo in extremis. Y, a partir de ahí, fue como que todo hizo un click y ya empezamos a ganar y a encontrarnos cada vez mejor. Todo cuadraba y creo que nos ha ido mucho mejor de lo que yo me esperaba.
¿Fue el Mutua más fácil que los Juegos? Porque en París llegó una inoportuna lesión....
Me lesioné el segundo día de entrenamientos en París porque empiezo a pelotear, mi tiran una pelota, bota mal y hago el gesto de derecha y me salta algo en el brazo derecho (se señala) y tenía mucho dolor. Se me empiece a hinchar y la mano me hacía un ruido raro, así que yo solo pensaba en que me infiltrasen, que me pinchasen lo que pudiesen, y seguir entrenando y jugando. Era ir día a día haciendo lo que pudiese y al final fue bien, fue muy bien.
Y esa noche de antes de pelear por un bronce olímpico, ¿cómo se vive?
Mal (rotunda). Para mí la noche de las semifinales ya fue una noche muy dura y difícil porque no había manera de dormir porque pensaba ‘ostras, estamos a un pasito de las medallas’, pero te diría que todavía fue peor la noche del bronce porque era un todo o nada. De hecho, hablándolo con Silvia me decía ‘que pase ya’ y yo le decía que no, que prefería vivir toda la vida pensando que tenía la opción de ganar una medalla a que se acabase y no ganarla. Para mí fue difícil, me despertaba a todas horas, pero bueno, intenté llevarlo de la mejor manera.
Y ese último punto...
Lo recuerdo a la perfección. En ese último punto, cuando Cristina va a sacar todavía le digo ‘Cristina, estamos muy lejos de ganar’ y ella me miraba como diciendo ‘pero qué dices’. Pero yo lo intentaba sentir como muy poquito a poco porque sabía, que si me iba lejos mentalmente y como me hacía tanta ilusión, no habría podido coger ni la raqueta. Y recuerdo perfectamente, que eso es algo como muy guay, porque hay muchas sensaciones que se te olvidan, cuando me tira Noskova la primera pelota, la voleo; me tira la siguiente... Y después pensar ‘ya me ha tirado dos, no me va a tirar la tercera’ y ahí me cruzo en la pista por eso, y fue una sensación muy bonita y acabar tirándome al suelo fue lo que me salió.
A la Sara Sorribes de hace diez años, si se lo hubieran contado, ¿se lo habría creído?
Bueno, la Sara de hace diez años quería ir a unos Juegos y lo cumplió en Tokio con creces porque para mí ya era todo, y más tras el partido con la número uno del mundo Ashleigh Barty, que fue como todo y más. Pero también sé que había sufrido un montón para llegar a estos Juegos, que llegué al final de todo y no me lo hubiese creído para nada.
Y cuando una gana una medalla olímpica, ¿cuál es el siguiente reto?
El día a día, aunque siempre está ahí el Grand Slam, que es también algo muy bonito. Pero pienso mucho más en el día a día porque creo que todo lo que he tenido la suerte de conseguir ha sido de esa manera, centrándome en el día a día, en mejorar, en disfrutar mucho del proceso, y así he tenido la suerte de llegar hasta aquí y así seguiré.
Si algo ha caracterizado sus partidos de este año ha sido su duración, algo que ha llamado mucho la atención.
(Ríe). Si yo pudiese sacar a 200 por hora, sacaría a 200 lógicamente, pero cada uno tiene las cualidades que tiene y yo estoy intentando mejorar mucho las mías para sacar más fuerte, ir un poquito más hacia delante, pero sí que soy consciente de que a medida que se va alargando el partido creo que tengo más posibilidades. Lógicamente no es algo que haga adrede, pero sí que lo creo y sí que pienso en aguantar, en estar lo más cerquita posible cuando mi rival juega muy bien, porque hay momentos en los que empiezan a sacar tiros muy buenos y a gran velocidad y es difícil pararlas, por eso siento que necesito que llegue el momento en el que ellas también se cansen un poquito y yo pueda adelantar por la derecha.
Dice que trabaja para mejorar algunos aspectos, ¿en qué le gustaría ser mejor el próximo 2025?
Quizás me gustaría conseguir que el saque fuese un poquito mejor, hacer un poquito más de daño e intentar llegar más veces a la red porque creo que, como en el dobles me defiendo más o menos bien, ahí podría ganar más puntos.
¿Cómo se plantea el año nuevo?
Empezaré en el torneo de Brisbane en enero y después juego la qualy en Australia porque este año no he entrado en cuadro. Será una experiencia diferente e intentaré llevarla con la máxima ilusión, máxima tranquilidad, máxima humildad y todo, para ir poquito a poco. Tengo ilusión y ganas, y aunque creo que será un año difícil, confío en poder ir poco a poco a mucho mejor.
Por lo que me transmite, no piensa ni en títulos, ni en un ranking en concreto...
Te soy muy sincera, este año he acabado 105 o 104 en el ranking y, para mí, a nivel de lo que he intentado hacer y de lo que me ha costado, ha sido mucho más difícil que haber acabado hace dos años en el puesto 60, por lo tanto no me puedo fijar solo en resultados o solo en un ranking. Tampoco soy una persona muy resultadista ni muy rankinera, soy muy normal y creo que le doy mucho más valor a lo que has hecho y cómo lo has conseguido porque en la vida llegan momentos totalmente diferentes y de repente tienes un año que está totalmente tranquilo y te va todo de cara, y luego hay otros años en los que no está todo tan tranquilo y no te va tan bien, y te supone un esfuerzo doble. Para mí, aunque haya cerrado el año fuera del top-100, y creo que hacía muchos años que eso no me pasaba por suerte, estoy muy contenta.
Es el éxito de la superación en el deporte.
Totalmente. Creo que no me he dejado llevar en ningún momento por más difíciles que hayan sido las cosas y creo que eso para mí ya es un partido ganado.
La figura de Rafa Nadal
Con esto de la superación me viene a la cabeza la figura de Rafa Nadal también y su despedida. ¿Cómo ve el futuro del tenis sin él?
No está Rafa, pero sigue estando Carlos (Alcaraz) que nos va a dar muchas alegrías y hay otros jugadores muy buenos, no solo Carlos, pero sí que es verdad que el vacío que deja Rafa es grande. Yo soy la primera que me meteré en Youtube o donde sea para ver vídeos suyos e intentar acordarme de esas emociones que ha transmitido siempre tan bien, pero bueno, iremos poco a poco sin él pero creo que lo tendremos muy en mente porque ha sido una barbaridad lo que hemos podido disfrutar con él.
¿Qué relación tenía o tiene con él?
Tuve la suerte de poder compartir con él bastantes momentos en los Juegos y fue para mí una experiencia espectacular porque, dentro de las horas que podía pasar en la camilla, al menos estaba bien acompañada y creo que tuve conversaciones muy buenas, en las que aprendí un montón. Y luego, en la Billie Jean King Cup cuando perdí mi partido, vino al vestuario y me dio un abrazo. Yo estaba un poco mal, bastante fastidiada, y la verdad es que siempre ha sido muy cercano y muy correcto, una persona muy normal dentro de la barbaridad que ha conseguido.
¿Fue la Billie Jean un punto negro esta campaña?
Fue duro y fue difícil porque teníamos un buen equipo y mi partido se escapó por muy poquito. Sabíamos que Polonia era un rival muy, muy complicado y, de hecho, yo pensaba que aunque perdieron contra Italia, podían haber ganado la competición sin duda. Fue una pena, pero creo que tenemos equipo para seguir intentándolo años y ojalá sea así.
¿Pone algún otro ‘pero’ a la temporada?
Seguro que si me pongo a buscar mucho, sí, porque estoy lejos, muy lejos, de ser perfecta (bromea). Pero estoy contenta y estoy satisfecha, creo que lo he intentado trabajar todo, he intentado hablar con mi gente lo máximo posible y estoy bastante, bastante contenta.
Esperemos que siga así… aunque no habrá Juegos.
No pasa nada, también va bien un poco más de calma (ríe).
Porque, ¿se ve en Los Ángeles 2028?
Hace poco estuve con Cristina (Bucsa) en la gala del COE y me dijo ‘Sara, vamos a ganar el oro en Los Ángeles’. Y yo le contesté diciéndole que igual lo ganaba ella, que a mí me dejara un poco tranquila que no sé cómo evolucionará todo (sonríe). Vamos a ir día a día, viendo cómo voy y poquito a poco, que el cuerpo también me responda. Creo que soy joven, porque tengo 28 años, pero llevo muchos años de carrera. Empecé a dar vueltas al mundo cuando tenía 16 y ya son unos cuantos, así que día a día, y lo que el cuerpo y la cabeza nos diga.
- La nieve tiñe de blanco el interior de Castellón
- El cómodo corte de pelo que se va a llevar en 2025: vale para pelos rizados, ondulados o lisos
- Salen a la luz los detalles del parte médico de Alma, hija de Anabel Pantoja: 'Los milagros existen
- Directo | Nueva jornada de lluvias en Castellón con el interior cubierto de nieve
- Un restaurante de un pueblo de Castellón cumple 40 años de éxito gastronómico
- Aniversario de la gran nevada de Castellón: duró 14 horas y sepultó la capital bajo 50 centímetros de nieve
- Hay nieve para disfrutar el fin de semana en Castellón: estos son los pueblos teñidos de blanco
- El segundo premio de la Lotería Nacional cae en Castellón