Juicio del beso de Rubiales
Montse Tomé asume la responsabilidad de no convocar a Jenni Hermoso tras el Mundial: "No fue un castigo"
El juez, que califica de "insulsas" las respuestas de la testigo, recuerda a la fiscal que la entrenadora de la selección femenina no declara como imputada y que no se juzgan los motivos por los que no citó a la jugadora

PI STUDIO

La actual seleccionadora de la selección femenina, Montse Tomé, asumió en la Audiencia Nacional, en el juicio al expresidente de la Federación de Fútbol Luis Rubiales por el beso que dio a Jenni Hermoso, la "absoluta responsabilidad", junto a su equipo técnico, de no haber convocado a la jugadora en la primera convocatoria tras la final del Mundial de 2023. Lo justificó con motivos deportivos y en la tensión mediática que vivía, especialmente ella, lo que significó negar uno de los argumentos de las acusaciones, que consideran que se trató de una represalia. "No fue un castigo", aseguró Tomé.
Tomé ha sido una de los tres testigos previstas en la quinta jornada del juicio en el que también se sientan en el banquillo por coacciones el exdirector deportivo de la Selección masculina Albert Luque, su antecesor al frente de la femenina, Jorge Vilda, y el exjefe de marketing de la RFEF Rubén Rivera. Cada uno de ellos se enfrenta a año y medio de cárcel, mientras que Rubiales, a dos años y medio de prisión por ese delito y otro de agresión sexual.
La actual entrenadora de la Selección femenina de fútbol, que era la número dos de Vilda durante el Mundial de 2023, ha asegurado que fue él quien le pidió que asistiera a la asamblea convocada "a mayor gloria de Rubiales" -en palabras de la fiscal- del 25 de agosto, donde se esperaba su dimisión, pero se reafirmó en el cargo. Tomé declaró que aún no sabía por qué se lo había pedido, porque nunca había ido y, además, se encontraba de vacaciones. "¿Se sintió incómoda yendo?", preguntó la teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez. "Sí, mucho", respondió la testigo.
Tomé señaló que ella no presenció el beso a Jenni Hermoso y que no habló con la jugadora sobre lo sucedido hasta el 28 de agosto, ya una vez en España, porque no era consciente de las dimensiones que estaba adquiriendo y no comentó con nadie lo ocurrido. Pero asumió la "absoluta responsabilidad" de que el 18 de septiembre Jenni Hermoso no estuviera entre las convocadas para representar a España, porque "ya no tenía relaciones" con Vilda, aunque hubiera llegado "de su mano" a la federación.
Como la entrenadora había sido propuesta por la defensa de Rubiales, el abogado de Jorge Vilda, Luis Jordana de Pozas, preguntó si después de que preguntara la teniente fiscal y el resto de acusaciones, volvería a haber un turno para las defensas, a lo que el magistrado central de lo Penal de la Audiencia, José Manuel Fernández-Prieto, no se anduvo por las ramas: "Ya está viendo que las declaraciones están siendo bastante insulsas, señor letrado".
Y ello pese a la insistencia de la fiscal sobre los motivos por los que Hermoso no fue convocada, cuando había sido una de las mejores jugadoras del Mundial. La testigo explicó que "selecciona a las jugadoras por motivos deportivos" y que entre una cita y otra solo había jugado con su equipo "tres y siete minutos" en dos partidos. Añadió que Hermoso "estaba viviendo una situación muy desagradable" con mucha "presión mediática", por lo que había jugadoras "que estaban mejor", ya que todo "influye en el rendimiento deportivo".
El magistrado recordó a Durántez que no se estaba "enjuiciando a la testigo", que no comparecía "como acusada, sino como testigo" y que si Hermoso fue convocada o no "no afecta" a lo que se juzga. Las preguntas de la acusación que ejerce la abogada María José López, en nombre de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), en las que se interesaba por el protocolo antiacoso de la Federación, que la testigo decía desconocer, fueron zanjadas con sorna por el juez: "¿Le pegamos para que diga lo que usted quiere?"
Y repitió el mantra de los últimos días: "¿Le estamos acusando de algo a la testigo? En serio, hay preguntas que les juro que no entiendo". La letrada, que durante todo el juicio ha mantenido la misma línea de actuación, demostrar que se ignoró el protocolo antiacoso de la Federación, se defendió diciendo que ella tampoco entendía las respuestas de la testigo.
El primero en comparecer ante el juez había sido el 'conseller' de Presidencia y Deportes del Consell de Ibiza, Salvador Losa, y la última la esposa de Rubén Rivera, Alejandra Hernández Guevara, ambos a petición de la defensa del exdirector de marketing con el objetivo de negar que presionara a la jugadora. El primero explicó que el viaje se había acordado antes de que se ganara el Mundial y con los gastos corrieron los empresarios y las instituciones de Ibiza. La segunda aseguró que no vio a su marido acercarse a Hermoso en ningún momento, aunque no estuvieron juntos todo el rato, porque estaban atendiendo las necesidades de las jugadoras.
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