El Barça liquida al Real Madrid otra vez (0-5)

Fue un recital. Otro más, para variar. Hasta el Barça más humano fulminó al Real Madrid (0-5) sin despeinarse. Ni la lluvia torrencial ni el césped tortuoso fueron impedimentos para el conjunto de Pere Romeu. Las azulgranas sacaron su mejor versión sobre el césped de Valdebebas y golearon por enésima vez a las blancas. Mantuvieron la portería a cero, por sexto clásico consecutivo, y hundieron aún más las esperanzas ya recónditas del Real Madrid. No es que ni se acerque, es que cada vez está más lejos.

Ya no solo va de talento. El Barça, pese a tener una mejor plantilla y un mejor equipo, no gana los clásicos solo por su destreza con el balón. Hay algo más, ciertamente imponderable, que las hace reinar en el campo. Esa majestuosidad, ese punto de superioridad innata que despoja al Madrid de cualquier oportunidad de hacerles daño sobre el césped.

El reloj no había marcado ni el segundo minuto de juego y Salma Paralluelo ya había conquistado la portería de Misa Rodríguez. La delantera remató con la izquierda y, aunque la guardameta se la llevó por delante, el balón encontró el camino hacia la red. Volvía a repetirse el mismo guion que en los 16 clásicos que se han disputado en toda la historia de esta rivalidad. Con el duelo en el estadio Alfredo Di Stéfano llegaba la 17ª victoria consecutiva para mantener el cartel de invicto para el conjunto catalán.

La diana de Salma Paralluelo solo fue el pistoletazo de salida a una nueva lluvia de goles. Ewa Pajor puso los dos siguientes. El primero, finalizando una jugada rocambolesca. El segundo, derrumbando de nuevo el muro ineficiente que Misa intentó construir en su portería. La delantera se sentía cómoda entre tanto desconcierto sobre un césped anegado. El Barça arrolló al Madrid y se desquitó con gusto.

Volvió a ser la zaragozana la que puso la pincelada al cuarto tanto azulgrana. El centro de Ona Batlle fue una obra de arte, que cayó justo en la punta de la bota de Graham Hansen, que pinchó con delicadeza a Salma, que con un sutil empujón la coló al fondo de la portería de Misa. El partido fue un baile de parejas, y la que más brilló fue la de Paralluelo y Pajor. La polaca firmó la manita final y selló su particular 'hat trick' para acabar de hundir al conjunto blanco.

Con una nueva goleada, el Barça dejó encaminada la eliminatoria y se agenció el primer clásico del mes. Este marzo será intenso por sus encuentros contra el Real Madrid, que en una semana viajará a Barcelona para la vuelta de estas semifinales de la Copa de la Reina en el Johan Cruyff. Una vez más, parece que el partido no tendrá mucha historia. El colofón final será en dos semanas, con el clásico de Liga F que se disputará en Montjuïc. Escenario grande para el que puede ser un gran espectáculo con las gradas llenas. Una nueva demostración de lo que es el Barça. Poderío dentro y fuera del césped.