El presidente honorario de Fiat, Giovanni Agnelli, nieto del fundador de la Fábrica Italiana de Automóviles de Turín (Fiat) en 1899, murió ayer a las ocho de la mañana en su cama de Villa Frescot, en las colinas que rodean Turín, a los 81 años, a causa de un cáncer de próstata. El desaparecido avvocato deja al frente del imperio industrial a su hermano Umberto, que recibe como herencia una profunda crisis.

El estado de salud de Giovanni Agnelli ya era crítico antes de Navidad, cuando se confesó con el obispo de la ciudad, Severino Poletto. La capilla ardiente, en la que se espera una asistencia multitudinaria, fue instalada en la Pinacoteca del Lingotto, el ombligo de Fiat y donde Giovanni Agnelli apareció en público por última vez en septiembre.

La muerte deja a Italia huérfana de su principal y más eficaz embajador ante las más altas instancias mundiales económicas y políticas. Tenía tanto prestigio que su avión privado podía volar por el espacio aéreo de la OTAN.

LUTO EN TODA ITALIA

Desde ayer toda Italia está de luto. Las banderas de las plantas de Fiat ondean a media asta y en los campos de fútbol se guardará un minuto de silencio y los jugadores llevarán brazalete negro. El club de los Agnelli, la Juventus de Turín, anunció ayer que pondrá el nombre del fallecido al nuevo estadio. Muchos metalúrgicos en huelga de hambre contra el cierre de fábricas del grupo pusieron fin a su protesta, a pesar de las incertidumbres.

La defunción se produjo casi a la misma hora en que se reunía la sociedad familiar de 70 herederos, que controla en torno al 33% del grupo y que nombró al hermano, Umberto, como presidente. En la misma reunión se traspasó la cuota de Fiat en manos de Gianni a su esposa Marella y a su hija Margherita, con poderes sobre ella para John Elkan, nieto de Gianni y futuro heredero.

La breve enfermedad de Giovanni Agnelli no fue ventilada por la prensa por discreción hacia el que llamaban "rey de Italia". Pero mucha gente conocía la enfermedad y la interpretaba como una fatal coincidencia con la mayor crisis de Fiat.

PÉSAME DE LOS REYES

Las condolencias, incluida la de los Reyes de España y del Príncipe Felipe, llegaron de todo el mundo. "Ha sido uno de los protagonistas de nuestro país", dijo Carlo Azeglio Ciampi, presidente de la República, subrayando que lo que más apreció del difunto fue su "capacidad de ser profundamente italiano". "Desaparece un señor de otra época", aseguró Gianfranco Fini, vicepresidente del Gobierno. Silvio Berlusconi, jefe del Ejecutivo y un tanto receloso del poder de los Agnelli en Italia, subrayó el "protagonismo" que en 50 años ha ejercido el presidente de Fiat.

Agnelli ha sido un "protagonista de gran autoridad", según el papa Juan Pablo II. "Un hombre con relaciones y posibilidades de diálogo ilimitadas", comentó Giulio Andreotti, exjefe del Gobierno y actual senador vitalicio, como era Agnelli. La Federación nacional de la Prensa (Fieg) lamentó la pérdida de "un gran protagonista", e incluso los nostálgicos de la monarquía declararon que se "inclinan a su memoria".