La competencia de Europa del Este en la automoción irá en aumento a juzgar por las ofertas que hicieron ayer algunos países en el Salón del Automóvil de Barcelona. Representantes de Hungría, República Checa, Eslovaquia y Polonia garantizaron costes laborales inferiores a los de Europa Occidental y más flexibilidad interna.

"En Polonia no tenemos problemas para trabajar un sábado avisando con 48 horas de antelación. Eso es impensable en Europa occidental". Éste fue el ejemplo que puso José Ramón Soriano, nuevo consejero delegado de Fiat en España y hasta ahora máximo responsable de las fábricas del grupo en Polonia.

Los presidentes de las filiales españolas de varias multinacionales que asistieron al simposio organizado por la Asociación Nacional de Fabricantes (Anfac) quedaron abrumados por las ofertas de sus competidores. Precisamente, la falta de flexibilidad para trabajar unos días de más fue la causa que alegó Volkswagen para trasladar un 10% de la producción del Ibiza a Eslovenia.

La elevada flexibilidad en la organización del trabajo y la fácil adaptación a nuevos modelos explica, según Ludovit Ujhelyi, de la Asociación de Fabricantes de Eslovaquia, que la planta de Eslovaquia aumente su producción, mientras que otras la recortan.

La entrada de estos países en la UE en el 2004 impulsará la disminución de la "diferencia abismal" entre los sueldos con la media europea, aunque "se mantendrán los salarios baratos", afirmó Istvan Lepsényi, de Hungría.