Marzo del 2002 marcó una de las fechas clave para los grandes conglomerados de servicios profesionales. Fue entonces cuando los socios de la desaparecida auditora Andersen decidieron romper con la matriz y buscar la mejor salida en cada país. En España se establecieron con Deloitte & Touche, que declina pronunciarse sobre su estrategia de futuro en un intento por pasar página y olvidar los escándalos protagonizados por Andersen, auditora de las empresas Enron y Worldcom, o de la propia firma en España, en el caso Gescartera.

La legislación española establece ciertas incompatibilidades, de tal manera que las auditoras no pueden realizar trabajos de diseño y consultoría de sistemas, asesoramiento en recursos humanos, preparación de contabilidad y auditoría interna. "Pero en realidad no hay prohibiciones radicales por la falta de un reglamento que desarrolle la ley financiera", según Agustín Checa, de BDO. La futura ley del mercado de valores obligará a las empresas cotizadas a disponer de una comisión de auditoría que sea independiente.

Los cambios legislativos llevados a cabo en EEUU también obligarán a las auditoras europeas a inscribirse en un registro para poder llevar a cabo actividades en ese mismo país. Por su parte, los ministros de Finanzas de los Quince han mostrado esta semana en Luxemburgo su oposición a ese registro, calificado como "oneroso" e "innecesario".