España es el país del mundo donde las llamadas marcas blancas o marcas del propio distribuidor han ganado más cuota de mercado en los últimos años. Estos productos han pasado de representar el 11% de las ventas de los híper y de los súper en 1998 a suponer este año casi la cuarta parte de la facturación total de estos establecimientos, concretamente el 23,2%.

Según un informe de la consultora de mercados ACNielsen, la oferta de este tipo de artículos arropados por las marcas blancas creció entre el 2001 y el 2002. En enero del 2003 se contabilizaban medias de 1.564 productos por hipermercado, 305 más que el año anterior. Los grandes supermercados ofrecían un promedio de 1.252 artículos bajo marca del distribuidor, con un incremento de 188 productos. Pero también los pequeños comercios de hasta 400 metros cuadrados llegaron a tener promedios de 700 referencias blancas, 111 más que en el 2002.

MAYOR DEMANDA El factor determinante de esta expansión ha sido la demanda de los consumidores. Las familias gastan uno de cada cinco euros en marcas blancas, explicó el director comercial de ACNielsen, Agustín Sans. España es el quinto país con mayor cuota de mercado en esta clase de artículos por detrás de Gran Bretaña, Suiza, Alemania y Bélgica, pero por delante de Estados Unidos o de Canadá.

Aunque el precio de estos artículos, un 24% más baratos que los de la marca del fabricante, supone el principal atractivo de estos productos, ACNielsen alertó sobre algunos casos en donde su valor es igual al de otros artículos o superior. Otra de las razones del auge es el prestigio adquirido por estos artículos entre los consumidores.

Hasta el primer semestre del 2003, los españoles se gastaron 46.000 millones de euros (7,6 billones de pesetas) en alimentación, droguería y perfumería, el 6,5% más que en el mismo periodo del 2002.