La investigación judicial sobre las irregularidades financieras en el caso Parmalat implican de forma cada vez más directa a Calisto Tanzi, expresidente del grupo lácteo italiano. Tanzi, accionista mayoritario del grupo, está acusado de haberse apropiado de cerca de 800 millones de euros (133.109 millones de pesetas) y de haber falseado datos contables para ocultar un agujero financiero que se situaría entre los 7.000 y los 13.000 millones de euros.

Según informaron fuentes judiciales, Tanzi y su hijo Stefano --también directivo en la empresa-- "eran absolutamente conscientes" de la total ausencia de beneficios del grupo en los últimos años y de la manipulación de los datos en los balances de la sociedad para ocultar su deuda.

El comisario extraordinario nombrado por el Gobierno para gestionar Parmalat, Enrico Bondi, explicó que el endeudamiento de 8.200 millones de euros que la empresa tenía a final del 2002 ha sufrido "un sensible agravamiento" durante este año. Los responsables de la filial española, Clesa, insistieron ayer en la solvencia de la firma, que recibió el apoyo de UGT y de los productores lácteos.

La autoridad bursátil italiana anunció ayer la suspensión "hasta nueva orden" de las acciones y bonos de Parmalat, el grupo lácteo al borde de la quiebra. Mientras prosigue la investigación judicial, miles de inversores se encuentran atrapados al ver cómo los títulos que poseen han perdido su valor.

Los inversores se encuentran ahora con bonos que no serán pagados y títulos que han pasado de los tres euros en septiembre a los 0,11 céntimos de la última sesión en que se negociaron.