El presidente de la Reserva Federal de EEUU, Alan Greenspan, está en contra de las presiones de la Casa Blanca para que China abandone el tipo de cambio fijo del yuan frente al dólar y deje a su moneda flotar en libertad. En una carta enviada al presidente del Comité sobre Banca del Senado, Richard Shelby, Greenspan advirtió de que la eliminación de los controles cambiarios en China, que busca el secretario del Tesoro de EEUU, John Snow, puede desestabilizar su sistema bancario y perjudicar a la economía mundial.

Según la misiva, difundida ayer, "muchos en China temen que la supresión de los controles de capital que restringen la capacidad de los inversores nacionales de invertir en el extranjero y vender o comprar divisas extranjeras --un paso necesario para que la moneda cotice libremente-- podría causar una salida de depósitos de bancos chinos y desestabilizar el sistema".

HUIDA DE INVERSIONES Desde hace años, China mantiene una tasa de cambio fija con el dólar (un dólar equivale a algo menos de 8,3 yuanes). Esta política monetaria convierte al yuan en una moneda barata para los empresarios de EEUU (y para el euro). Con ello se favorecen las exportaciones chinas, de modo que el déficit comercial estadounidense con China alcanzó en el 2003 casi 124.000 millones de dólares (casi 17 billones de pesetas). La debilidad del yuan provoca la huida de inversiones a China.

EEUU ha criticado la política cambiaria china ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y otros organismos, pero las autoridades chinas se resisten a cambiar su sistema. Está previsto que, próximamente, el viceprimer ministro chino Huang Ju viaje a EEUU para debatir el problema con Snow. Según Alfonso García, de Analistas Financieros Internacionales (AFI), la revaluación del yuan "favorecería" una depreciación del euro hasta niveles de 1,20 dólares por unidad.