El impacto de la escalada alcista del petróleo aún no ha llegado al consumidor. Los propietarios de gasolineras alertaron ayer sobre la subida que pueden experimentar los precios de los carburantes en septiembre, cuando las compañías petroleras trasladen los últimos incrementos del crudo y de sus derivados a los mercados internacionales.

El portavoz de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES), Casto Bravo, apuntó que las subidas de los carburantes aplicadas en este mes de agosto han sido "mínimas" ya que las petroleras han decidido trasladar con cautela las subidas del crudo. Según datos de la misma patronal, en lo que va de año la gasolina subió en torno a 7,8 céntimos de euro por litro y el gasóleo unos 6,6 céntimos.

Por otro lado, la apertura de los suministros de petróleo en el norte y el sur de Irak rebajaron ayer la tensión en los mercados energéticos. De todas formas, los ataques contra la industria petrolera iraquí --que ya ha sufrido pérdidas por valor de unos 3.000 millones de euros-- y la reducción de los planes de producción de la petrolera rusa Yukos siguieron lastrando ayer los precios del petróleo. El barril de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) batió su último récord al superar por primera vez desde su adopción en 1987 la barrera de los 43 dólares por barril. Según cálculos realizados ayer por el secretariado de la organización, el barril del petróleo de referencia de la OPEP se vendió el pasado viernes a una media de 43,16 dólares, 56 centavos más que el jueves.

EL CONSUMO EN EUROPA El precio del barril de crudo Brent, el de referencia y consumo en Europa, volvió a subir a media mañana por encima de los 43,54 dólares del valor de cierre del pasado viernes, cuando alcanzó el nuevo máximo histórico de 45 dólares. Al final de la jornada, el precio bajó y cerró cerca de los 43 dólares.