El misterioso consorcio ruso Baikalfinancegroup compró ayer por 7.025 millones de euros la compañía Yuganskneftegaz, la principal filial extractora de la petrolera privada rusa Yukos, en una subasta que marcó el fin del grupo como primer productor ruso de petróleo. En la subasta participó también Gazpromneft, subsidiaria del gigante del gas ruso Gazprom, controlado por el Kremlin, que parecía la favorita. El Servicio Federal Antimonopolio había autorizado a cuatro empresas a participar en la subasta, pero al final sólo se presentaron dos.

Gazpromneft cedió ante su rival desconocido en el mundo de los negocios ruso tras cinco minutos de subasta y sin ofrecer una réplica. Varios analistas rusos sugirieron que detrás del Baikalfinancegroup están los intereses de Gazprom, al destacar el hecho de que la dirección jurídica de Baikalfinancegroup, en la ciudad Tver, a unos 130 kilómetros al norte de Moscú, coincide con la de una de las filiales de Gazprom. "Se trata del Estado ruso, es decir, de una compañía próxima al Estado", declaró el analista Chris Weafer.

El portavoz de Yukos, Alexander Shadrin, calificó la venta de Yuganskneftegaz de "ilegal".